Los resultados de la más reciente consulta de la izquierda colombiana sorprendieron incluso a los observadores más curtidos. Contra todo pronóstico, el desgaste político del gobierno de Gustavo Petro —marcado por la improvisación en la gestión, los tropiezos en su intento de estatizar la salud, los escándalos familiares y de financiación, y la creciente inseguridad— no se tradujo en una merma sustancial de respaldo ciudadano. El oficialismo demostró una resiliencia que pocos anticipaban.
Negar el éxito del Pacto Histórico sería negar la evidencia. Pero atribuirlo a un supuesto fraude no pasa de ser una salida fácil, más emocional que analítica. Las urnas han hablado con claridad: quienes deseen construir una alternativa viable deberán dejar atrás los egos y coordinar una estrategia común. Si el centro y la derecha no logran una alianza firme, el petrismo podría prolongar su dominio político por otro cuatrienio.
El rostro natural de esa continuidad es Iván Cepeda, figura simbólica del petrismo y heredero ideológico del proyecto de Petro. Sin embargo, su camino está plagado de retos. Antes de soñar con la Presidencia deberá superar la consulta del Frente Amplio, prevista para el 8 de marzo —si no termina cancelándose por falta de competencia—, y luego afrontar la primera vuelta del 13 de mayo. Si no logra imponerse entonces, le quedará la cita del 21 de junio, cuando una eventual segunda vuelta lo enfrentaría con la oposición.
Y ahí surge la gran incógnita: ¿quién encarnará esa oposición? Hoy más de un centenar de aspirantes recorren el país en busca de firmas, una proliferación de nombres que solo augura dispersión y confusión.
En el Centro Democrático, la selección del candidato se resolverá mediante una encuesta interna entre María Fernanda Cabal, Uribe Londoño, Paloma Valencia, Paola Holguín y María del Rosario Guerra. Los dos primeros figuran con mayor favoritismo. El vencedor competirá el 8 de marzo en una consulta interpartidista frente a Juan Carlos Pinzón y Abelardo de la Espriella, quienes, aunque no son uribistas de línea dura, gozan de cierta simpatía dentro del partido.
No obstante, algunos dirigentes buscan ir más allá e impulsar una coalición amplia entre el centro y la derecha, auspiciada por los expresidentes Álvaro Uribe y César Gaviria, que agrupe nombres como Carlos Fernando Galán, Juan Fernando Cristo, Luis Gilberto Murillo, Mauricio Cárdenas, Rodrigo Lara y Sergio Fajardo. Pero la diversidad ideológica y las tensiones personales podrían frustrar ese intento. Varios de los potenciales aliados han expresado su rechazo a compartir escenario con De la Espriella, a quien consideran excesivamente radical.
También ha circulado el nombre de Vicky Dávila, aunque su eventual aspiración estaría, según se comenta, vetada por viejas diferencias con el expresidente Juan Manuel Santos. En cuanto a Sergio Fajardo, su insistente independencia lo mantiene alejado de cualquier coalición; sin embargo, si la contienda termina polarizada entre Cepeda y De la Espriella, podría posicionarse como una alternativa moderada y atractiva para el electorado de centro.
El 8 de marzo, los colombianos tendrán tres papeletas: una para Senado, otra para Cámara y una tercera destinada a las consultas interpartidistas. El registrador Alexander Vega Penagos ha dispuesto que esta última sea única, con el propósito de garantizar la confidencialidad del voto y evitar que los ciudadanos deban solicitar públicamente la consulta de su preferencia.
Hasta ahora no se ha definido cuántas consultas se llevarán a cabo. Podrían ser tres —una por cada bloque ideológico: izquierda, centro y derecha—, aunque los partidos disponen hasta el 8 de diciembre para inscribir oficialmente sus aspirantes ante el Consejo Nacional Electoral.
Así, el panorama político del país sigue siendo incierto. El petrismo se muestra sólido y organizado, mientras la oposición continúa dispersa, atrapada en sus diferencias internas y carente de una visión común. Si el centro y la derecha no logran converger en un proyecto coherente, la izquierda podría volver a alzarse con la victoria y consolidar su permanencia en el poder.
Dinhora Luz Sierra Peñalver

