AUNQUE NO ENTIENDAS NADA, TE CUESTIONEN, HABLEN MAL DE TI, TE RECHACEN O DESAPRUEBEN, AVANZA EN EL CUMPLIMIENTO DE LA VOLUNTAD DE DIOS

Juan Capitulo 7

Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos; y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él. S. Juan 7:1-5 RVR1960
Este capítulo inicia diciendo: “después de estas cosas” si leemos en el capítulo 6 Jesús alimentó a más de 5000 personas, caminó sobre el mar y enseñó grandes cosas al pueblo, cosas por las cuales causó mucho revuelo y la gente comenzó a seguirlo a todas partes. Juan 6:24 Cuando vio, pues, la gente que Jesús no estaba allí, ni sus discípulos, entraron en las barcas y fueron a Capernaum, buscando a Jesús. Esto sin duda algún generó molestia en algunos.

En ese tiempo, se acercaba una fiesta muy importante para todos los judíos, en dicha fiesta las familias acampaban en tiendas o enramadas por siete (7) días para recordar la fidelidad de Dios hacia Israel, en su caminar por el desierto. Jesús no quería ir a la fiesta porque sabía que, luego del alboroto causado por los milagros y enseñanzas que había realizado en días anteriores, los judíos lo estaban buscando para matarlo. Es entonces, cuando los hermanos de Jesús (Jacobo, José, Judas y Simón Mateo cap. 13:55) comenzaron a retarlo a ir a la fiesta a seguir haciendo milagros y mostrar allí su poder para hacerse famoso.

Parafraseando, es como si le dijeran ¿si realmente eres tan grande y poderoso como dices, demuéstralo al mundo? esta sugerencia parecía lógica, ya que, si Jesús hacia esto se habría revelado como el Mesías esperado, era su oportunidad de brillar; pero no lo hizo.

Este capítulo de Juan enseña varias cosas importantes:

  1. No necesitamos probarle nada a nadie. Muchas veces, estamos rodeados de personas que no creen en nosotros, casi siempre, son los más cercanos y en ocasiones ellos mismos nos impulsan, promueven y alientan a hacer cosas (algunas veces con buena intención, pero otras veces no), talvez, para vernos fracasar o probar que no somos tan extraordinarios como creemos. Lo cierto es, que no necesitamos probarle nada a nadie, mucho menos dejarnos presionar para hacer o dejar de hacer algo, sencillamente nuestro conductor es el Espíritu Santo, quien siempre nos va a llevar a hacer lo que es mejor y a basar nuestras acciones, actitudes, pensamientos y hablar, en la palabra de Dios que es su espada, es nuestro filtro; es la que determina si estamos haciendo bien o no.

El mundo en el que vivimos siempre nos va a impulsar a buscar el reconocimiento, la fama y el poder, pero debemos aprender de Jesús que tenía claro a que había venido y no cayó en ese juego, sus decisiones no eran guiadas por la emoción o la sabiduria humana, sino por Dios mismo.

Los hermanos de Jesús, literalmente lo estaban incitando a que probara si realmente era tan poderoso para hacer milagros, ¿por qué no iba a mostrar de lo que era capaz en Jerusalén y hacerse famoso con ello?” Evidentemente no estaban pensando de manera sensata y la razón de ello es que, hasta ese momento, ellos no creían ni habían dimensionado lo poderoso de su ministerio; su propia familia había comprendido el propósito de Jesús en esta tierra.

  1. No necesitamos que otros nos entiendan. Muchos no van a entender nuestro propósito en esta tierra, y no debemos sentirnos mal por ello, ni tratar de explicar o justificar lo que hacemos y decimos, Corintios 1:18 enseña que, Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

 

No debemos desanimarnos por que otros no nos entiendan, ni por ello perder de vista el propósito asignado por Dios a nuestra vida, porque si esto sucede nuestra confianza se desvanece y poco a poco perderemos el rumbo. Las cosas de Dios no tienen explicación lógica, porque El ve y sabe más allá de lo que nosotros podemos y obra de maneras que superan el entendimiento humano (Isaías 55:8-11).  Por esto es necesario, tener claro que, si aceptamos seguirlo y servirle, veremos suceder cosas inexplicables en nuestra vida.

Jesús se apareció en el templo y dice la Biblia que los judíos se admiraban de escucharlo hablar, en este sentido, se presume que Él no había tenido una educación formal en las escuelas religiosas de la época, aun así, sus opositores tuvieron que admitir que lo de Jesús era extraordinario. Cuando Dios te envía a hacer algo, Él te capacita, te dota, te respalda y te hace extraordinario.

  1. Vamos a ser rechazados. Otra enseñanza que deja este capítulo es, que Jesús fue rechazado, por que puso en evidencia la maldad del corazón del hombre, sobre todo de aquellos que decían cumplir con la ley, Jesús los confrontó con la misma palabra que ellos decían conocer; por eso tenía opositores, por que vino a hablar de la verdad. Por ello es importante considerar, que muchas veces hablar la verdad, hacer lo correcto, andar en la luz, no le va a gustar a quien anda en oscuridad.

Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido. Y habiéndoles dicho esto, se quedó en Galilea.S. Juan 7:6-9 RVR1960

  1. Es mejor a la manera de Dios. Posteriormente, Jesús decide ir en secreto a la fiesta, o como diría uno “perfil bajo”, de la manera que Dios le había mostrado que debía hacerlo y no como sus hermanos querían que lo hiciera. Juan 7:10 Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto. Y le buscaban los judíos en la fiesta, y decían: ¿Dónde está aquel? 

La pasión que sentía Jesús de proclamar la verdad en todo tiempo y lugar, lo movió a aprovechar la fiesta para extender el reino de su padre, aun sabiendo el riesgo ue corría.  Pero, él supo esperar el momento adecuado, no se anticipó; si lo hubiese hecho el primer día, hubiese llamado mucho la atención y aunque esa no era su intención, sus enseñanzas si lo hacían.

Juan 7:14 -15 Más a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y enseñaba.  Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe estas letras, sin haber estudiado? 

  1. No buscamos el favor de los hombres: En Gálatas 1:10 el apóstol pablo hizo alusión al hecho de hacer las cosas para ser aceptos ante los demás “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.

Jesús comprendió que no vino a buscar el favor de los hombres, ni a demostrar nada, no se dejó manipular por los halagos o incitaciones, sino que se enfocó en servir a Dios en todo lo que hacía, su vida giraba en torno a ello. ¿Cuantos de nosotros seguimos haciendo cosas por demostrar lo que somos o a veces lo que no somos a los demás? Tomamos decisiones erradas, basadas en los consejos, sugerencias o la presión que los demás ejercen sobre nosotros. Sin embargo, es necesario tener claro que lo que sea que Dios nos haya enviado a hacer, es preciso que lo hagamos en el tiempo, lugar y escenario propiciado por Dios para que finalmente, la gloria sea para El.

  1. Van a hablar de nosotros. Para finalizar, dicen los versos 12 y 13 de este capitulo de Juan que: Entre la multitud corrían muchos rumores acerca de él. Unos decían: «Es una buena persona». Otros alegaban: «No, lo que pasa es que engaña a la gente».Sin embargo, por temor a los judíos nadie hablaba de él abiertamente.

La gente hablaba de Jesús, unos bien otros no tanto, pero hablaban y al igual que de él lo hicieron, lo harán de nosotros; la gente tiende a emitir opiniones desde sus vacios, fustraciones, ignorancia, percepciones y muchas otras cosas más, que no les permiten ser imparciales; lo cierto es, que no importa lo que los demás piensen o digan de nosotros, sino lo que Dios, por que El si nos conoce, fuimos creados por El, conoce lo profundo de nuestro ser, nuestras intenciones.

Juan 7: 16-18 Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.  El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.  El que habla por su propia cuenta, su propia gloria busca; pero el que busca la gloria del que le envió, este es verdadero, y no hay en él injusticia.

A Jesús lo tenía sin cuidado lo que pensarán de Él sus perseguidores, estaba seguro que su sabiduría no provenía de Él, sino del padre; sabía que lo que hacía estaba plenamente respaldado por Dios. De esto también debemos asegurarnos, que lo que estemos haciendo, diciendo, pensando o planeando está plenamente alineado con lo que Dios quiere hacer en y a través de nuestra vida, para que entonces no dudemos, ni nos detengamos, si alguien tiene alguna opinión diferente.

Vicky Pinedo 

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