¿Quiénes son las tortugas? Un antiguo relato indígena nos habla de la tortuga verde y su proceso de transformación en el animal que conocemos hoy. En un tiempo referencial una familia de pescadores navegaba diariamente en las aguas del mar que hoy conocemos como Caribe pero que entonces era llamado simaluuna palaa, o mar cimarrón. El padre conducía la canoa que era impulsada por una vela blanca en la que también navegaban su mujer y su pequeña hija. La niña se entretenía durante las continuas travesías jugando con su objeto más preciado: una pequeña totuma hermosamente decorada. Con ella recogía la espuma de las olas y la volvía a verter al mar. Una mañana en la que el mar estaba más agitado que de costumbre una gran ola arrebato la preciosa totuma de las manos de la niña y la llevó lejos de la canoa hacia el lejano horizonte. La niña se arrojó al agua y al hacerlo se transformó en la tortuga verde, el animal más valorado del mar. Las decoraciones de su recipiente fueron a parar a su cuello tal y como lo podemos observar en el presente. El pecho liso de la tortuga nos recuerda el de la niña que originalmente fue.
Narraciones como esta me han sido reveladas siempre por las mujeres wayuu, no por sus maridos dedicados a la pesca marítima. Esto me lleva a pensar. ¿Existe un saber tradicional de las mujeres? Deliberadamente no había centrado mi investigación en las mujeres pues los pescadores afirmaban que ellas no pescaban y, en consecuencia, no sabían mucho del mar. Sin embargo, las facetas del universo marino que las mujeres me mostraban me llevaron a concluir que podría desaprovechar una perspectiva enriquecedora y erótica del mar y de los seres que lo habitan si dejaba a un lado su ignorada perspectiva. Esta mirada incluía imágenes originales acerca de la pesca, valores y metáforas que proveen sentido y atención de los humanos hacia el mar.
Una anciana mujer del litoral me contaba que sentía celos de las tortugas marinas, pues, estas cortejaban a sus maridos y las veía como seductoras y experimentadas rivales. Esta concepción la compartían otras mujeres quienes sienten celos de sus competidoras marinas. Ellas perciben que los pescadores suelen dedicar a las tortugas gran parte de su tiempo y les obsequian las espumas en forma de racimos de flores que se forman en la estela dejada por su canoa. Hola
Una mujer me contó como los diversos vientos podían establecer vínculos amorosos, alianzas benéficas o mantener relaciones antagónicas entre ellos desde los tiempos mitológicos. Otras narraron como algunas aves marinas fueron en sus orígenes esposas infieles que fueron llevadas por sus maridos hasta islas lejanas en donde se transformaron en aves conservando en su patas y cuellos sus pulseras y collares rojizos. Ello nos revela como en el conjunto de las relaciones entre humanos y animales la actitud de los pescadores puede comprender intensas interacciones emocionales y se fundamenta en modelos sociales como la relación de amor entre hombre y mujer. Todas estas narraciones se encuentran alineadas con un pensamiento indígena que concibe al universo formado por comunidades de seres sintientes que adoptan una variedad de formas corporales.
La antropóloga Shubra Gururani, considera que los conocimientos que poseen hombres y mujeres no se deben a una propensión natural, sino que se elaboran en diversas sociedades dentro de marcos geográficos e históricos específicos. En la vida cotidiana los conocimientos son difusos, no siempre están bien expresados y, a menudo, su distribución es desigual. Ellos están mediados por relaciones de poder y autoridad. De allí lo difícil que les resulta a muchas mujeres campesinas e indígenas el tomar conciencia de su propio saber y enunciarlo claramente. No basta, según ella, con reconocer la singularidad del saber femenino: se deben examinar también las dimensiones culturales de la articulación del poder y el saber que marginan a la mujer y a sus conocimientos.
Weildler Guerra Curvelo