Hechos Capitulo 5
Este capítulo tiene una extensa cantidad de enseñanzas, respecto de cómo ser seguidores de Cristo y cumplir nuestra misión en la tierra; y es así porque seguir a Jesús, y comprometernos a vivir la vida de la manera que Él nos pide, es mucho más de lo que muchos estamos dispuestos a entregar, de hecho, servirlo y seguirlo requiere todo de nosotros y en muchas ocasiones esto no nos va a resultar fácil. En ese sentido se puede resaltar 3 aspectos relevantes.
Dios descubre públicamente las intenciones del corazón
“Entonces Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has permitido que Satanás llenara tu corazón? Le mentiste al Espíritu Santo y te quedaste con una parte del dinero. La decisión de vender o no la propiedad fue tuya. Y, después de venderla, el dinero también era tuyo para regalarlo o no. ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¡No nos mentiste a nosotros sino a Dios!».” Hechos de los Apóstoles 5:3-4 NTV
Ananías y Safira querían pertenecer, adaptarse y congraciarse con la comunidad cristiana de la época, o por lo menos trataron de infiltrarse en ella, por lo que decidieron voluntariamente vender sus propiedades para ayudar a los apóstoles; sin embargo, a última hora resolvieron quedarse con una parte del dinero. De acuerdo con esta palabra, se puede inferir que Ananías había decidido entregar todo el dinero de la venta de su propiedad a Dios, pero luego se retractó.
Ananías significa = El Señor ha dado gentilmente” y el de Safira = Hermosa.
Sus nombres y acciones simulaban altruismo, pero sus intenciones no eran tan buenas. Ananías junto a su esposa vendieron la heredad, tomaron una parte del dinero para ellos y otra parte la entregaron a la iglesia. El problema fue que aseveraron que el dinero entregado a la iglesia era el total de la venta, pretendiendo engañar al Espíritu Santo.
Muchas veces nos comprometemos en hacer cosas que Dios no nos ha pedido y luego eso nos cuesta tanto, que nos echamos para atrás. Tengamos esto en cuenta, en las negociaciones entre hombres la palabra se debe cumplir, sino se pierde credibilidad que es uno de los aspectos más importantes para sostenerse en ese entorno; entonces ¿que nos hace pensar que con Dios es distinto?
El error de Ananías y Safira no fue retener cierta cantidad de la venta de su propiedad, sino mentir sobre el precio de la venta. Esto es un ejemplo de lo que vivimos hoy, las iglesias están llenas de gente con apariencia de piedad; por eso es necesario, cada día que todos nos analicemos a la luz de la palabra, comprobar si tenemos alguna inconsistencia en nuestras palabras versus nuestro modo de actuar, pensar y vivir. Por qué en definitiva, la hipocresía, como muchos pecados, comienza con una mentira y termina con la muerte.
Es tan difícil discernir entre la piedad y la falsa piedad, que fue el mismo Espíritu Santo quien le reveló a Pedro que Ananías mentía. Dios no le pidió a este hombre que vendiera sus bienes, tampoco los obligó a dar todo el dinero de la venta a la iglesia. Si Ananías hubiera sido honesto y señalado que esa era una parte, no hubiera habido ningún problema.
Estos dos personajes intentaban parecerse a Bernabé, imitando su ejemplo en cuanto a la mayordomía de los recursos (Hch 4:36–37). Pero realmente su motivación era ganar honra para ellos mismos. Se mostraban generosos, pero daban para ganar estatus, no por amor
Cierro este primer aspecto con dos interrogantes: ¿Somos sinceros delante de Dios? ¿Estamos tomando de lo que pertenece a Dios para nosotros?
Ser seguidor de Cristo conlleva un cambio fundamental en nuestra manera de vivir. Ahora en todo lo que hacemos debemos procurar amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, no incrementar nuestro estatus social, riqueza y poder.
El poder del espíritu santo es manifiesto cuando nuestra intención es expandir el reino de Dios y no solo ver ocurrir milagros
“Los apóstoles hacían muchas señales milagrosas y maravillas entre la gente. Y todos los creyentes se reunían con frecuencia en el templo, en el área conocida como el pórtico de Salomón;” Hechos de los Apóstoles 5:12 NTV
“Como resultado del trabajo de los apóstoles, la gente sacaba a los enfermos a las calles en camas y camillas para que la sombra de Pedro cayera sobre algunos de ellos cuando él pasaba.” Hechos de los Apóstoles 5:15 NTV
Al leer estos versículos pensé, Waooo ese mismo espíritu que estaba sobre Pedro es el Espíritu Santo que mora en nosotros y entonces ¿por qué no tenemos ese nivel de manifestación? Al respecto, Dios me ha hecho comprender que su manifestación en el tiempo de los apóstoles era más evidente y maravillosa por qué los ellos vivían realmente para servir y expandir el reino de Dios, por consecuencia sucedían milagros y prodigios; en cambio, la iglesia de hoy solo busca la manifestación de Dios a través de los milagros, la prioridad no son las almas si no los milagros y el cumplimiento de las promesas de Dios. Solo nos dedicamos a orar para pedir por nuestras necesidades o las de otros pero no por la conversión de las almas.
Los apóstoles llenos del Espíritu Santo enseñaban a los demás acerca de Jesús haciendo milagros y prodigios sobrenaturales, mostraban la verdad y el poder del evangelio y no lo hacían por exhibición o protagonismo, el propósito de estas señales era mostrar la gracia salvadora de Dios y su misericordia.
Es preciso dejar de enfocarnos en los milagros, para enfocarnos en las almas y como consecuencia lo uno viene con lo otro. Necesitamos dejar al espíritu de Dios actuar y manifestar su poder en nuestra vida, para que otros crean, no era la sombra de pedro la que sanaba, sino el gran poder del Espíritu mismo de Dios a través del Apóstol Pedro.
Servir a Dios siempre traerá oposición; pero también vendrá su ayuda para librarnos
“El sumo sacerdote y sus funcionarios, que eran saduceos, se llenaron de envidia. Arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública; pero un ángel del Señor llegó de noche, abrió las puertas de la cárcel y los sacó. Luego les dijo: «¡Vayan al templo y denle a la gente este mensaje de vida!». ”Hechos de los Apóstoles 5:17-20 NTV
“Los otros miembros aceptaron su consejo. Llamaron a los apóstoles y mandaron que los azotaran. Luego les ordenaron que nunca más hablaran en el nombre de Jesús y los pusieron en libertad. Los apóstoles salieron del Concilio Supremo con alegría, porque Dios los había considerado dignos de sufrir deshonra por el nombre de Jesús. Y cada día, en el templo y casa por casa, seguían enseñando y predicando este mensaje: «Jesús es el Mesías».” Hechos de los Apóstoles 5:40-42 NTV
Muchas veces, vamos a enfrentar situaciones y personas usadas por el enemigo para hacernos oposición por causa de nuestra fe y servicio a Dios, y así debilitar nuestra confianza en él; sin embargo, Dios nos recuerda hoy a través de su palabra que a pesar de los obstáculos, el enviará su Ángel para que nos saque de esas situaciones y nos liberte de esas personas. Todas las artimañas usadas por el sumo sacerdote, los saduceos y demás personas que no querían que el evangelio se expandiera, no pudieron lograr que los apóstoles dejaran de esparcir el mensaje de vida. Incluso, pensaron en matarlos, pero Dios uso a uno de ellos mismos (Gamaliel el Fariseo Hechos 5:34-40) para evitarlo. Lo que más me impresiona, es que los apóstoles se sintieron dignos de sufrir azotes y estuvieron dispuestos a morir por la verdad.
¿Cuantas veces nosotros pasamos situaciones adversas y ya queremos dejar a Dios de lado, porque no estamos recibiendo lo que necesitamos? A estos hombres, por poco los matan y les prohibieron hablar de Cristo y llevar el mensaje de esperanza, y lo primero que hicieron al salir de la cárcel fue seguir evangelizando.
Los opositores pensaron que con darles un susto y amenazarlos, sucedería como con otros grupos religiosos, que cuando el líder desapareció, se diluyó el movimiento; lo que no sabían estos es que este movimiento era liderado por el mismo Espíritu de Dios, ese mismo capaz de levantar a los hombres de la muerte.
Necesitamos enfocarnos, porque ciertamente en el mundo tendremos aflicciones, tiempos difíciles, batallas recias, pero debemos confiar, no estamos solos en esto, Jesucristo ya venció y El pelea por nosotros nuestras batallas. No podemos dejarnos amedrentar por la oposición, no podemos flaquear, ni abandonar el propósito, sino más bien avanzar con más ahínco como lo hicieron los apóstoles, que aun a riesgo de perder su vida, seguían proclamando el nombre de Jesús.
Esto nos reta como seguidores de Jesús. Necesitamos tener el valor y determinación que tenían los apóstoles para estar firmes y seguir cumpliendo nuestra misión en esta tierra, tomemos la decisión de vivir valientemente por él que murió amorosamente por nosotros.