CUANDO LOS PAPELES DE VOLTEAN – MARCHA DEL 26S

Se cambiaron los papeles. Quienes marchaban – no siempre pacíficamente- hoy son quienes critican a las personas que salen a manifestar su inconformidad con lo que se ha podido deslumbrar del gobierno de Gustavo Petro. Y, quienes criticaban a los que salían a las calles, hoy encuentran como mecanismo de presión y rechazo, salir a desahogarse y marchar.

El pasado 26 de septiembre, los colombianos vivieron un cambio en las dinámicas sociales del país. Hay que decirlo: la marcha no fue por una inconformidad de una reforma del gobierno, la marcha fue de la ‘derecha’ del país en contra de lo que llaman la ‘izquierda socialista’. Fue una marcha en contra del presidente Gustavo Petro y su gabinete de ministros, fue en contra de los proyectos que han radicado en el Congreso de la República y fue una marcha simbólica en donde la ‘derecha’ demostró que no son “4 gatos” saliendo a las calles, sino millones, unidos, pacíficos – la mayoría- queriendo no seguir sintiéndose débiles, sin continuar agachando la cabeza, hacer una real oposición y no sólo María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Polo Polo pidiendo la palabra desde una esquina – escondidos – en el Congreso de la República o, Enrique Gómez haciendo videos desde el Parque de los Hippies y después subiéndolos a Twitter.

Llámenlo karma, saldo de deudas, justicia divina, como quieran, pero lo que sí es real, es que la vida no se queda con nada y aquí, hay lecciones para ambos bandos.

De un lado, es una lección o mejor, una puesta a prueba para Gustavo Petro y su gobierno, verse en la situación de ser presidente y, asumir que hay un sector – significativo- de la sociedad inconforme con su gobierno y que tienen todo el derecho y legitimidad de salir a manifestar su posición. ¿Enviar el ESMAD? ¿Tener enfrentamientos con la Policía? ¿Cerrar vías? ¿Generar un paro? ¿Por qué no ‘bloquear’ las ciudades si es todo aquello que él impulsó y respaldó durante su rechazo, por ejemplo, al gobierno Duque?

Es muy fácil criticar desde afuera, muy difícil verse enfrentado a gobernar con todo lo que implica; presión social y mediática, trámites engorrosos en el Congreso de la República, discordias políticas (incluso en la misma coalición de gobierno),  enfermedades inesperadas, salidas en falso de los propios ministros a quienes se los nombró – además de ser cuotas políticas- por su entera confianza en ellos, lidiar con el cansancio de una agenda que ni tiempo de almorzar tranquilo tiene y, por tener que asumir, posiciones fuertes con duras implicaciones no sólo en el ámbito nacional, sino internacional. ¿No es fácil, verdad, señor presidente?

Y por el otro costado, hay que sentir mucha indignación, para dejar de lado el orgullo y hasta cierta arrogancia y mucho patriotismo para salir a marchar en contra de un gobierno que lleva menos de 100 días en el ruedo.

Hay que reconocer que fue una marcha pacífica y que los pocos enfrentamientos que hubo fueron a raíz de un grupo de jóvenes ‘petristas’ que llegaron con una postura intolerante y un tanto ‘agresiva’ a querer formar discordia, no sólo verbal, sino física. Sin desconocer también, en especial a una mujer rubia (uribista) que, con palo en mano, fue defendiéndose de los insultos que le hacían los opositores. La agresión jamás será aceptada ni podrá ser justificada. No importa de qué lado venga.

Cuando no se obtiene lo que se quiere, es muy fácil caer en el capricho y en ser un promotor del ‘discurso de odio’ al sentir frustración de una ‘injusticia’ que se piensa que sucede en el momento. Y Marbelle, nuestra mujer patriota del ‘collar de perlas finas’ cayó. El día de la marcha dijo: ¿Ven cómo es una marcha sin gamines?”. Ese tipo de comentarios no solo no aportar nada a la sociedad, sino también, reproducen un ambiente de tensión y enfrentamiento en Colombia. Pero nada como Luz Fabiola Rubiano, quien, en medio de una apasionante y calurosa entrevista con el medio Diáspora Social, dijo: “Y el simio ese que porque puso un millón de votos se considera la berraca del paseo, pobre simio, los simios gobernando” refiriendo a Francia Márquez. Comentario que llegó a oídos de Francisco Barbosa, Fiscal general y quien estableció, que le imputarán los delitos de discriminación y hostigamiento agravado.

Aquí lo que sorprende, no es la imputación de cargos que, si bien es ‘justa’ porque incurrió en la tipificación de un delito, sino ver el grado tan drástico en que juzgan un comentario en el gobierno de Gustavo Petro, cuando en gobiernos pasados, hacían comentarios igual o de mayor magnitud y se agarraban de la “libertad de expresión” justificando su odio y resentimiento.

Si todos los colombianos midieran con la misma ‘vara’ con la que se miden a sí mismos, otra sería la historia. Lo que refleja la marcha del 26 de septiembre, es un profundo doble moralismo de la ‘izquierda’ y un rabia e impotencia enorme de la ‘derecha’ en Colombia. A cada uno le llega la recompensa por lo que ha trabajado y por lo que se ha esforzado en la vida. Lecciones para todos, pero pocos aprendices.

Adenda. Me quito el sombrero con la forma en cómo fue escrita la sentencia de la Corte Constitucional emitida en Julio de 2022 en donde falla a favor de un niño de 8 años y su abuela para que recibieran una pensión de sobrevivencia. Absoluto amor, empatía y dulzura transmite el texto del Magistrado José Fernando Reyes. Una muestra profunda de respeto por lo que implica ser niño en Colombia.

PAULA CALDERON BUITRAGO 

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