DIOS NO TIENE FAVORITOS

Gálatas Capitulo 2

“Los líderes de la iglesia no tenían nada que agregar a lo que yo predicaba. (Dicho sea de paso, su fama de grandes líderes a mí no me afectó para nada, porque Dios no tiene favoritos). Al contrario, ellos comprendieron que Dios me había dado la responsabilidad de predicar el evangelio a los gentiles tal como le había dado a Pedro la responsabilidad de predicar a los judíos. Pues el mismo Dios que actuaba por medio de Pedro, apóstol a los judíos, también actuaba por medio de mí, apóstol a los gentiles” Gálatas 2:6-8 NTV

Al leer estos pasajes, no pude evitar poner especial atención en esta conclusión del apóstol Pablo “Dios no tiene favoritos” o como dice en otra versión “Dios no hace acepción de personas”, en cualquiera de las dos la finalidad era dejar claro que Dios no tiene preferencias; cosa que no es igual en los hombres, cuya propensión es el favoritismo, esto se ve en las familias entre hijos, en las iglesias donde se observan algunas preferencias sobre algunas personas, también sucede en las empresas y en otros entornos, donde la carrera por ser el favorito es el pan de cada día; sin entender que esta situación además de abrir  puertas al espíritu de rechazo, crea rivalidades y genera inseguridades que muchas veces truncan propósitos.

Esta palabra muestra que el mismo poder que obró en Jesucristo y en los apóstoles en el pasado, puede obrar en nosotros hoy, sin embargo, nuestras inseguridades y temores muchas veces nos hacen pensar que Dios elige usar y manifestarse más en unas personas que en otras, damos por sentado que aunque Dios tiene planes para nosotros, no son tan fenomenales como los tiene para otras personas. Pensamos que tal vez no somos adecuados, o talvez no tenemos la unción, la fe, la santidad, talentos o dones suficientes para llevar a cabo los planes de Dios.

Lo nefasto es, que en ese tipo de argumentos basamos nuestra fe y nuestro vivir en Cristo, de manera errada nosotros mismos nos descalificamos y obstaculizamos la obra maravillosa que Dios quiere hacer en y a través de nuestra vida. Como sucedió con Moisés, en un principio cuando Dios le encomendó ir a libertar a su pueblo lo primero que hizo Moisés fue sacar pretextos y enfocarse en sus inseguridades y limitaciones. Algunas de esas excusas fueron 1. ¿Quién soy yo? (Éxodo 3:11); 2. Quien eres tú? (Éxodo 3:13); 3. No me creerán (Éxodo 4:1) 4. No tengo la capacidad (Éxodo 4:10), 5. 5. No soy el indicado (Éxodo 4:13).

“Entonces Moisés dijo al Señor: Por favor, Señor, nunca he sido hombre elocuente, ni ayer ni en tiempos pasados, ni aun después de que has hablado a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y el Señor le dijo: ¿Quién ha hecho la boca del hombre? ¿O quién hace al hombre mudo o sordo, con vista o ciego? ¿No soy yo, el Señor? Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que has de hablar. Pero él dijo: Te ruego, Señor, envía ahora el mensaje por medio de quien tú quieras. Entonces se encendió la ira del Señor contra Moisés, y le dijo: ¿No está allí tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien. Y además, he aquí, él sale a recibirte; al verte, se alegrará en su corazón. Y tú le hablarás, y pondrás las palabras en su boca; y yo estaré con tu boca y con su boca y os enseñaré lo que habéis de hacer. Además, él hablará por ti al pueblo; y él te servirá como boca y tú serás para él como Dios” Éxodo 4:10-16 LBLA

Cuantas cosas Dios ha pretendido hacer contigo y conmigo que no se han dado, no porque Dios no quiera, sino porque no creemos que seamos los indicados, así es como impedimos que su poder obre en nuestra vida, asumimos como Moisés que lo que él quiere hacer lo hará con nuestras capacidades, recursos, talentos, conocimientos etc. nada está más alejado de la realidad, dice la palabra en 1 de Corintios 1:26-28 Recuerden, amados hermanos, que pocos de ustedes eran sabios a los ojos del mundo o poderosos o ricos cuando Dios los llamó. En cambio, Dios eligió lo que el mundo considera ridículo para avergonzar a los que se creen sabios. Y escogió cosas que no tienen poder para avergonzar a los poderosos. Dios escogió lo despreciado por el mundo—lo que se considera como nada—y lo usó para convertir en nada lo que el mundo considera importante.

David entendía esto, por eso se enfrentó a Goliat, no con su fuerza, ni con ejércitos sino en el nombre de Jehová de los ejércitos. Mientras sigamos comparándonos con otros ministros, hombres y mujeres de Dios, personas comunes y corrientes como nosotros, seguiremos minimizando el poder de Dios en nuestra vida, seguiremos atascados y frustrados, viendo como Dios usa a otros de manera extravagante, como otros crecen y avanzan, seguiremos siendo simples espectadores.  Hay demasiado en nosotros que el miedo le está poniendo una barrera para que no salga, nunca vamos a ser expertos en los asuntos del reino si no nos movemos en la voluntad de Dios. No podemos seguir posponiendo o pensando que Dios se equivocó con nosotros, Dios no se ha equivocado de persona, si él nos da una asignación es porque podemos hacerlo, él nos ha equipado con su poder y dominio propio para que sus planes, aunque parezcan locura, se hagan realidad.

Al momento de enfrentar a Goliat David incluso llegó a ponerse la armadura del rey y a empuñar su espada (1 de Samuel 17:39), por un momento pensó en ponerse en los zapatos de uno que él consideraba grande, pero reaccionó rápidamente, recordó en nombre de quien era que iba a pelear, ese que lo había librado en tantas ocasiones de osos y leones, fue con el poder del mismo Dios a desafiar al gigante. Necesitamos aprender de David a tener una actitud desafiante ante la vida, entendiendo que no es por nosotros. ¡De El viene el poder para levantarnos y creer que podemos lograr cualquier cosa, por qué Él es quien camina a nuestro lado!

Salmo 18:32-33 NVI ”Es él quien me arma de valor y hace perfecto mi camino; da a mis pies la ligereza del venado y me mantiene firme en las alturas;“

En efecto, Dios no tiene favoritos como dice el apóstol Pablo, no ama más a unos que a otros, ni escucha más a unos que a otros, ni bendice más a unos que a otros, pero si usa más a unas personas que a otras, El usa a quienes creen y se apropian del don, el poder y el propósito sin titubear, sin mirar limitaciones humanas. Dios no tiene favoritos, tiene íntimos que son capaces de obedecer sus instrucciones sin vacilación, se arriesgan a creerle, porque, aunque vayan por un camino a ciegas, tienen por seguro que él no los llevara a la vergüenza ni a la destrucción, sino que los hace participes de su grandeza y la extensión de su reino.

¿Queremos ser partícipes de los planes grandes de Dios? Entonces soltemos el temor, las excusas, la desaprobación, elevémonos a sus alturas, busquemos su consejo, su presencia, llenémonos de su fuerza y poder para hacer, aunque parezca imposible de lograr. Para concluir, meditando en esta palabra encontré una frase que me confrontó mucho y reafirmó lo que Dios me ha estado hablando y es que hay una gran diferencia entre “haz lo posible” y “hazlo posible”, esta diferencia radica en que la una está fundamentada en nuestros recursos, capacidades, limitaciones o posibilidades; la segunda depende del poder de Dios y de la fe para creer que podemos lograrlo, sin importar si tenemos el perfil, los recursos, las relaciones, la temporada, etc. solo necesitamos creer, obedecer y, hacer, tener la certeza que fue Dios quien hizo el llamado y nos ha colocado en el lugar que estamos.

Efesios 1:19-20 También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en él. Es el mismo gran poder que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestiales.

Vicky Pinedo 

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