La fracasada teoría socialista de finales del pasado siglo, ahora se viste con distintos ropajes, todos de izquierda radical y baja estatura moral, donde encontramos a los “progresistas”, los “verdes”, los “de centro izquierda”, los “socialistas del siglo XXI” y otras filosofías políticas trasnochadas que solo han contribuido a la pobreza de sus pueblos, la tiranía dictatorial, el crecimiento de la inseguridad y el delito transnacional, la corrupción y la Kakistrocracia o el gobierno de los peores.
Insistir, torpemente, en fórmulas políticas del pasado, para intentar “revitalizar” las posturas radicales de izquierda en estos tiempos de la inteligencia artificial, es un disparo en el pie para estos partidos políticos, su ideología y metodología mendaz de gobiernos decadentes.
A finales del pasado mes de julio se reunieron en Santiago de Chile, cinco jefes de Estado; cuatro de ellos con muchísimas dificultades políticas y de gobernabilidad; escándalos de corrupción y decididos aupadores de grupos criminales que, en alianzas solapadas con el poder, han permeado de manera peligrosa y crítica, las instituciones democráticas de cada nación, sometiendo en muchos de ellos, a la población civil y a las autoridades, con un saldo criminal muy preocupante.
Ese foro de las vanidades a que fueron convocados, se denominó CUMBRE DEMOCRACIA SIEMPRE, una denominación altisonantemente cínica y grotesca.
El presidente anfitrión, GABRIEL BORIC, quien como todos los radicales de izquierda y “progresistas de fórmulas mágicas”, llegó al poder como la esperanza de renovación y nuevos aires para Chile, un país que descendió inexplicablemente en su desarrollo y nivel de calidad de vida, bajo los obtusos gobiernos de izquierda, tras períodos de gran prosperidad. Pero hoy, esa imagen de renovación y vuelta a la prosperidad no existe; ni siquiera su partido es representativo en las elecciones de las primarias y, muy seguramente, el candidato de la derecha y la candidata de los comunistas estarán en una “cabeza a cabeza” en las próximas elecciones a presidencia. Un anfitrión que nada tenía que decir ni aportar.
El presidente uruguayo, el más nobel de los integrantes del grupo, YAMANDÚ ORSI, fue muy discreto y prudente en esa reunión y se preguntan en su país, ¿Qué gana Uruguay adhiriendo y siendo proactivo en este grupúsculo de decadentes? El país no necesita de esa participación y Orsi, inteligente y con futuro político, además de aceptación y respaldo popular, debe pensárselo muy bien para las futuras invitaciones, más allá de la diplomacia y la cortesía regional.
El mandatario de Brasil, LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA, ex convicto, cuestionado desde su regreso a la presidencia por la propensión de su gobierno a la corrupción; por su permanente retórica contra las políticas económicas de los Estados Unidos, así como por su personal venganza judicial contra el candidato de la derecha brasilera, en una fórmula parecida o calcada de lo que pasa hoy en nuestro país. Lula es un desgaste para la ruta que parecía emprender el gigante suramericano, propicia en estos tiempos de Trump y los aranceles. Además, su extraño favorecimiento y alineación ideológica con China, ha revivido un enorme malestar entre sus obstinados electores, que no han entendido que algunas “segundas malas partes” nunca, por supuesto, resultarán buenas.
El presidente colombiano GUSTAVO PETRO, el más incómodo del grupo y quien más incentiva, genera, desencadena desencuentros diplomáticos y rupturas de alianzas internacionales, fue otro de los asistentes a esta Cumbre de los Reprobados Siempre.
Se presentó en la Cumbre para exponer su singular teoría económica basada en las matemáticas cuánticas del siglo XXI, y de paso, despotricar contra Israel, Estados Unidos y La Unión Europea. Un presidente que está rodeado de funcionarios ineptos, corruptos, ineficientes, con muchas denuncias penales y disciplinarias abiertas que no avanzan por su indebida injerencia. Podríamos decir que los únicos logros que esgrime a la fecha es la condena al inocente ALVARO URIBE VÉLEZ, y la coalición con grupos criminales, mafiosos y narcotraficantes, que socavan nuestras instituciones democráticas; en fin, tres años de narrativas rocambolescas, vacías, insulsas y empobrecedoras.
Finalmente, la cuota “extranjera” en esta cumbre de fracasados, es el jefe del gobierno español, PEDRO SÁNCHEZ, uno de los gobernantes más corruptos que ha tenido la madre patria después del Duque de Lerma, que ha llevado a su partido de izquierda, considerado hoy como el traidor de España, el PSOE, a su nivel más bajo de aceptación de los últimos 50 años. SANCHEZ viene a apoyarse en sus homólogos suramericanos para “refrendar” la necesidad de unir al progresismo universal para la defensa de la democracia y poder afrontar con confianza un futuro más alineado a Rusia, Palestina y China, alejados de otros bloques de “ultraderecha” que propugnan por volver al poder.
Ese chiste malo se cuenta solo.
En este segundo semestre de 2025 y para el año 2026, Latinoamérica y España tendrán su punto de inflexión política que determinará el futuro de nuestros pueblos Iberoamericanos y del Brasil. La participación ciudadana en forma decidida, informada y masiva, así como liderazgos democráticos e ideológicos unificados, que respondan al llamado urgente para combatir con eficacia los grandes males y las crecientes preocupaciones de nuestros pueblos (CORRUPCIÓN, ALIANZAS GOBIERNO – MAFIAS, INSEGURIDAD, BAJO CRECIMIENTO ECONÓMICO, ALINEACIÓN CON ORIENTE, IRRESPETO A LAS INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS Y A LA LEY, CONSTREÑIMIENTO A LAS LIBERTADES Y OTROS), marcarán la diferencia entre el primer mundo, el Estado de derecho y las repúblicas bananeras de los tiranos.
Luis Eduardo Brochet Pineda

