COLOMBIA EN BUSCA DE LÍDERES PARA 2025-2026: REFLEXIÓN SOBRE LA POLÍTICA DEL PASADO Y EL FUTURO

En un país con un historial de liderazgos polarizantes y promesas incumplidas, el debate sobre qué tipo de líder necesita Colombia en 2026 es más relevante que nunca. En los últimos años, se ha popularizado la idea de un “Bukele colombiano”, un líder fuerte que rompa con las estructuras tradicionales y ofrezca resultados inmediatos. Sin embargo, la importación de modelos extranjeros, como las políticas libertarias de Javier Milei o el autoritarismo de Nayib Bukele, no responde a la realidad colombiana ni a su complejidad histórica.

Colombia ha vivido ciclos políticos que, aunque prometieron transformación, dejaron un país profundamente dividido. Álvaro Uribe, con su enfoque de mano dura, logró avances en seguridad, pero su legado está empañado por los “falsos positivos” y el debilitamiento de las instituciones. Juan Manuel Santos apostó por la paz, pero su desconexión con las regiones más afectadas por el conflicto redujo el impacto de los acuerdos. Gustavo Petro, por su parte, generó expectativas de cambio estructural, pero su administración ha estado marcada por improvisación, divisiones internas y una economía tambaleante.

Estos liderazgos han tenido algo en común: llegaron al poder con el apoyo de maquinarias políticas o discursos polarizantes, perpetuando un modelo donde los intereses particulares priman sobre los colectivos proliferando la corrupción en todas las esferas del poder.

Nayib Bukele, el presidente salvadoreño, es admirado por sus resultados en seguridad y su manejo autoritario. Sin embargo, el contexto salvadoreño es muy diferente al colombiano. Mientras El Salvador enfrenta pandillas con estructuras locales, Colombia lucha contra redes criminales transnacionales como el narcotráfico y los grupos armados ilegales.

El enfoque libertario, promovido por figuras como Javier Milei y defendido por sectores como el representado por Vicky Dávila, plantea un modelo económico basado en un Estado mínimo y la eliminación de programas sociales. A primera vista, esta ideología puede parecer una solución eficiente a problemas como la burocracia excesiva o la corrupción estatal. Sin embargo, la experiencia histórica de países que han adoptado políticas similares muestra que, a mediano y largo plazo, estos modelos pueden generar profundas desigualdades, fragmentar el tejido social y debilitar la capacidad del Estado para responder a crisis económicas o humanitarias.

Un ejemplo claro es el caso de Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, cuando se implementaron políticas libertarias bajo la influencia de los Chicago Boys. Aunque estas medidas lograron estabilizar temporalmente la economía y reducir la inflación, también incrementaron las desigualdades sociales de manera alarmante. Según la CEPAL, la pobreza en Chile alcanzó el 45% en 1987, mientras que los sistemas de salud y educación pública se deterioraron significativamente debido a la privatización. El crecimiento económico no se tradujo en bienestar para las mayorías, y décadas después, el país enfrenta un descontento social que ha llevado a masivas protestas y a una revisión de su modelo constitucional.

Otro caso relevante es el de Estados Unidos en la década de 1980, bajo el gobierno de Ronald Reagan. Aunque el “Reaganomics” redujo impuestos y desreguló la economía, los beneficios se concentraron en las clases altas, mientras que la pobreza y la falta de acceso a servicios esenciales aumentaron en las comunidades más vulnerables. Esto se tradujo en una creciente polarización económica que, hasta hoy, sigue siendo uno de los mayores desafíos del país.

En el contexto colombiano, la adopción de políticas libertarias tendría un impacto devastador debido a la profunda desigualdad histórica. Más del 39% de los colombianos vive en condiciones de pobreza, y el Estado juega un rol crucial en la provisión de servicios básicos en regiones marginadas. Reducir la capacidad del Estado no solo amplificaría estas desigualdades, sino que dejaría a millones de personas sin acceso a educación, salud y otros derechos fundamentales.

La evidencia sugiere que un modelo libertario podría beneficiar únicamente a las élites económicas, dejando al resto de la población expuesta a un mercado que no siempre responde de manera equitativa ni garantiza oportunidades justas. La lección es clara: aunque el discurso libertario puede parecer una respuesta radical a problemas estructurales, sus consecuencias a largo plazo podrían condenar a Colombia a un retroceso aún mayor en términos de justicia social y cohesión nacional.

Colombia no necesita líderes mesiánicos ni modelos importados. Necesita un liderazgo ético, técnico y comprometido, como el que representa Sergio Fajardo. A diferencia de otros, Fajardo se ha mantenido al margen del clientelismo y ha priorizado la educación, la innovación y la transparencia.

Sergio Fajardo representa una alternativa diferente, se desmarca completamente de este patrón “los mismos con las mismas” cómo decía Jorge Eliezer Gaitán. Su camino hacia el poder no está condicionado por maquinarias políticas, clientelismo o alianzas cuestionables. Esto es lo que lo hace diferente no polariza, no promete soluciones mágicas, y ha demostrado ser un líder técnico, capaz de escuchar y construir consensos. Su enfoque puede parecer “tibio” para algunos, pero quizás es justo lo que necesita Colombia

Su historial está limpio de escándalos, no ha entregado mermelada, ni ha premiado a clientelistas. Ha enfrentado a los corruptos sin miedo, lo que lo convierte en un verdadero titán en esta batalla.

Ha demostrado que se puede gobernar sin caer en los vicios del clientelismo. Esto, aunque le ha costado alianzas políticas, lo hace un líder que trabaja por el bien común y no por intereses particulares.

Como alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, priorizó la educación, la innovación y la cultura ciudadana, transformando la calidad de vida de miles de personas.

El reto no está solo en elegirlo, sino en que como ciudadanos apostemos por un líder que no ofrece atajos, sino soluciones reales y estructurales para transformar nuestro país.

Colombia ya ha vivido intentos de liderazgo similares a los modelos extranjeros que ahora se promueven. Durante el siglo XIX, Rafael Núñez consolidó el poder con su modelo centralista y autoritario, pero a costa de una democracia limitada. En el siglo XX, Laureano Gómez intentó imponer una visión ultraconservadora, generando profundas divisiones sociales. Estos ejemplos nos recuerdan que el autoritarismo, aunque prometedor en apariencia, suele dejar cicatrices profundas.

No se trata solo de elegir al líder adecuado, sino de que los ciudadanos participen activamente en él un cambio real. Colombia necesita liderazgos no sólo en la presidencia, sino también en la cámara de representantes y el senado de la república, líderes que no ofrezcan soluciones mágicas, sino políticas basadas en datos, ética y resultados medibles. El país requiere instituciones fuertes, no caudillos.

El reto para 2025 es transformar el desencanto en acción, apostando por liderazgos que prioricen la educación, la ciencia y la tecnología como motores del progreso. Sergio Fajardo no es solo una alternativa, sino una invitación a creer que un cambio estructural es posible si se apuesta por la transparencia, la integridad y la preparación.

Colombia no necesita un Bukele ni un Milei; necesita reconciliarse consigo misma y apostar por un liderazgo que transforme sin dividir, que escuche sin imponer y que construya sin destruir. La elección no está solo en las urnas, sino en cada ciudadano que decide qué futuro quiere para su país.

 

Juana Cordero Moscote 

DESCARGAR COLUMNA

2 comentarios de “COLOMBIA EN BUSCA DE LÍDERES PARA 2025-2026: REFLEXIÓN SOBRE LA POLÍTICA DEL PASADO Y EL FUTURO

  1. Alberto Gómez Galue dice:

    De acuerdo con tu reflexión, Colombia y la regiones necesitan líderes de centro que unan a la población en torno a las soluciones sociales y eliminen la corrupcion e inicié un cambio profundo en las instituciones.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
💬 ¿ Necesitas ayuda?
Hola 👋 ¿En qué podemos ayudarte?