DIOMEDES… SUS CANCIONES, MI HISTORIA

Yo debía tener 5 años cuando me aprendí una canción completa: Surgió Una Voz, de Luis Segundo Sarmiento, interpretada por el gran Diomedes Díaz en su LP: Tres Canciones (nombre real de “La Ventana Marroncita”).

https://youtube.com/playlist?list=PLg7zDp4fMLMrkhnE2OTQwTe7Bl-WIRZTU

Tres canciones me gustaron de Tres Canciones cuando salió el LP: Surgió Una Voz, Tres Canciones y Ventana de Cristal. Ya grande unos 13 años después, descubrí Cristina Isabel, cuando estudiaba en Barranquilla, hacia parte de los clásicos que sonaban todos los sábados en la mañana en Olímpica Estéreo.

Surgió Una Voz, me seducía la imaginación; podía ver el arbolito frondoso de hojas menudas verde-amarillo, con esa frutica deliciosa, le decíamos manzanillo, el enamorado adolescente, está sentado en sus raíces, recostado en el tronco,  con esa franela manga larga color beige, (amansa loco) pantalón de dril caqui, guaireñas marrón, una mochila de fique terciada, colgando hasta su regazo, llena con manzanillas maduras, recogidas con la ilusión de  llevárselas a esa mujer que ama, sin ser correspondido; un amor que causa sufrimiento hasta sentir dolor al respirar y verter involuntariamente sus lágrimas calientes por sus mejillas, ante la impotencia de no poderla tener. No es que veía muchas novelas, solo que Luis Segundo Sarmiento y yo vivíamos en el mismo entorno, y me era fácil imaginar y meterme en la historia, hasta suspirar por amor con el muchacho.  Igual sonreí de alegría al imaginarme a la muchachita esa mañana, cuando caminaba hacia el río con la tinaja en la cintura y una toalla en el hombro para hacer la “rodilla” (rollo concéntrico de tela, preferiblemente toalla, que permite afirmar y dar equilibrio a la tinaja sobre la cabeza), ella con su blusa rosada de “tirita” (tirantes) una falda de dacrón con flores rosadas y amarillas, un tanto desteñidas por el uso y unas “chanclas” plásticas de tres puntadas.  Sumergida en sus pensamientos, suspiraba de amor por Luis Segundo y esas palabras tan bonitas que le había escrito en el papelito que le hizo llegar la noche anterior por la venta a de su cuarto. Luis que conocía la rutina de su amada, fue a traer agua en el burro negro, y la interceptó camino al río, con su mochilita cargada de manzanilla. mientras llenaba las cantinas y la tinaja de agua, una vez más Luis Segundo le confesó su amor.

La mañana estaba cargada de esperanza, la luz del sol parecía iluminar con un brillo diferente, las aguas del río cantaban una canción, los pajaritos le hacían voces, los árboles marcaban la armonía, con los sonidos de las hijas al brisar, el ambiente estaba pleno de amor.  Dos corazones que estaban por estallar.  Luis la miró a los ojos haciendo acopio de valor, pues todo su cuerpo temblaba de temor y de pasión; una vez más hizo la pregunta que tantas veces había tenido un no por respuesta:

– ¿Quieres ser mi novia? Dijo tartamudeando de emoción, el miedo se apoderó de sus pensamientos, sentía que no soportaría otro: ¡No!

Pero esa mañana, sus labios se abrieron y con un sonido casi imperceptible, de su boquita, surgió una voz diciendo: – ¡Sí!!

Luis la abrazó suavemente entre sus brazos diciendo: Amor de mi alma tu no sabes lo que yo te quiero, doy gracias a Dios, que ya somos novios, ya soy feliz.  Luis echó por delante el burro cargado y llevó la tinaja en su cabeza, hasta dejarla en la casa de su amada. Antes de irse manifestó sus serías intenciones a su flamante novia:

– Yo te quiero mucho porque eres buena y del alma noble; y tal vez por eso es que en tu amor no tengo desconfianza, porque tu condición es de mujer honrada y conforme, donde puede un hombre noble abrigar sus esperanzas. Que Dios te bendiga y me ayude a mí pa’ corresponderte y al compás del tiempo poder tenerte como yo quiero; porque cuando el hombre es de sentimiento sincero, no le importa la sentencia y se vuelve competente.

Cuando estaba adolescente, unos 13 años, “Gela”, Jesús Armenta, vecino de toda la vida, me entregó una hoja de cuaderno, en la que yo entendí, que me estaba declarando su amor, en una carta que decía: “Desde el día en que te vi, brillaron mis pupilas, como chispitas de oro, como noche de sereno, en noche de Luna llena, Y desde ese momento yo no sé que es de mi vida, porque en el mismo instante me mataron tus miradas… Al rato llegó Juan José Granadillo reclamando la autoría de la carta, diciendo que me la había enviado con su primo. Ambos mantuvieron como suya la autoría de la misiva, canción. “Gela” decía que era de su inspiración y Juan que me la había transcrito para dedicármela. Ya saben quién decía la verdad.

Hoy día, hay muchos chistes en este sentido, declaratorias de amor tomando la letra como propia, lo mismo que “Gela”, pero me gusta pensar que él fue el primero.

Bella canción del Maestro Calixto Ochoa, que grabó Diomedes Díaz por los 80.

https://youtu.be/eDKP-RXmQqY

A ustedes no les pasa que se imaginan las historias de las canciones, me pasaba lo mismo unos años después con El Soldado, Desenlace, Está es mi Historia, Drama Provinciano, y todas esas historias cantadas que me enseñaron a escribir crónicas; me hacía toda la película y le agregaba mi toque de imaginación. Jajajaja en la medida en que fui creciendo me hice protagonista de algunas en mi mente, como No La Llames Más.

Cuando tuve mi primer novio, a los 18 (ya se que me demoré) tenía varios pretendientes, sólo había un teléfono en La Peña, y cuando la llamaban a una, todo el pueblo se enteraba, porque la prima “Fela” pegaba un grito de Telecom a la casa:

Noralma, que te va a llamar Diego Álvarez, en cinco minutos.

Mi mamá sabía muy Bien que Diego era el ingeniero de la planta de Electroguajira, empresa para la que ella trabajaba. Ya Jose, había pedido mi mano a mis progenitores, ellos habían dicho si, pero yo me sentía muy joven y llena de planes para casarme. Ya había terminado, pero ellos tenían esperanza de reconcilio.  Cuando Diego llegó el sábado a visitarme en la casa, como era jefe de mi mamá, ella no se atrevía a decirle nada, pero coloca a insistentemente la canción.  No Me Las Llames Más; Diego no se daba por enterado; le ayude a entender y no me llamó más. A pocos meses se fue para Cali, su tierra, y no supe más de su vida. Aunque cada vez que suena esa canción recuerdo a mami mirándome feo. A ella, la fanática número 1, la veo en cada canción de Diome, pero hay dos para las que ellas es el referente mental: Los Sabanales y El Muñeco

Hoy durante todo el día escuché canciones interpretadas por Diomedes, como nos sucede a todos en Colombia los 26 de mayo. Estaba sentada en la terraza mientras Ingrid mi negrita hermosa, me “hacia Las Uñas” y mis vecinos de unas 5 casa después de la mía, tenían el arsenal completo, así que fui a La Peña y muchos lugares y momentos mientras Ingrid trabajaba laboriosa en mis manos y pies. La música tiene la facultad de llevarte de viaje a lugares felices pagar tiquetes y a viajar en el tiempo sin máquina.

Entre todo lo escuchado, me llamó la atención otra vez esa canción de mi querido “Chiche Maestre” Más Allá del Cielo y digo otra vez porque es de esas canciones que me ponen a pensar en cuantos amores frustrados hay por falta de conocimiento y claridad en La Santa Escritura (La Palabra)

https://youtu.be/WKcA8LsWRvs

Que no seas para mi
Nada se puede hacer
Esa ley no perdona

La ley no, pero la gracia si

Tengo que comprender
Que el rival a vencer
Es La Santa Escritura.

En ella está la respuesta, no es por Ley, es por Gracia.

Estoy pendiente de esa reunión en Patillal, para descifrar esa profunda canción que me imagino, son los amores contrariados entre un hombre de mundo, dedicado a la bohemia, la parranda, como “Chiche” y una mujer consagrada a Dios, preservada para la adoración y el servicio al Rey. Y vuelvo a sentirme protagonista; pasé por ahí.  Pienso en cuantos amores pudieron ser y se quedaron en la Ley y no trascendieron a la gracia del amor de Dios. Hombres que no se dieron la oportunidad con Cristo y perdieron la oportunidad de disfrutar al amor de sus vidas, porque no se atrevieron a romper el paradigma. Mujeres que se quedaron solas por miedo a una ley que la gracia venció.

Yo te quiero con mi vida y yo no puedo, transpórtate hasta mi cielo, pa’ viví un amor bonito.

¡Basta comprender que, si en nuestros corazones hay amor, allí está Dios, porque Dios es amor!

Escuché por allá desde un carro que pasaba con el sonido a todo lo que da: Desde el primer momento en que te vi, empecé a mandar en tu ser, a ordenarte cosas sin saber que tú ibas a ser para mi… y me fui a aquel 23 de abril, en el año de la pandemia, en mi noche de boda, cuando mi esposo me dedicó esa canción y me di cuenta que es verdad, me empezó a dar órdenes desde el momento en que me tomó por el brazo sin conocerme y me dijo: vámonos en ese bus hasta Maicao de allá es más fácil llegar a Riohacha… y nos acompañó la suerte… aquí vamos mirando de Frente

https://youtu.be/OWSxfCM0FVc

Noralma Peralta Mendoza

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4 comentarios de “DIOMEDES… SUS CANCIONES, MI HISTORIA

  1. Ángel Mejía Bolaño dice:

    Jamás había leído un escrito de Noralma con tanto interés como este, muy bueno, me llegó al corazón. Pero, finalizó con la mejor puntada, creer, o validar las cosas de Dios, por FE, más no por LEY. DIOS TE BENDIGA NORA

    • Francisco Javier Pérez dice:

      Vea Seño! Lo único que tengo para decirle es que usted en cada escrito o en cada crónica que nos muestra, logra profundizar más y más mi admiración por la seño que conocí en el Cerrejon, debió ser en el mes de marzo de 2017. Jamás pasó por mi mente que luego de todas las orientaciones que usted le dio al grupo, al cual pertenecía, iban a llegar éstos tremendos regalos, semana a semana, unas verdaderas joyas literarias. Tengo la plena seguridad que llegará el día que todas éstas crónicas queden plasmadas en un solo libro, con un nombre más o menos así, “La peña en 500 crónicas” y ese día creo, que nadie me va a tomar la delantera para comprar ese inmenso libro. Felicitaciones mi seño, mi cariño, respeto y admiración, Bendiciones!!!

  2. Ilfred Carrilo dice:

    Buenos días Nora.

    Lei entretenido tu columna, eres genial, me atrapaste entre tus letras.

    Te mando mi fuerte abrazo y admiración

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