El turismo es la fuerza que mueve gran parte de la economía de las regiones, sin duda alguna es uno de los puntos indiscutibles como entibo de desarrollo en el departamento de La Guajira. Y mucho se ha hablado sobre el tema, pero es tan extenso que no debemos descuidar ningún aspecto y las opiniones son válidas para construir la mejor propuesta.
El presidente Petro, apuntando a la transición económica y desarrollo del sector, aprovechando la riqueza natural, cultural y el gran potencial turístico de Colombia, pretende consolidar una industria turística y lo respalda en 4 pilares: el primero es la la democratización del turismo, que busca garantizar acceso universal al negocio y democratizar los conocimientos a partir de un programa que se llamará Territorios Turísticos de Paz; el segundo eje está relacionado con el potencial del sector para generar bienestar y equidad en las comunidades. La política habla de mejorar el desarrollo territorial, con el apoyo del sector privado, a través de infraestructura, seguridad y atracción de inversión extranjera; en tercer lugar, propone que el turismo sea una herramienta para facilitar la transición de una economía extractivista a una sostenible; por último, se contempla la internacionalización del sector, lo que generaría mejores condiciones de productividad e innovación en los procesos de desarrollo del sector.
Estos pilares deben ser incluyentes y estar acorde a las realidades de nuestro entorno cultural ya que la cultura desde el turismo se compone de los procesos culturales (las tradiciones) y de los productos (las manifestaciones culturales), por lo tanto, el turista no solo visita un lugar, sino también consume las tradiciones, las creencias y las formas de vida.
Otro aspecto a tener en cuenta son la alteridad y otredad, que crean interrogantes sobre las consecuencias del turismo en el territorio y en la sociedad receptora, reflexiones que son necesarias por la diversidad de efectos por las relaciones entre turista y comunidad.
Una experiencia que se puede tener presente a destacar es el caso mexicano, como resultado del modelo de polos de crecimiento aplicado a la actividad turística, por medio del cual se promueve la creación de cinco “Centros Turísticos Integralmente Planificados”: Cancún, Hixtapa Ziguatanajo, Loreto, Los Cabos y Huatulco; como un instrumento de la política pública que se formula por parte del Fondo Nacional de Turismo, Fonatur, entre los años 1974 y 1984 y que aún hoy se sigue desarrollando en las llamadas zonas de “reserva territorial”, tal vez el ícono más reconocido de este paquete de enclaves turísticos, lo constituye Cancún, en el que se identifican las áreas prioritarias a desarrollar teniendo en cuenta los siguientes criterios: “la necesidad de disponer de terrenos adecuados para incorporar usos turísticos y urbanos; una adecuada conexión por tierra y aire; lugares de belleza singular; regiones escasamente pobladas y carecer de opciones de desarrollo. Muestra de esto es el impacto económico local que bien diseñado favorece el desarrollo debido a que los beneficios económicos del turismo son especialmente visibles en lo que se refiere a la creación de empleo y la generación de una rentabilidad sostenida. También en una mejor distribución de los beneficios entre los diferentes actores implicados, en un mayor control de los precios, en las ventajas para atraer inversiones, en la diversificación económica y en el establecimiento de infraestructuras adecuadas, entre otras. Pero también se puede impactar negativamente con desculturización del destino, que se explica como la manera en la que la población anfitriona se ve obligada a asumir patrones culturales diferentes a las tradiciones, con el fin de promocionar dicho destino y atraer nuevos públicos.
El turismo en La Guajira requiere de planificación institucional, con la participación del Estado en inversiones, seguridad y procesos vinculantes de frente a la población. Tengamos en cuenta que “un turismo que no toma en cuenta a la comunidad, genera grandes sacrificios en el orden moral, espiritual y material en los integrantes de la comunidad en que se instala”.
Misael Arturo Velásquez Granadillo