RIOHACHA… ¿PA´DONDE VAMOS?

Ya inició el cuarto año de gobierno, y así empiezan los análisis para determinar cómo van los municipios en términos de mejoramiento de calidad de vida, competitividad y desarrollo para los pobladores. Lastimosamente, en Riohacha, y en la mayoría de los municipios de Colombia se ha evidenciado un retroceso en la lucha contra la pobreza, desnutrición infantil, desempleo e informalidad; como consecuencia de los impactos del Covid-19 y la dificultad para gobernar en un contexto de incertidumbre y crisis.

Se acabó el tiempo para llorar sobre la leche derramada, para seguir señalando a “los culpables” o para escudarse en las condiciones adversas, pues es cierto que culpables somos todos los que habitamos la ciudad y los gobernantes de turno que no han logrado materializar una visión territorial. Hoy el panorama es desolador, una ciudad inundada de basura, con una malla vial e infraestructura para el turismo deteriorada y obsoleta, insegura y donde pocos respetan reglas simples como las normas de tránsito y el horario de recolección de basura.

El 2023 figura como el último cartucho para empezar de nuevo. Es indispensable lograr cimentar un modelo de ciudad compartido, en el que los gobernantes, candidatos, ciudadanos, sector privado y los distintos actores de interés definamos para dónde va la ciudad en los próximos años, no podemos seguir a expensas de aquellas obras que el gobierno nacional de turno tenga la voluntad política de priorizar, sin importar, si es verdaderamente lo que necesita Riohacha.

Que importante sería abrir unos espacios técnicos participativos y constructivos, donde los asistentes no se queden en el problema y las necesidades individuales, sino en una visión colectiva de ciudad. La experiencia de los ejercicios de mesas para la formulación de los planes de desarrollo del distrito nos han mostrado que la participación ciudadana no garantiza la definición de un modelo de ciudad ya que los asistentes van con necesidades puntuales y con problemas micro que intentan insertar en la agenda de gobierno, lo que impide trazar una ruta colectiva de largo plazo.

Generar discusiones y darle respuestas a los debates, como el del Plan de Ordenamiento Territorial, la ubicación y modelo administrativo del terminal de transporte, la actualización del plan de movilidad, la recuperación del centro histórico, la actualización catastral y el uso del espacio público del mercado viejo son apenas algunos temas que merecen ser resueltos y que diariamente en las redes sociales se discuten con argumentos viscerales, repletos de intereses políticos y destructivos que no conllevan a nada.

Riohacha debe exigirle más propuestas y menos discursos románticos y de marketing electoral a los aspirantes a la alcaldía y concejo distrital. Aspirantes que de verdad tengan claro el cómo sacar la ciudad del atolladero. Más que títulos, Riohacha necesita un gerente que logre poner la casa en orden mejorando el recaudo fiscal y ejecutando de manera eficiente y transparente los recursos en las obras y acciones de esa visión colectiva de ciudad.

La responsabilidad es de todos, finalmente somos quienes elegimos a nuestros gobernantes. Si la ciudadanía quiere un personaje que resuelva intereses propios sin importar el interés colectivo, que se elija con una campaña que sobrepasa todos los topes legales de presupuesto repleta de caravanas de carros y de compra de votos, pues no esperemos que la ciudad avance. Es necesario promover campañas de voto informado y con debates donde verdaderamente sepamos quien tiene las capacidades para enfilar la ciudad que cada día está más lejos de las capitales vecinas en términos de desarrollo.

Luis Guillermo Baquero.

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