“La gallina de Ramona, La gallina de Ramona que gallina tan traviesa.
No puede ver mi paloma, no puede ver mi paloma porque no la deja quieta»
En La Peña mataron un chivato, en La Peña mataron un chivato y Cele no pudo come’, ¡vaya! ¡Vaya!!” cantaba un verso inconcluso en medio de una melodía complicada, el Cacique de La Junta Diomedes Díaz, realizaba una de las pocas presentaciones que hizo en Riohacha, desde que aquí vivo. Sin saber cómo continuar soltó la risa. “jajajajaja, Celedonia dame razón de Jose”. Saludó refiriéndose a Papá Juancho, a quien Diomedes nunca le dijo Juan, sino su segundo nombre y sin tilde.
El lugar estaba atiborrado de gente, aún no sabemos cómo alcanzó a ver a Mamá Cele que había venido de Albania por insistencia de sus hijas, las que vivíamos en Riohacha, sin decirle para qué, era una sorpresa de cumpleaños, llevarla a ver a su ídolo de todos los tiempos. Mamá Cele levantó la mano como las reinas y desplegó su sonrisa enorme y bonita, El Cacique hizo lo mismo. Al final de la tanda, teníamos a Diomedes y a Juancho, sentados en nuestra mesa, en la que terminaron sentados Humberto Rois, tío de Juancho gran amigo de la familia y otros sanjuaneros. Felices departíamos entre paisanos y amigos.
Para el resto de los asistentes se trataba de las dos más grandes lumbreras de La música vallenata, del momento y creo no mentir si digo, que lo son hasta el día de hoy, aunque en paz descansan; no obstante, para Mamá Cele eran Juancho El nieto de Rosa María, al que en ocasiones veía llegar, salir o le escuchaba tocar el acordeón, mientras le despachaban en el depósito de su bien querida amiga cuando iba a hacer las compras para surtir la tienda “Dios Verá” en La Peña. Juancho, era un pela’o, aún no grababa. Y Diome, el de Rafa y Vira (Mamá Vila desde la novela de Diomedes), el palao que vió crecer en La peña en los brazos de Elvira, luego jugando en calzoncillos, al lado de Rubén, Benedicto, Rafael Patricio, Santo o echando el gana’o y los burros al potrero cuando estaba más grandecito.
Siempre le escuchaba a Mamá Cele y mis tíos referir anécdotas de Diomedes, recién nacido o pequeño, cuando vivía en La Peña; sin embargo, no se le llamó el Cacique de La Peña, sino de La junta y según los registros memoriales de mis mayores, Diomedes no vivió ni un solo día de su niñez o adolescencia en La Junta, hasta que se casó con Patricia Acosta y se hizo famoso, que llegaba a pasarse días en la casa de sus suegros, cómo visita. En La Junta no hay familia de Diomedes Díaz, pues su padre Rafael María Díaz Cataño fue nacido y Criado en La Peña y Elvira Maestre Hinojosa, en Carrizal.
La pregunta es ¿Cómo se dio esa relación La Peña – Carrizal? ¿Fue Rafael María a Carrizal por Elvira?
“No, el viejo Rafa no tuvo que ir a Carrizal, Elvira vino a La Peña. Resulta que Graciela “Gache” Maestre Hinojosa, hermana de Elvira, se casó con Víctor Urrutia Cataño, de La Peña. Elvira venía a visitar a “Gache” y ahí se enamoro Rafael María de ella, se casaron y vivíeron en La Peña, pero frecuentemente iban a visitar a la familia de Elvira en Carrizal. Es más cuando Elvira estaba embarazada de su primer hijo, (Diomedes) ya saliendo de cuentas, fue a visitar a los viejos y como primeriza a recibir los consejos de su madre, sin saber que ya no podría regresar a La Peña, pues los dolores de parto llegaron estando en carrizal y allí no solamente dio a luz a su “muchacho” sino que pasó la cuarentena post parto bajo los cuidados de sus mayores”. Me relata La Seño Fénix de Jesús Arocha Cataño, historiadora de La Peña.
Pasados los 40 días y un poco más Rafael María regresó con su esposa Elvira a La Peña donde vivieron unos 9 o 10 años más, allí nacieron tres de sus hijos Rafita, La Chama y Gloria. Rafael María era un gran señor, prudente, suave, buen amigo. Después de la muerte de Rafael Antonio Cataño Lacauture, su papá, creció con sus hermanos mayores: Rosario “Tito”, Juan Félix, Rafael Antonio, Otilia, Sara Helena, y Marcela “Chela” Mejía, eran Mejía por la misma razón que el viejo Rafa era Díaz, no eran hijos de la esposa, el Señor Rafael Cataño al fin se casó con doña Delfina Fuentes, pero no tuvieron hijos. Afirma La Seño Fénix.
“Rafael Antonio Cataño Lacauture, era nieto del francés Hugues Lacauture Cevene, que viene a ser el tatarabuelo de Diomedes, o sea que de no ser por esa costumbre antigua que los hijos naturales (fuera del matrimonio) se registraban con el apellido dela madre, Diomedes habría sido Diomedes Dionisio Lacoauture Maestre”. Aclaraba La Seño Fenix.
“Diomedes creció en el barrio El Machín, en la casita de bahareque, de puerta azul, que estaba al lado de la casa de la Señora Sara Helena Mejía y el Señor Luis Cataño, te acuerdas?, La señora Sara era hermana de Rafael María, O sea, tía de Diomedes”. Aceveró la historiadora
Rafael María antes que se mudaran para Villanueva tenía una cantidad considerable de ganado de todo tipo, vacuno, ovino, caprino, caballar y buenas tierras, el era dueño de Los Morritos y Las Tablitas, vivían tranquilos. El viejo Luis Murgas, El Manquito Luis, el fotógrafo que nos tomaba las fotos los 19 de julio, ¿te acuerdas? Bueno el entusiasmó a Rafael María para irse a vivir a Villanueva, y como su familia materna es de allá, su mamá era familia de Carmen Díaz, la mamá de los hermanos Zuleta. Bueno Rafael vendió todo el gana’o y se fue a probar suerte, en Villanueva, allá nacieron los demás hermanos de Diomdes, que dicho sea de paso, los vinieron a bautizar a La Peña, de modo que los hijos de Rafael María Díaz Cataño fueron bautizados en La Peña, con padrinos peñeros. La madrina de Diomedes Dionisio fue su tía Rosario “Tito” Mejía, hermana de Rafael María. Allá en Villanueva le fue mal, así que vino y vendió las tierras que tenía en La Peña. Por esa razón digo yo, que cuando decidieron venirse de Villanueva, no se volvieron para La Peña, sino que pasaron derecho para Carrizal, dónde estaba la familia de Elvira, también porque tú sabes que las mujeres jalamos para nuestro lado; allá compró unas 10 hectáreas de tierra, construyeron su casa, que es donde está ahora el museo de Diomedes. Asegura La Seño Fénix.
“Siempre fue un muchacho inteligente, despierto, alegre y zalamero, uno no podía enojarse con él por mucho tiempo, era muy chistoso, cariñoso, aunque no le gustaba mucho, estar sentado tanto tiempo y encerrado menos” me decía Marian Elena Cataño maestra de Diomedes, en La Escuela Rural Mixta de La Peña.
Buena Macará y candunga que comimos juntos, mientras le íbamos a dar agua a los animales en el río, y luego los íbamos a empotrerar, jugábamos desde pequeñitos en calzoncillos, descalzos, pipones, éramos felices retomando en las sábanas de La Peña, y no solo con el, también con Rafita y “La Chama” sus hermanos; hasta que se fueron a vivir a Villanueva debería tener Diomedes unos 9 años, después de eso no volví a tener relación con Diomedes, ya famoso nunca me relacioné con él, yo me fui a vivir a Barranquilla, a la que si ví después fue a La Chama, que se casó con mi primo Tito Castilla. Diomedes conservó buenas relaciones con los peñeros, hay fotos de el con Masa, Borre, Claudio, ahí al frente de tu casa, debajo de los higuitos de la casa de Borre, tu debes acordarte, allá iba Diomedes con “Piyayo” y “El Cate” sus guacharaquero y cajero de cabecera”. Me contaba mi tío Rafael Patricio.
Bueno y si Diomedes nació en Carrizal por accidente, y se crio entre La Peña y Villanueva, porqué, ¿es El Cacique de La Junta?
“Cuando Rafael Orozco le grabó a Diomedes, la canción Cariñito De Mi Vida le saludó así: El Cacique de La Junta Diomedes Díaz y así se dio a conocer en el mundo musical, el lo asumió también, supongo que con lo enamorado que estaba de hembra de la ventana marroncita, Patricia Acosta, la hija de Alicia y El Negro, debio ser embriagante, que lo relacionaran con la tierra de Patry, ahora yo supongo que el salía del valle pa’ La Junta a ver a Patricia, y sus conocidos debieron suponer que era de allá. A no ser que el dijera que era de La Junta, uno no sabe. Me informa rio Rafa.
“Al primo hay que perdonarlo por no tener a La Peña como su lugar donde creció, el era un poco loco y era mi primo, así lo quisimos” Dice Mary Mendoza Maestre, cuya madre Carmen Maestre, era descendiente de Carrizal, familia de Diomedes.
“Diomedes es de La Junta porque Diomedes nació en Carrizal, jurisdicción de La Junta, y eso hace que sea juntero” Explica, el escritor pelero, Luis Mendoza Sierra el querido Periodista del Cacique, su amigo intratable, el admirador acérrimo, el autor de dos libros basados en su vida y varias canciones dedicadas a su grandeza.
Cacique de La Junta o no, en La Peña tiene Diomedes sin duda a sus más fervientes admiradores y defensores. Mamá Cele, la primera. Incólume, no hubo escándalo, defecto, caída, error, falla del Cacique que admitiera, todo, absolutamente todo lo que se dijera en contra de su “Mede” era mentira y todo el que lo repitiera “un @€¥¢£, atrevi’o que se viene a limpiar su puerca boca con el nombre de Diomedes… Pueden morirse, pero como él no nace otro y si nace no se cría y si se cría se vuelve loco; porque sobre su cabeza y la mía, las moscas, por necias. ¡Vayaaaaa!!”. Gritaba.
Noralma Peralta Mendoza
Excelente escrito,fui testigo de ello y conocí al Cacique estando niño,Juyo Mejía su primo era su compañero permanente y este traía a Medes a la escuela,su profesora lo mimaba para evitar la nostalgia y sus travesuras. Gracias Nohra,demostraste que la verdad es esa, pero lo importante, es que los peñeros, adirabamos a Mede y aun muerto,sigue siendo nuestro ídolo.
Creo que leer sus palabras escritas tienen sabor y olor , saben a chirimoyas bien maduras un sabor dulce que no fatiga y entre más comes más quieres así sabe leerte Noralma y el color es azul del cielo de la peña es un azul Perfecto profundo real bendito
Gracias por compartir esta historial real la que siempre ronda a los famosos que de tanto escalar como es el caso de Diomedes lo cubren con burbujas de imaginación y fantasía que se convierten en su realidad y vale que así sea. Te amo Negra
Corrección, uno de los terrenos que vendio el viejo Rafa no fue las tablitas porque esa propiedad de Toño Martinez papá de Milton y Sinforiano, el terreno que vendio se llamaba EL MANGUITO y por cierto fue a mi papá Guillermo Moscote, mi mamá tubo tienda toda su vida y ellos acreditaban y el viejo Rafa le dijo a mi papá » Maestro ponde no se valla a preocupar por la cuentecita que yo tengo una tierrita y tengo tambien planeado una mudanza pa’ Villanueva y usted pa hace el comprador y ahi descontamos la cuentecita» Asi pues el señor Rafa comprometio a mi papá sin tener la mas remota idea de comprar tierras, un negocio en esa época muy costoso reunir dos mil pesos de anticipo y lo restante fue mas traumatico para todos nostros, trabajamos todos como locos, mi mamá en la tienda, matando chivos, hilando fique y elaborando mochilas , icos chinchorros , gruperas, sinchas, acarreando carne de la junta para vender al detal, y mi papá en la albañileria construyendo en La peña y los pueblos vecinos hasta reunir el capital restantate que vlno a recibir el viejo Rafa de Villanueva a mi casa. Hay que destacar que la familia Diaz Maestre no eran unos pobretes como lo pinto R.C.N en la novela de Diomedes. Aparte de esa propiedad poseeian otras, y sus crias de vacunos, caballos, y otras especies menores, el señor Rafa un hombre serio, aplomado, conversador, y sobre todo trabajador, tuve la dicha tambien de compartir en la infancia con Diomedes frecuentaba la tienda y salia con su pedazo de panela empelapegao en la cara , sus correrias a caballo. LA PEÑA, ES DUEÑA DE LA INFANCIA DEL QUE DIOS PREMIO, COMO EL MAS GRANDE DEL CANTA AUTOR DEL VALLENATO. Aqui hay mucha historia inedita por contar.