¡BIEN POR USTEDES, CARAJO!!!

Muy de mañana, el pasado 19 de octubre, el país cumplió por segunda vez con la cita democrática para elegir los nuevos Consejeros municipales y locales de Juventud que ejercerán funciones durante los próximos cuatro años. Se trata de un proceso que vinculó este año una multitud de más de 45.100 jóvenes[i] de todo el país, hombres y mujeres de entre catorce y veintiocho años de edad que registraron sus candidaturas con la esperanza de ser elegidos mediante voto popular para ejercer una función consultiva ante las instancias de gobierno en sus municipios. Se espera con ello que los jóvenes tengan la oportunidad de representar a sus partidos políticos en el debate electoral y que los más votados ocupen la curul correspondiente en cada instancia municipal y distrital.

A toda esa multitud de soñadores podemos decirles que son protagonistas de un momento demasiado especial para el país. Todos los aspirantes, desde la primera hasta el último, son la evidencia real e inequívoca de un fenómeno político renovador que se fragua ante nuestros propios ojos y que podrá llegar a ser muy importante en los años que están por venir: el ascenso verdadero de la juventud a la tarea política.

Estamos seguros que saben, o que al menos suponen, lo que significa para cada uno el que un grupo de ciudadanos jóvenes pueda ser elegido para hacer parte de tan primerísima instancia de representación política:  la primera que abre las puertas a los ciudadanos de corta edad para ocupar una posición desde la cual pueden influir y tener injerencia en la orientación de las políticas públicas que tienen que ver con los más jóvenes en nuestras ciudades y territorios.

Llegar a instancias de representación, como son los Consejos de Juventud, es el remate de un esfuerzo valeroso y en extremo meritorio que todos asumen con los escasos recursos que apenas pueden tener en sus bolsillos. Se trata de un trabajo dedicado y serio que lo realizan porque sienten que es su oportunidad para aportar en la construcción de mejores condiciones para las juventudes en Colombia, con fundamento en una renovada consciencia de responsabilidad civil que es necesaria para crecer y avanzar en el feliz desarrollo de nuestros pueblos. Estamos hablando de un primer compromiso que asumen los jóvenes con la sociedad a la cual pertenecen y de seguro no será el último, y lo hacen en apelación de un derecho que es esencial: el de elegir y ser elegidos en un ejercicio de Democracia Real, para que tengan todos y cada uno la oportunidad de ejercer ese sueño político que yace atento en alguna parte de sus espíritus inquietos. Para el público en general no está muy claro a qué llegan los jóvenes a las instancias de Gobierno, y eso puede ser parte de la apatía y falta de cultura política que afecta nuestras sociedades inmaduras, aunque es esa, precisamente, la tarea que corresponde realizar sin descanso de aquí en adelante, al menos hasta que la avanzada de los jóvenes en la política se convierta en una realidad perfectamente naturalizada por una sociedad anómica que debe buscar la forma de superar el patológico estado de la sumisión y la desesperanza. 

De este nuevo torrente de jóvenes, suponemos que saben qué cosa deben hacer cuando ganan, pero también qué cosa harán si acaso pierden, porque entenderán que es propio de la lucha política “el ganar y el perder”, ojalá limpia y democráticamente, como debe suceder en toda Democracia civilizada. Puede ser que para muchos de estos nuevos políticos – eso esperamos- sea este el comienzo verdadero de una carrera política, honorable, limpia, inteligente y exitosa, lo cual ha de ser motivo de alegría para todas aquellas comunidades que les concedieron su voto de confianza. Sabemos que ninguna y ninguno de estos miles de nuevos adalides de la causa juvenil defraudará ese voto que recibieron para salir ganadores. También puede ser que para aquellos que no lograron la curul deseada sea apenas una experiencia cumplida, una que quizás represente un aplazamiento en sus aspiraciones, o un cambio de dirección en sus vidas, pero nunca un fracaso.

El hecho real es que la vida política de estos miles de candidatos ya comenzó, de tal modo que esperamos que puedan afrontarla y llevarla adelante sin temor, con valentía y con decisión. Desde la amplitud y diversidad de nuestras sociedades esperamos que esa llama que se ha encendido en tantos corazones nunca se apague, y que encuentren ellas y ellos la forma de capturar hasta el más el mínimo soplo de viento para poder seguir sin detenerse hasta alcanzar inimaginados destinos. Tal como se ha dicho siempre en el mundo del mar: “sólo en la tormenta se puede saber qué tan buena es la madera con la que se ha construido cada barco”, y en referencia a los jóvenes que se han puesto de pie en la campaña 2025, ahora comenzamos a saber con qué espíritu y buena inteligencia están armados.

¿A cuántos de ellos les veremos pronto como ediles en sus municipios, o Concejales, o Diputados, o Representantes a la Cámara, o Senadores? ¿Cuántos de ellos lo desean firmemente? ¿Cuántos se preparan responsablemente para serlo? La vida política tiene siempre un comienzo y nos enorgullece que la vocación política de los jóvenes esté brotando tan temprano. ¡Eso es propio de valientes!!!!

Muchachos, lo que a muchos de nosotros nos ha costado tiempo y esfuerzo, a ustedes les puede quedar más fácil si se ocupan de acopiar desde muy temprano lo que necesitan aprender para llevar su tarea con éxito. Las generaciones mayores no tuvimos maestros, solo el duro camino de la experiencia, pero ustedes sí pueden tenerlos. Su mejor recurso hoy está en los mayores, en todos aquellos que ya han hecho un recorrido por la vida y tienen en sus pies y sus espaldas el testimonio de su experiencia. Hay que buscarles; hay que acercarse a ellos, con la confianza que de seguro se pondrán a su servicio. 

¡Muchachos, el cambio generacional ya comenzó!! ¡El momento para que ustedes puedan convertirse en una alternativa de poder ya llegó!! Podrán iniciar su marcha y para ello no están solos, porque cuentan con el favor de todos aquellos que se unieron a ustedes para hacer frente a esta aventura de lograr el voto de sus pares en la juventud.  Su tarea está en inspirar en todos ellos el deseo de permanecer unidos, todos con ustedes, sin que nadie se quede atrás, porque esa será la forma de llevar nuestras sociedades al lugar de coincidencia y entendimiento que todos anhelamos.

Y como sociedades unidas, identificadas en ideales profundos de Paz y prosperidad, en pleno ejercicio de la justicia y la equidad para todos, nos haremos capaces de elegir de entre ustedes toda suerte de gobernantes, aquellos que creemos que son necesarios, simplemente porque tenemos la certeza que podemos recuperar el mando y control de nuestros destinos sociales. No debemos ignorar la preciosa lección de aquel querido Capitán de apenas quince años de edad, quien tomó sin miedo el control de su nave y se hizo responsable de la vida de su tripulación y sus pasajeros. [ii]

El que lo jóvenes se muestren dispuestos a asumir responsabilidades políticas es, de lejos, una realidad ya presente y muy comprometida, y sabemos que más y más jóvenes se pondrán de pie ante el desafío que representa el asumir su primera tarea en la extensa esfera de lo político y la gestión de Gobierno. Pero, ¿se han preguntado ustedes quién vendrá después de ustedes? ¿Y después quién? ¿Y después quién? ¿Hay entre ustedes gobernantes para el futuro? ¿Hay entre ustedes Presidentes para el futuro?  No lo sabemos, pero lo presentimos.

¡Vamos muchachos, hay que ponerse de pie… la meta está adelante!!

¡Bien por ustedes, CARAJO!!!

 

Arturo Moncaleano Archila

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[i] Fuente:  https://wapp.registraduria.gov.co/electoral/consejos-de-juventud-2025/registro-candidatos.html

 [ii] Julio Verne. “Un Capitán de quince años” (Publicado en 1878)

https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Verne,%20Julio%20-%20Un%20Capitan%20de%20quince%20a%C3%B1os.pdf

 

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