LA SEMANA SANTA Y LOS CUENTOS DE MIEDO MARCHITADOS POR LA MODERNIDAD

“Ayer cuando yo Salí a ver un asunto pendiente, y cuando llegué a la cita me encontré fue un aparato que se burlaba de mí y me mostraba los dientes me decía con su voz ñata, aunque corras yo te alcanzo”

El tema que ocupa nuestra atención nos hizo acordar la canción titulada “El aparato” de Calixto Ochoa sus intérpretes Osvaldo Rojano con Virgilio de La Hoz, incluida en el Corte el LP “Delicias vallenatas” que salió en 1982.

Ha iniciado ya la Semana Santa con sus  días de guardar  y recuerda la humanidad inmerecida y cruel partida de Jesús el hijo de María y José, un  enviado de Dios que constituía una amenaza para los negocios punitivos de los Sumos Sacerdotes, su  defensa de los derechos de la minoría, su permanente cruzada llevando bienaventuranzas a donde  llegaba, curar a los enfermos, y haber dicho que cumplía al pie de la letra la palabra de Dios fueron perversamente interpretados  en su contra para perseguirlo, privarlo de su libertad, sentarlo en el banquillo de los acusados y condenarlo a morir ignomiosamente en la cruz con violación de todos sus derechos fundamentales tutelados por la Ley Mosaica que tuvo su origen desde Moisés tal como lo dicen las Santas Escrituras.

No hay duda que lo sucedido con Jesús  es prueba inequívoca de los riesgos que asume un ser humano cuando sus derechos están sometidos al escrutinio de un administrador de justicia parcializado, pusilánime, de manos flojas y  sin carácter, en ese momento sus garantías procesales son corcho en remolino, en este caso él fue llevado ante Poncio Pilatos que no tenía pantalón sino una faldita corta que le quedaba,  floja  fue Acusado de Blasfemia, con el agravante de haber  curado a un hombre un sábado  día del Descanso judío durante el cual eso no estaba permitido pero Jesús prefirió dar trascendencia a lo importante antes que a lo urgente, pero esa era la prueba reina que  buscaban día y noche los fariseos para que fuera enjuiciado, la multitud manipulada, ignorante  y fanática pedía condena con pruebas o sin ellas, Pilatos asustado no supo  que hacer porque no encontraba demostrado ningún delito, pero los sumos sacerdotes con el coro del bulto le pedían “Condénalo”, y al ser preguntados si se le perdonaba la sentencia fatal a Jesús o a Barrabas el ladrón todos  gritaron  que a Barrabas, así la suerte estaba echada y la palabra también se cumplió, lo entregaron para  martirizarlo con azotes, corona de espinas y lanzas punzantes hasta clavarlo en la cruz, Pilatos por su parte creyó que la sangre inocente  quedo en la poncherita donde  lavó las manos, no imaginaba que allí quien quedo condenado fue el.

Para la desgracia de Jesús   se juntaron  fatalmente en aquel escenario el fanatismo, los celos, el odio, la envidia y la ambición, así Jesús de Nazaret no tenía salvación, a él lo llevaron fue al palacio del sacrificio y no a un Estrado Judicial, por eso en un solo día  vísperas del descanso judío y primer día de los panes sin levadura y la víspera de la  pascua circunstancias que  dejaban al Sanedrín sin competencia  no obstante lo capturaron, le imputaron cargos y lo sentenciaron casi a escondidas, sin  certeza y sin defensor todas causales de Nulidad de todo  actuado porque todo lo que hicieron estaba  prohibido por el Código Penal vigente, por eso lo sucedido fue un asesinato brutal e inmisericorde.

Así como  recordamos durante estos días santos  la corta vida, la pasión y  muerte de Jesús, y rememoramos que fue su condena a la pena capital  el primer Prevaricato cometido por un administrador de justicia del  cual   se tuvo conocimiento en la humanidad recordamos en estos días las Semanas Santas que se vivían en nuestros pueblos, en aquellos tiempos cuando éramos felices pero no lo sabíamos, allá   todo se compartía y para todo nos teníamos  en cuenta, son huella indeleble en nuestra mente las reuniones de la muchachera en la puerta de Josefa Brito sentados en el suelo por las noches alumbrados por lámparas  cuyo olor a Querosín era inconfundible, allí nos contaban y nos contábamos historias aterradoras de cosas extrañas que  habían sucedido durante la Semana Santa, se hablaba de aparatos que salían en los caminos, se repetía una y otra vez la historia del  Fantasma que le salió al Tío Chombo que lo persiguió desde el corral hasta la entrada de la casa a donde por fortuna  encontró y lo abrazó “Papa Crispín” era Crispín Peralta quien era su padrino de Bautizo y se dijo que eso lo que lo salvo de ser atrapado por aquel manto blanco enigmático y voluminoso, después de compartir esos cuentos  no era fácil dormir era imposible  borrar de la mente tantas cosas que se escuchaban que producían miedo, en nuestra inocencia supina se trataba de verdades plenas que requerían de nosotros cuidado, compañía, no ir a los montes solos y no estar en lugares oscuros porque de cualquier matojo nos podía salir un conejo.

Todo ha cambiado,  no se siente ya durante el día el olor de los “Potajes” que se confundía dulcemente con el olor exuberante de los manantiales de la guayabita que parecía de tierra mojada, era un olor diferente, embriagador e irrepetible mientras los gallos cantaban, pájaros contentos  volaban de un lado a otro entre el Palito de Palle, los árboles de  toco de Juan Medina y Bertha Pinto, el de Orejero de la Tía Zenobia  y los montes cercanos así como el Tan, Tan, Tan, del Molino de viento que estaba detrás de mi casa que nos suministraba el agua para el consumo desde cuando se abrieron mis ojos por primera vez, a veces lejos y otras veces cerca se escuchaba también el tableteo sucesivo de las fichas de dominó contra las tablas de las mesas de juego que antes no les colocaban tapetes ni fieltro ni tela de balletas que le quitan la gracia al juego porque fue silenciado, estamos en otros tiempos cuando el golpe de la ficha contra la superficie en  del juego puede considerarse violatorio de derechos de los que no juegan, no goza, en fin de los amargados que ahora los hay como arroz partido, igual se silenciaron de la Radio las siete palabras  que se escuchaban en mi casa todos los viernes santos era conmovedor, ritual, agradable y daba un toque sentido a la celebración.

No puedo dejar de recordar ese tiempo  de gozo y oración de  aquellas semanas santas de días  grises,  largos , de cielo encapotado y  noches de   luna esquiva, pero de firmamento estrellado, los y las estudiantes regresaban alborozados a casa y algunas veces se realizaba el viacrucis presidido por los Padres Capuchinos y organizados con los maestros y las maestras de mi Escuela, se comía a montones mazamorras de todos los gustos y sabores, arroces de camarón y de pescado, los platos, potes, peroles, calambuquitos y olleticas cruzaban de una casa a la otra compartiendo lo que nuestras viejas preparaban, uno iban y otros venían no habían divisiones, los valores de la solidaridad, la amistad y el respeto eran pilares inamovibles de nuestro pueblo, lastima grande que todo fue marchitado por la modernidad y lo citadino, ya nadie cree en nada y tampoco respetan los días sagrados es el motivo por el cual suceden tantas cosas malas y después los afectados preguntan a donde estaba Dios en aquel momento? Estamos a tiempo para reflexionar.

Hoy no es ayer, las Tribulaciones están en el orden del día, y para variar se encuentra La Guajira en el Ojo del Huracán por situaciones que no le permitirán dormir la noche tranquila a muchos dentro y fuera del Departamento, somos como corcho en remolino, a esta hora   retumban la tierra mía exclama al cielo como Jesús de Nazaret “Dios mío, ¿por qué me has abandonado? ¡¡Todos estamos en peligro, pero Dios no desampara jamás a sus buenos hijos AMEN!!

Luis Eduardo Acosta Medina

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