Al aceptar, el expresidente y máximo líder del partido político Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, demostrando que es un gran demócrata, la invitación del presidente electo, Gustavo Petro Urrego, se abre el camino al diálogo de un acuerdo nacional. Encuentro que ha sido bien recibido por parte de senadores del Centro Democrático y del Partido Conservador, quienes representan a la derecha en Colombia. Este es un encuentro como un símil entre el agua y el aceite. En pocos días de haber ganado la contienda electoral, ha venido demostrando, el presidente electo, que el cambio es necesario y fundamental en la nueva era de la democracia colombiana. ¿Camino a la reconciliación?
Esperamos que así sea. Colombia no aguanta más odio y mucho menos más polarización. Si de verdad queremos la reconciliación entre las dos Colombia, es fundamental deponer lo irreconciliable por lo reconciliable. En dejar tantas flechas llenas de odios por las redes sociales, especialmente de los que apoyaron a Petro, que pareciera que estuvieran en cobro de venganza por la victoria alcanzada. Si el presidente electo está poniendo el ejemplo de unir y de mirar con otra óptica después del triunfó en las urnas, ¿por qué sus
seguidores no deponen esos ánimos pendencieros por las redes sociales?
Con pocas excepciones, nuestra clase política no tiene norte ni búsquedas, solo su mezquindad. Debemos aprovechar esta coyuntura, este respiro y enderezar las rutas del desarrollo y la prosperidad para todos. Con todos estos acontecimientos, a Petro se le ha calumniado y tergiversado. Debe realizarse un consenso nacional por el bien de Colombia. Como vemos que lo está buscando el presidente electo. El primero en acudir a este llamado fue el Partido Liberal. Es lo indicado, el Partido Liberal, que pertenece a la Social Demócrata, ha sido siempre un partido de izquierda, el problema ha sido que este partido se burocratizó y su bancada en vez de ser legisladores, se convirtieron en contratistas, que también ha sucedido con otros congresistas de otros partidos. Lo ideal es que el Partido Liberal, así como otros partidos que se están sumando a trabajar por Colombia, lo hagan sin contraprestaciones o mermeladas, sino por el verdadero cambio que necesita el país.
Los partidos que se declaren en oposición, que creo que van a ser el Centro Democrático y el Partido Conservador, deben asumir actitudes positivas, plantear proyectos e ideas, que por su transparencia trasciendan y se vuelvan planes atractivos para el desarrollo. Dejemos el negativismo y volvámonos constructores de la paz, la esperanza y el crecimiento total del país. ¡Viva Colombia! Debemos propender, ahora sí, por el Gran Acuerdo Nacional.
Petro, como nuevo presidente de los colombianos, tiene grandes retos por el cambio que propuso como candidato y que ahora, como electo, lo está reafirmando. El unir las dos Colombia y la fórmula Hernández-Castillo ya ha expresado que aceptan las curules de Senado y Cámara, pero no harán oposición; el de generar confianza al sector privado y la inversión extranjera, el medio ambiente, la minería, la nueva reforma tributaria, las pensiones de los fondos privados y los semáforos que se generen en el empalme entre el gobierno entrante y el saliente. El País desea un gran acuerdo nacional y una verdadera reconciliación, donde todos quepamos para reconciliar tantas diferencias irreconciliables para que no haya violencia y lograr equiparar la pobreza, atacando el desempleo y fomentando la productividad.
El tema del medio ambiente será clave en este nuevo gobierno. Por ello le urge hablar con el gobierno de Estado Unidos en el tema del cambio climático. Bueno, ya el presidente Biden lo llamó a felicitarlo y esperamos ese diálogo sobre el Efecto Invernadero de los gases de la muerte, que acá lo sentimos no solo Colombia sino en parte de Latinoamérica, como también, propender por una economía descarbonizada, que se hará de manera gradual y como lo ha expresado en los últimos días, que los contratos de explotación de carbón no los tocará, buscando con todo esto la construcción de una economía de la vida. Suena bonito, esperamos que estos postulados se lleven a cabo.
Hernán Baquero Bracho