El gobierno Petro acabó con Ecopetrol. La politización de las decisiones directivas, los escándalos de corrupción y la caída de la productividad tienen a la empresa con utilidades que no superan los 12 billones de pesos, cifra que, aunque considerable, representa una drástica caída, junto con pagos mínimos de dividendos y la ausencia de nuevos contratos de hidrocarburos.
A finales del 2022, Petro le dio dos golpes mortales a Ecopetrol. Primero, se prohibió tener nuevos contratos de exploración y explotación de hidrocarburos. Hoy el país tiene 40 pozos exploratorios y llegaremos a 2030 sin ninguno. El riesgo es que necesitaremos seis años entre la firma de un contrato exploratorio y la producción de un barril comercial de petróleo. La producción de petróleo del primer semestre del 2024 equivale al 83% de lo que se producía en 2019 (una disminución del 17%), y la producción de gas es del 62%. El país ya ha incrementado la importación de gas en un 634% en comparación con 2019.
El segundo golpe fue una sobretasa de renta que el gobierno impuso a las petroleras en la reforma tributaria de 2022. La tasa efectiva de tributación de Ecopetrol pasó del 33,8% en 2022 al 52,2% en 2024.
El presidente de Ecopetrol es Ricardo Roa, el gerente de campaña de Petro. Tiene varias investigaciones penales por la presunta financiación ilegal de la campaña. Se le acusa de usar cuentas personales para recibir dineros y de la falta de registros de pagos como los testigos electorales. Investigación que sigue en curso.
A mediados de este 2024 renunciaron dos miembros de la junta directiva: los economistas Juan José Echavarría y Luis Alberto Zuleta. Afirman que en mayo del 2024 la empresa aprobó por mayoría adquirir el 30% del Proyecto Crownrock con Oxy en Estados Unidos para extracción de petróleo vía fracking. Sin embargo, en agosto, por una aparente decisión discrecional de Petro, se suspendió esta compra. No estuvieron de acuerdo y renunciaron.
No deja que Colombia produzca ni gas ni petróleo, pero nos toca importarlo. Niegan que usemos tecnologías como el fracking, pero compramos gas producido con esa técnica. Además, Ecopetrol tiene unos contratos vigentes para fracking a través de su filial Ecopetrol Permian LLC (ECP) en la cuenca del Permian en los estados de Texas y New México.
En el último mes se han conocido nuevos escándalos: un directivo de Cenit (filial de Ecopetrol) denunció que directivos de la empresa estarían reunidos con Danilo Romero, compadre de Gustavo Petro, para direccionar contratos de la empresa. También que la pareja de Ricardo Roa, Julián Caicedo, manejaría contratos dentro de la empresa, denuncia que se repite varias veces sin consecuencias.
Los costos laborales de Ecopetrol crecieron en 1,1 billón de pesos en el primer semestre del 2024 frente al 2022 (un aumento del 20%). La deuda aumentó en un 16% (16,2 billones adicionales) y los gastos financieros en 26% (más de 524 mil millones).
La productividad de la entidad está en mínimos históricos recientes. Un barril de petróleo le costaba a Ecopetrol en 2022 9,1 dólares, pasó a 13,2 dólares en 2023. Pasamos de tener ingresos a septiembre en 2022 de 119,2 billones a 98,5 billones en 2024, y unas utilidades de 98,5 billones a 11 billones.
Esto ha resultado en menores dividendos. En 2022 se repartieron $593 por acción, en 2023 $312 pesos (una caída del 47%). La acción en bolsa pasó de COP$2.480 a COP$1.836 pesos (una caída del 26%).
Ecopetrol está recibiendo el embate de la bola de demolición que es este gobierno, cuya máxima es que lo que toca lo daña. Hay que tener cuidado porque la pérdida de la seguridad y la soberanía energética del país nos lleva a grandes problemas en el futuro.
Paloma Valencia Laserna