1 Timoteo Capitulo 1
“Le doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, quien me ha dado fuerzas para llevar a cabo su obra. Él me consideró digno de confianza y me designó para servirlo,” 1 Timoteo 1:12 NTV
Cuando leo al apóstol Pablo, su audacia me reta, me confronta y me ratifica que cuando decidimos vivir para Dios, podemos ser transformados radicalmente, porque Él nos da la fuerza y la voluntad para ser mejores cada día. El apóstol Pablo nos muestra además, que no solo Jesús logró ser íntegro en muchos aspectos, y ser digno de confianza para Dios; sino que un hombre común y corriente como (él) también puede llegar a ser confiable para Dios.
En este verso de 1 de Timoteo, Pablo hace referencia a la confiabilidad, que es una característica del carácter que está ligada con la honradez, la honestidad y la responsabilidad. Lo primero que indica que una persona es confiable es la capacidad de sostener su criterio, es decir, que no cambia de opinión según las circunstancias o por conveniencia, sino que es coherente.
Ser confiable, también es no prometer más de lo que está a nuestro alcance, es ser capaces de poner límites y respetarlos. Es cumplir con la tarea asignada y respaldar nuestra palabra.
La confiabilidad en las personas es importante, porque es una de las bases del relacionamiento humano ya sea en términos familiares, laborales, de amistad o emocionales; sin confianza, ninguna relación es sostenible.
En todo caso, en la época en la que vivimos es posible pensar ¿de qué nos sirve ser confiables si los demás no lo son, no lo valoran, no lo notan o peor aún, se aprovechan de esto? ¿De qué sirve ser confiables si el ascenso o el contrato se lo darán al amigo del gobernador, alcalde, o jefe? ¿Para qué esforzarnos por serlo? La realidad es, que si basamos nuestra confiabilidad en el hecho de complacer a los demás o de lograr algo, nos resultará agotador y frustrante.
Ser una persona digna de confianza es una decisión de vida, que se toma de manera individual con el único objetivo de estar a gusto con nosotros mismos, si los demás lo valoran o no, no debería ser relevante.
Asimismo, una de las características de Dios es que Él es confiable, hace parte de su carácter y esencia, si de algo podemos estar seguros es de que El nunca faltará a su palabra, siempre cumple lo que promete. “Pues la palabra del Señor es verdadera y podemos confiar en todo lo que él hace.” Salmos 33:4 NTV
Con relación a lo anterior, en muchas ocasiones asumimos que Dios no necesita que seamos confiables, por qué Él puede usar hasta los cuervos para hacer su voluntad. Esto es cierto, Dios es soberano, no necesita ayuda de nadie para hacer lo que quiere. No obstante, El también usa a las personas para cumplir su propósito en la tierra y demostrar al mundo que estos hombres y mujeres lo aman y están dispuestos a dejarse usar y hacer su voluntad. Recordemos que Dios usó a Noé, a Abraham, a Moisés, a José, a Rahab, Sansón, Ruth; Ester, Samuel, Saúl, David, Nehemías, María y a muchos otros hombres y mujeres, Dios confió en ellos. Tal vez no creamos que somos dignos de confianza pero Dios cree y confía en muchos de nosotros para extender su reino en la tierra.
En últimas, también es una elección personal, ser confiables para Dios y llevar a cabo las asignaciones que nos ha dado a cada uno. Dice la biblia que “»El que es confiable en lo poco, también lo es en lo mucho; y el que no es confiable en lo poco, tampoco lo es en lo mucho.” San Lucas 16:10 RVC Por tanto, no podemos pretender, recibir lo mucho de Dios sino hemos demostrado confiabilidad en lo poco.
Igualmente, dice la palabra que una persona confiable refresca y revive el espíritu “Los mensajeros confiables refrescan como la nieve en verano. Reviven el espíritu de su patrón.” Proverbios 25:13 NTV y si con nuestros semejantes nos esforzamos por ser comprometidos y responsables, cuanto más deberíamos hacerlo con Dios.
Talvez no lo hacemos, porque no hemos comprendido que el ser confiables está directamente ligado con la obediencia a Dios, con el actuar conforme con lo que nos indica en su palabra; si hemos recibido una instrucción pero estamos haciendo otra cosa, debemos meditar entonces en que tan confiables somos. Dice en Mateo 21: 28-31 28 » ¿Pero qué piensan de lo siguiente? Un hombre con dos hijos le dijo al mayor: “Hijo, ve a trabajar al viñedo hoy”. El hijo le respondió: “No, no iré”, pero más tarde cambió de idea y fue. Entonces el padre le dijo al otro hijo: “Ve tú”, y él le dijo: “Sí, señor, iré”; pero no fue. ¿Cuál de los dos obedeció al padre? Ellos contestaron: —El primero. Como en este caso bíblico Dios espera que le obedezcamos, entre más confiables somos para El, más responsabilidades nos serán asignadas.
Por último, nuestra confiabilidad será puesta a prueba en diferentes aspectos de nuestra vida, vemos como fue probada la integridad de José con la mujer de Potifar antes de ocupar un lugar de importancia en el gobierno. Asimismo sucedió con Abraham, cuando se le pidió que sacrificará su hijo; a Job cuando le fue quitado todo, también Adán y Eva fueron puestos a prueba, pero lastimosamente no pasaron esa prueba, así como tampoco fueron aprobados Ananías y Safira que fueron probados con dinero. Es posible que hoy nuestra confiabilidad esté siendo puesta a prueba, antes de recibir algo mayor, porque si somos confiables en lo poco, entonces Dios nos asigna lo mucho.
Si eres una persona digna de confianza, mantente en esa actitud, pide a Dios que te ayude a seguir siendo confiable, pero si por el contrario reconoces que has fallado en hacer lo que te han encomendado, siempre llegas tarde, dices algo por salir del paso y luego no lo has cumplido, has fallado en cumplir una promesa, has mentido en algún momento para quedar bien ante alguien, te has olvidado de cumplir un compromiso, etc., analiza cuales son esos aspectos que te dificultan generar confianza, no sobrecargues tu agenda, no te comprometas más allá de lo que puedes, y pide a Dios que te de discernimiento para ver con claridad lo que es realmente importante y que te ayude a ser alguien coherente, no somos perfectos, cada día nos equivocamos, pero Dios a través de su espíritu santo nos revela los aspectos a mejorar y nos da las fuerzas y la voluntad para ser imitadores de su hijo Jesucristo.
Es probable que para muchos el ser confiable no sea algo importante o necesario, pero para los que queremos honrar a Dios con todo en nuestra vida debería ser un deseo, para que cuando nuestro amado regrese nos encuentre cumpliendo con nuestro deber como lo dice en Mateo 24:45-47 » ¿Quién es, pues, el siervo responsable y digno de confianza? El señor de la casa le encarga a un siervo la responsabilidad de dar de comer a los demás a su debido tiempo. ¿Cuál es el siervo en quien confía el dueño para hacer ese trabajo? ¡Qué afortunado aquel siervo que cuando su señor regresa, lo encuentra cumpliendo su deber! Digo la verdad: el patrón lo pondrá a cargo de todas sus cosas.