DIVIDE Y… NO REINARÁS

¿Has escuchado ese refrán que dice divide y reinarás? Lo he escuchado muchas veces de alguien en particular, pero lo que he visto es que, aunque se ha mantenido en lo que ella cree que es su reino, generar división la ha llevado a ser una persona solitaria, sin amigos, sin personas que le tengan respeto y lealtad. No creo que eso sea considerado un reino y es totalmente contrario a lo que dice en Las Escrituras.

Se lee en Mateo 12:22-25 que “Entonces fue traído a él (a Jesús) un endemoniado, ciego y mudo; y le sanó, de tal manera que el ciego y mudo veía y hablaba. Y toda la gente estaba atónita, y decía: ¿Será éste aquel Hijo de David? Más los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios. Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”.

Como vemos, un reino dividido es asolado y no permanece, por tanto, debemos procurar la unión no solo familiar, sino con nuestros amigos, incluso con nuestros compañeros de trabajo y evitar que se destruya la familia, las relaciones personales y laborales.

En Mateo 12:26, Jesús dijo: Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, permanecerá su reino?

Atacar a nuestra propia familia, a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, es algo más que diabólico, ya que ni el mismo diablo lo hace. A veces señalamos a los demás y muchas de esas veces lo hacemos, incluso por su buen comportamiento o conducta intachable ¿quiénes nos creemos para juzgar a los demás? Nadie tiene tal moral para hacerlo. En el caso contrario, si eres juzgado por conservar una buena conducta, no te sientas mal, siéntete feliz, obedece al Señor, procura agradarle en todos tus caminos, acércate a él y él permanecerá en ti, serás bendecido, no importa cuánto te ataquen.

El mismo reino de Dios fue dividido a causa de Lucifer, quien se reveló contra él con desobediencia, orgullo y soberbia, razón por la cual fue expulsado del cielo, con él cayeron muchos ángeles, porque es precisamente eso lo que causa alguien que genera división, caer. Muchas cosas son las que pueden generar división en una casa, entre los amigos, entre compañeros, no permitas que ninguna persona que no tiene a Dios en su corazón te lleve a dividirte de otros, más importante aún, no seas tú esa persona.

La división proviene de las palabras necias y estas de un corazón dañado, así que guarda tus oídos de escuchar personas cizañeras, también guarda tu boca de sembrar cizaña en los demás y sobre todo guarda tu corazón, porque de lo que en el abunda, la boca habla.

Sé prudente, evita hablar de más. Dice la Biblia que del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos (Proverbios 18:20-21). También dice en Mateo 12:35-37 que “El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.

Así pues, medita en tu corazón, si encuentras odio, resentimiento, envidia, celo, rabia, confiesa amor y perdón. Si te sientes enfermo, confiesa sanidad; Si atraviesas una crisis, confiesa estabilidad y paz. Sea lo que sea que vivas, habla de tal manera que no haya división en tus relaciones, ni siquiera en tu propio corazón porque un reino contra sí mismo, no prevalece.

Jennifer Caicedo

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