¡UN CAPRICHO DEL PRESIDENTE!

La reciente designación del general Pedro Sánchez Suárez como ministro de Defensa ha dejado más preguntas que respuestas. En un país donde la línea de mando militar ha sido estrictamente respetada, y donde la Constitución de 1991 estableció la separación clara entre civiles y militares en el manejo del Estado, esta decisión de Gustavo Petro rompe con una tradición de más de tres décadas.

Pero, más allá de la sorpresa, lo que más inquieta es la lógica detrás de este nombramiento. Me hago varias preguntas que tal vez el presidente debería haberse hecho antes de tomar esta determinación.

¿Decisión racional o emocional?

Sabemos que Pedro Sánchez no es un desconocido para Gustavo Petro. Durante años, fue su escolta personal. Su cercanía con el mandatario no es un dato menor. ¿Es esta una decisión basada en méritos profesionales o en la confianza personal?

Desde su llegada al poder, Petro ha demostrado que confía más en la lealtad que en la institucionalidad. Pero la defensa de un país no puede quedar en manos de la gratitud o de lazos personales.

El senador Miguel Uribe Turbay fue uno de los primeros en reaccionar con dureza:

“El presidente está rompiendo con la estructura de mando militar por razones políticas. Esto no es una reforma, es un capricho.”

 

¿Sobriedad o impulsividad?

Es imposible ignorar las constantes acusaciones de que el presidente toma decisiones en estados poco claros. En varias ocasiones, ha sido señalado de hacer anuncios relevantes en medio de supuestas borracheras.

¿Fue este nombramiento resultado de una evaluación seria de la situación del país o un arrebato de madrugada en un estado cuestionable?

El periodista Daniel Coronell, cercano al gobierno, se preguntó en su columna:

“¿Dónde están los estudios estratégicos que justifican esta movida? ¿Por qué romper con 30 años de separación entre lo militar y lo político?”

 

¿Cómo afecta esto la línea de mando?

Colombia tiene una de las Fuerzas Militares más estructuradas de América Latina. La jerarquía y el respeto al escalafón son pilares fundamentales. ¿Cómo se sentirán los generales de mayor rango cuando ahora deben recibir órdenes de alguien que, en términos de jerarquía, les era subordinado?

El exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón advirtió:

“El general Sánchez tiene méritos operacionales, pero la línea de mando es sagrada. Esto puede generar una crisis interna en las Fuerzas Militares.”

 

¿Quién gana y quién pierde?

El nombramiento de Pedro Sánchez podría interpretarse como una movida para fortalecer el control militar sobre las operaciones de seguridad, alejándose de la política de paz total de Petro, que ha recibido fuertes críticas.

Pero la gran pregunta es: ¿Quién realmente gana con esto? ¿La seguridad del país o la confianza personal del presidente?

En los próximos meses veremos si esta apuesta resulta ser una jugada estratégica o simplemente otro capricho de un mandatario que parece más preocupado por su círculo de confianza que por la estabilidad institucional del país.

Este es el juramento del ministro anterior: «¿Jura por Dios y por la patria cumplir fiel y lealmente las obligaciones que la Constitución y la ley le imponen?», ahora Mi pregunta final es ¿A quién tomara juramento PEDRO SANCHEZ?

Fabio Torres “El Rector”

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