Habacuc Capítulo 1
Arrasan como el viento y desaparecen. Pero son profundamente culpables, porque hicieron de su propia fuerza un dios». Habacuc 1:11 NTV
La vida constantemente nos lleva a enfrentar situaciones adversas o retos que nos requieren enfoque y firmeza para no dejarnos avasallar por estas y en este ejercicio, lo natural es reaccionar en nuestras propias fuerzas, inteligencia u estrategias y sin darnos cuenta vamos directo a una derrota segura, donde no vemos resultados favorables, se desgasta nuestra fe y entonces pensamos ¿dónde estás Dios? ¿Acaso te has olvidado de mí?
Pero El padre nos ha dicho: “¡No tengan miedo! No se desalienten por este poderoso ejército, porque la batalla no es de ustedes, sino de Dios. 2 crónicas 20:15b NTV
Para poder vencer la adversidad es inherente que reconozcamos que todo lo que vivimos en lo natural se ha gestado antes en lo espiritual y por esa razón no podemos pelear con nuestras armas. Dios nos ha dotado de armas espirituales que necesitamos aprender a usar.
Si estás enfrentando una batalla Dios te recuerda la historia del Rey Josafat en 2 Crónicas 20:1-29. Y en ella si leemos con atención nos da instrucciones claras de lo que debemos hacer para pelear correctamente y alcanzar la victoria.
- Pide la ayuda y la guía de Dios.
Josafat quedó aterrado con la noticia y le suplicó al Señor que lo guiara. También ordenó a todos en Judá que ayunaran. 2 crónicas 20:3 NTV
A veces primero actuamos, reaccionamos, nos equivocamos y luego si pedimos la ayuda de Dios. Asumimos que Dios tiene que venir a nuestro rescate, que es su obligación y si, Él puede hacerlo. Pero Dios no actúa si no reconoces que necesitas su ayuda, si no rindes tu voluntad, Él nos ha dado libre albedrío y espera que nosotros sometamos ese libre albedrío a Él, dado que Dios no es un dictador, sino un Dios de amor y misericordia.
- Recuerda quien es Dios. Recuerda lo que Dios ha hecho antes en tu vida, los milagros, las bendiciones, las victorias pasadas. Aprópiate de la verdad y las promesas que están en su palabra.
Josafat se puso de pie ante la comunidad de Judá en Jerusalén, frente al nuevo atrio del templo del Señor, y oró diciendo: «Oh Señor, Dios de nuestros antepasados, solo tú eres el Dios que está en el cielo. Tú eres el gobernante de todos los reinos de la tierra. Tú eres fuerte y poderoso. ¡Nadie puede hacerte frente! Oh Dios nuestro, ¿acaso no expulsaste a los que vivían en esta tierra cuando llegó tu pueblo Israel? ¿Acaso no les diste esta tierra para siempre a los descendientes de tu amigo Abraham? 2 Crónicas 20:5-7 NTV
- Ven a la presencia, al lugar santísimo. Establece un altar permanente para Dios en tu vida y en tu casa. Generalmente oramos sin cesar solo cuando somos sacudidos por situaciones difíciles, no obstante, la palabra enseña que debemos orar sin cesar, en todo tiempo. Necesitamos anticiparnos en lo natural a esas circunstancias para tener el sosiego para enfrentarlas sabiendo quien pelea con nosotros.
Tu pueblo se estableció aquí y construyó este templo para honrar tu nombre. Ellos dijeron: “Cuando enfrentemos cualquier calamidad, ya sea guerra, plagas o hambre, podremos venir a este lugar para estar en tu presencia ante este templo donde se honra tu nombre. Podremos clamar a ti para que nos salves y tú nos oirás y nos rescatarás”. 2 Crónicas 20:8-9 NTV
- Reconoce tus limitaciones y debilidades. Quiero decirte que el mejor escenario para Dios es cuando tenemos todas las probabilidades en nuestra contra. Cuando nos sentimos perdidos, cuando no sabemos cómo podría venir la solución es cuando Dios interviene.
Oh Dios nuestro, ¿no los vas a detener? Somos impotentes ante este ejército poderoso que está a punto de atacarnos. No sabemos qué hacer, pero en ti buscamos ayuda». 2 Crónicas 20:12 NTV
- Afina tus oídos y sigue al pie de la letra las estrategias que te da el Señor. Aunque esas instrucciones parezcan sin sentido, aunque parezca que te van a llevar a la derrota, aunque parezca que estás perdiendo y que eso que te ha mandado a hacer te debilita ante el enemigo, no dejes de hacer lo que Dios te ha mandado y observa como Dios te da la victoria.
Mañana, marchen contra ellos. Los encontrarán subiendo por la cuesta de Sis al extremo del valle que da al desierto de Jeruel. Sin embargo, ustedes ni siquiera tendrán que luchar. Tomen sus posiciones; luego quédense quietos y observen la victoria del Señor. Él está con ustedes, pueblo de Judá y de Jerusalén. No tengan miedo ni se desalienten. ¡Salgan mañana contra ellos, porque el Señor está con ustedes!”». 2 Crónicas 20:16-17 NTV
- Humíllate ante El Señor, alábalo, adóralo, da gracias anticipadas por la respuesta, por la victoria y su respaldo. Este es un punto importante y a veces complejo, dado que muchas veces vas a sentir que te estás humillando frente a los demás, vas a sentirte no valorado/a y que no tiene sentido seguir batallando. Pero es justo en ese momento que debes recordar delante de quién estás, porque todo lo que haces lo estás haciendo consiente de quien te está viendo y El si que valora cada esfuerzo que haces.
Entonces el rey Josafat se inclinó rostro en tierra y todo el pueblo de Judá y de Jerusalén hizo lo mismo en adoración al Señor. Después los levitas de los clanes de Coat y de Coré se pusieron de pie para alabar a viva voz al Señor, Dios de Israel. 2 Crónicas 20:18-19 NTV
Alaba al Señor, deléitate en El por qué mientras tú lo adoras el confunde a tu enemigo y destruye sus planes.
- Cree que la victoria está dada, no dudes ni un poco. No te preocupes, ocúpate. Particularmente creo que este es uno de los puntos más difíciles, dado que cuando atravesamos por situaciones adversas creer que algo bueno saldrá de la tormenta no es tan sencillo y esto sucede por que naturalmente seguimos percibiendo todo desde nuestra naturaleza humana, se requiere entonces cerrar los ojos naturales y empezar a ver con los ojos del espíritu, a declarar las cosas que no son como si fuesen, a creer que lo imposible es posible porque es Dios quien lo hace. Esto es lo que debe motivarnos a no bajar la guardia, a resistir los golpes por que en una batalla no solo damos golpes también los recibimos, pero si resistimos nuestro contrincante se cansará y podremos levantarnos y dar el golpe de la victoria.
Temprano a la mañana siguiente, el ejército de Judá salió al desierto de Tecoa. De camino, el rey Josafat se detuvo y dijo: «¡Escúchenme, habitantes de Judá y de Jerusalén! Crean en el Señor su Dios y podrán permanecer firmes. Créanles a sus profetas y tendrán éxito». Después de consultar con el pueblo, el rey nombró cantores que caminaran delante del ejército cantando al Señor y alabándolo por su santo esplendor. Esto es lo que cantaban: «¡Den gracias al Señor; su fiel amor perdura para siempre!». 2 Crónicas 20:20-21 NTV
- Toma el botín. Aprópiate. Dios pondrá en nuestras manos aún lo que nos fue negado o arrebatado y será tanto que no podrás contarlo. En otras palabras, estabas peleando solo para que Dios te diera la oportunidad de vencer la adversidad, pero Dios no se conforma solo con que salgas vencedor, sino que te añadirá hasta las posesiones de tus enemigos.
El rey Josafat y sus hombres salieron a recoger el botín. Encontraron una enorme cantidad de objetos, vestidos y otros artículos valiosos, más de lo que podían cargar. ¡Había tanto botín que les llevó tres días solo para juntarlo! 2 Crónicas 20:25 NTV
- No te olvides de quien te dio la victoria. Cuando eres ganador en cualquier contienda lo normal es que recibas elogios, aplausos y alabanzas por parte de quienes siguieron el minuto a minuto de la pelea y es justo en este punto donde podemos entrar fácilmente en la vanagloria, por que se nos olvida quien fue quien hizo todo y nos olvidamos de darle gloria y honra a Dios.
Luego todos los hombres volvieron a Jerusalén, con Josafat a la cabeza, rebosando de alegría porque el Señor les había dado la victoria sobre sus enemigos. Entraron a Jerusalén al son de arpas, liras y trompetas, y se dirigieron al templo del Señor. 2 Crónicas 20:27-28 NTV
- Ten paz y descanso en el Señor. Esta condición es algo que debemos desarrollar no solo cuando Dios nos haya librado sino antes y durante la batalla. Porque lo difícil no es tener calma cuando has vencido, sino mientras estás peleando, si no lo haces puedes cometer errores que te pueden costar la victoria.
Cuando todos los reinos vecinos oyeron que el Señor mismo había luchado contra los enemigos de Israel, el temor de Dios se apoderó de ellos. Así que el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le había dado descanso por todo el territorio. 2 Crónicas 20:29-30 NTV
La invitación hoy es: deja ya de pelear con tus fuerzas, deja que Dios tome el control de todo, confía en El. La palabra de Dios es clara no es con tu propia sabiduría, entendimiento, ni tu prudencia, ni tu capacidad, estrategias e inteligencia.
Así que el ángel me dijo: «Esta es la palabra del Señor para Zorobabel: »“No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu —dice el Señor Todopoderoso—. ¿Quién te crees tú, gigantesca montaña? ¡Ante Zorobabel solo eres una llanura! Y él sacará la piedra principal entre gritos de alabanza a su belleza” Zacarías 4:6-7 NTV
Este es nuestro Dios, es el mismo de ayer, el no cambia, ¡lo que hizo antes lo volverá a hacer! Cobra ánimo, levántate, toma la autoridad que te ha dado como hijo, profetiza su palabra, su verdad sobre tu vida, sobre la situación y aunque no veas nada no dejes de creer.
Este versículo dice: ¿Quién te crees tú, gigantesca montaña? Hoy Dios le dice a tu problema: ¿Quién eres? Él dice: ¡YO SOY JEHOVÁ! ¡Y él es mi hijo! ¡Dios saca la cara por ti!