Son muchas las formas que puede tomar lo que una empresa capitaliza como ventaja competitiva, sin embargo, dentro de este sin fin de posibilidades, la capacidad que la empresa tiene de Adaptarse es sin duda una de las más importantes.
Las empresas enfrentan constantemente desafíos de innovación tecnológica, fluctuaciones del mercado y expectativas cambiantes de los clientes. En este contexto, la empresa debe explorar los diversos caminos que puede tomar para responder a las fluctuaciones de mercado, las tendencias emergentes y los cambios sociales, políticos y económicos que afectan los ya mencionados cambios en el mercado.
La exploración de posibilidades de reestructuración o cambios organizacionales debe hacerse teniendo presente un panorama objetivo de la actualidad de la empresa, un análisis DAFO por ejemplo, realizado con participación de empleados, clientes y otros stakeholders podría ofrecer evidencia clara de primera mano sobre las fortalezas, necesidades, oportunidades y amenazas con que se cuenta, ofreciendo así un panorama objetivo para decidir la manera más inteligente y efectiva de evolucionar y Adaptarse a la actualidad.
Una de las formas más rápidas y efectivas (eficientes + eficaces) de realizar cambios estructurales para crear adaptabilidad en la empresa es la implementación de métodos ágiles para mejorar los resultados de cualquier proceso y la capacidad de respuesta organizacional. Estos métodos no solo aceleran el proceso de innovación, sino que también permiten a las empresas pivotar rápidamente frente a disrupciones y aprovechar oportunidades emergentes.
¿QUÉ SON LOS MÉTODOS ÁGILES Y POR QUÉ SON CRUCIALES PARA LA ADAPTABILIDAD EMPRESARIAL?
Los métodos ágiles son enfoques iterativos y colaborativos que priorizan la flexibilidad y la adaptabilidad en el desarrollo y gestión de proyectos. Estos métodos surgieron en el contexto del desarrollo de software para abordar la rigidez de los métodos tradicionales y responder de manera ágil al siempre cambiante panorama que conlleva la relación con los clientes, sus requerimientos y las constantes fluctuaciones del mercado.
Estos métodos cuentan con 4 valores comunes, conocidos como El Manifiesto Ágil (The Agile Manifestó), los cuales, a pesar de haber sido establecidos en el 2001, y que el contexto global (tanto en la industria del Software como de los negocios en general) ha cambiado de manera increíble, están más vigentes que nunca para tenerlos presentes en cualquier industria, no solo para softwares.
MANIFIESTO POR EL DESARROLLO ÁGIL DE SOFTWARE
Estamos descubriendo formas mejores de desarrollar software tanto por nuestra propia experiencia como ayudando a terceros. A través de este trabajo hemos llegado a valorar:
- Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas
- Software (proyectos) funcionando sobre documentación extensiva
- Colaboración con el cliente sobre negociación contractual
- Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan
Esto es, aunque valoramos los elementos de la derecha, valoramos más los de la izquierda.
Aun cuando Dave West, CEO de Scrum.org y uno de los 17 firmantes de Manifiesto, cuenta que la aplicación de estos valores a otras industrias debe hacerse entendiendo a profundidad las necesidades y el contexto su aplicación, hoy en día, estos métodos se aplican en casi todos los sectores empresariales donde se busca optimizar procesos, acelerar la innovación y mejorar la capacidad de respuesta ante las ya mencionadas dinámicas cambiantes del mercado globalizado y las evoluciones sociales y culturales.
Para aplicar este tipo de métodos en la empresa, es necesario tener claridad objetiva sobre la realidad de la organización a todo nivel, de tal manera que, al momento de la implementación, el proceso no se encuentre con limitaciones u obstáculos estructurales que no permitan llevar a cabo el proceso, como pueden ser una gerencia rígida tradicional, políticas inflexibles de Talento Humano, infraestructura de software arcaica, cultura organizacional enemiga del riesgo, entre otros.
Para que una empresa consiga ser adaptable al cambio, es necesario a su vez conocer un poco sobre todos los métodos disponibles y evaluar cuál de ellos potencialmente representaría mayor favorabilidad para la organización. Algunos ejemplos de estos métodos son:
DESIGN THINKING: INNOVACIÓN CENTRADA EN EL USUARIO
El Design Thinking se distingue por su enfoque en comprender profundamente las necesidades y deseos de los usuarios a través de la empatía. Este método comienza con la exploración y definición de problemas complejos mediante la generación de múltiples ideas divergentes. La fase de ideación facilita la creación de soluciones innovadoras que se prueban rápidamente a través de prototipos iterativos. Al involucrar a los usuarios desde el inicio, las empresas pueden desarrollar productos y servicios que realmente resuelvan problemas reales y generen impacto positivo en el mercado.
LEAN STARTUP: MINIMIZACIÓN DE RIESGOS Y MAXIMIZACIÓN DE OPORTUNIDADES
El enfoque Lean Startup se centra en la creación de productos mínimamente viables (MVPs) que permiten a las empresas obtener retroalimentación temprana del mercado real. Este método promueve la experimentación rápida y el aprendizaje validado, reduciendo significativamente el riesgo de invertir recursos en productos o servicios que no tienen demanda. Al iterar basándose en datos reales y no en suposiciones, las organizaciones pueden adaptarse ágilmente a las necesidades cambiantes de los clientes y al contexto competitivo.
SCRUM: GESTIÓN ÁGIL DE PROYECTOS
Scrum es una metodología ágil que organiza el trabajo en ciclos cortos llamados “sprints”, con una duración típica de dos a cuatro semanas. Cada sprint comienza con una reunión de planificación donde se define el objetivo y se seleccionan las tareas a realizar. Durante el sprint, el equipo se reúne diariamente en sesiones cortas llamadas “daily scrums” para revisar el progreso y ajustar el plan según sea necesario. Al finalizar el sprint, se lleva a cabo una revisión para demostrar el trabajo realizado y una retrospectiva para identificar mejoras en el proceso. Scrum permite a los equipos responder rápidamente a cambios y priorizar las actividades según su impacto en los objetivos empresariales.
ELECCIÓN DE MÉTODOS ÁGILES: ADAPTABILIDAD Y EFECTIVIDAD EN LA IMPLEMENTACIÓN
Es importante destacar que no existe un método ágil universalmente superior a los demás. La elección del método adecuado depende de las características específicas de cada empresa, sus objetivos estratégicos y la naturaleza del proyecto o producto que se está desarrollando. Design Thinking, Lean Startup y Scrum son algunas de las herramientas poderosas que pueden combinarse y adaptarse según las necesidades cambiantes del mercado y las dinámicas internas de la organización, pero muchas más como LeSS, SAFe, FDD, Kanban, por mencionar otras. La clave del éxito radica en la efectividad con que se implementan estos métodos y en la capacidad de la organización para aprender y ajustarse continuamente.
Cuando, como gerente, estás pensando en una posible necesidad de hacer un cambio, es obligatorio conocer con datos los cambios y la actualidad de los sectores que afectan directamente tanto la actividad como el mercado de la empresa. Esta información, contrastada con la autocrítica (Análisis DAFO) permite ver la realidad en perspectiva y tomar las mejores decisiones para el futuro de la empresa. La adaptabilidad de la organización no se refiere exclusivamente a la implementación de métodos ágiles, es posible que su empresa necesite ajustes solo en la coordinación de su comunicación interna, o solo en su plan estratégico de mercadeo, por mencionar dos ejemplos.
Cualquiera que sea el camino que se escoja para convertir su empresa en una organización que se adapta, que aprende y evoluciona planificadamente antes de estar obligada a hacerlo, lo importante es que se lleven a cabo los cambios con compromiso y teniendo presente que van a surgir errores, muchos errores, sin embargo, lo importante es corregirlos inmediatamente, aprender de estos en el corto plazo y continuar con el proceso.
La adaptación a un nuevo contexto un camino de incertidumbre y nada fácil de iniciar, pero es mucho más incierto y peligroso para su empresa, permanecer donde se está y poco a poco permitir que la competencia o el mercado mismo la conviertan en “cosa del pasado” y se asfixie solamente por no querer o por miedo a moverse.
Juan Manuel Mendoza-Puccini