Para nadie es un secreto que una de las soluciones para acabar con el modelo convencional por el cual se desarrolla el servicio público de energía domiciliaria en Colombia, debe ser un modelo novedoso, alternativo y amigable con el medio ambiente, hoy llamado transición energética, qué consiste en poner en marcha un proyecto ambicioso de generación de energía a través de los diferentes modelos alternativos, limpios y amigables con el medio ambiente, por lo cual se aprovechan las fuentes naturales como el sol, el viento, el agua y el hidrógeno verde, para convertirlo en energía, que éste llegue a suministrarse por medio del sistema domiciliario a cada hogar y a cada familia, que mejore la calidad de vida de los seres humanos, como un servicio barato, oportuno, digno y sin intermediarios privados, pero no podemos caer en la tentación, sin antes asegurarnos de que no volvamos a repetir la historia que nos ha llevado a estos tiempos de crisis, desabastecimiento, abusos y el negociado del servicio de energía que es regido a través de la ley 143 de 1994 y otras modificaciones que año tras año y Gobierno tras Gobierno, fueron incrustándose tecnicismos a las regulaciones, dependiendo de los intereses de cada uno, en incluir conceptos, procedimientos y normas para acomodarse en el negocio.
El Neoliberalismo es un concepto ideológico, apegado al capitalismo extremo, que consiste en convertir todos los servicios públicos que presta el estado, derechos fundamentales y colectivos, en un negocio a través de la participación privada, desde ahí se crea y desarrolla un universo de modelos de administración pública, acomodadas en cada normatividad que se va creando para facilitar este modelo y armar un negocio rentable a costillas del pueblo.
Mientras el modelo neoliberal esté en la agenda de los Gobiernos, ni siquiera las energías Alternativas se salvan del negocio, ni el sol, ni el viento, ni las olas o cualquier método de generación de energías alternativas limpias, por muy naturales que sean y parezcan un derecho universal para el disfrute de todos, eso termina, una vez se establezcan leyes y normas que regulen.
Aunque todo el mundo asegura que las energías alternativas por ser naturales y propiedad de todos los seres humanos sin distingo, deben ser gratuitas, autonómicas y de fácil operación para las familias vulnerables; nadie tampoco pueda asegurar o garantizar que a futuro, el sol, el viento, las olas y otros, por una reglamentación, dejé de ser tan pública y pasé hacer controlada su explotación o usufructo.
Es importante recordar que la energía que hoy consumimos a un alto costo, que nos genera conflictos sociales interminables con las empresas comercializadoras, son limpias y alternativas, el 80% de la energía que transportan las redes, transformadores y subestaciones del sistema convencional, proviene de las represas, generadoras de energías a través de la tracción del Agua.
Aunque el agua, concentradas en las grandes represas, llamadas termo eléctricas, es pública, «De todos los seres humanos vivos» de la fauna y de la flora», con el tiempo fueron restringidas por el modelo capitalista y terminamos pagándola a un súper costo.
Al igual que el sol, el viento, las olas, el hidrógeno verde, así como el agua, administrada por generadoras privadas, el servicio que la transporta y las vende al consumidor final, son privadas, siendo las redes públicas, tienen un control absoluto o en su defecto se lo inventan con su poder, inclusive tipificado en el código penal como un delito, los particulares y ciudadanos se les prohíbe, usar de ellas de forma libre o directamente, sin el intermediario capitalista, este último autorizado por el estado con un amplio marco legal.
El futuro de la generación de energía, solar o eólica, es inevitable, pero será que podemos evitar que gobiernos, gobernantes con idea neoliberal y capitalistas extremos y voraces, con el tiempo creen mecanismos legales y reglamentaciones que impida que un hogar, una familia o cualquier ciudadano pueda montar un panel solar en su casa y disfrutar de la energía limpia, si no, que se requiera por vía legal, la interlocución técnica de una empresa privada, autorizada por las normas y el estado, para vigilar y controlar el uso del sol y el viento; hay que recordar que todo lo vuelven negocio y para que sea rentable y sostenible, hay que cobrar y controlar.
Tenemos que aprovechar, ahora que tenemos un Gobierno alejado del modelo neoliberal y apegado más al enfoque ideológico progresista y socialista, dejar consignado y amarrado a la constitución política y un marco legal sólido, difícil de modificar o permear, con un modelo de generación de estas energías que eviten un futuro tortuoso, controlado y vigilado, que se pueda garantizar ese derecho del uso de los recursos naturales limpios como el sol y el viento por parte del pueblo de forma libre, a mí en particular me asusta, que los genios de los negocios, con poder económico, político y con algunas credenciales en el congreso a futuro, logren hacer del sol y el viento un negocio, que para comprar un panel se requiera un permiso, que el vendedor e instalador obedezca a una licencia y que surjan una cantidad de restricciones y controles, que para instalar y utilizar un panel solar, deba hacerse por medio de una empresa concesionada por el estado, y por su poder dominante como lo hace AIR-E y AFINIA, persigan con la policía, bajo una ley y licencia en mano, alegando que estas robando energía, aunque provenga del sol y el viento, no se me olvida que hoy en día, no puede hacer uso de algunas playas, mares, ríos, montañas, comer animales porque su uso es controlado por el estado, para hacer uso de ese derecho requieres de permisos y pagar.
Es por ello que la democracia consiste, no en votar por las caras, los colores, las vanidades o los recursos económicos, la sana democracia consiste en votar por pensamientos, propuestas y conceptos ideológicos, que se transcriben en planes de gobierno y planes de desarrollo. Para cambiar nuestro sistema, primero debemos cambiar modelos económicos, sociales y normativos, y en cuestión de servicios públicos, salud y educación, debemos votar en contra del modelo Neoliberal o el capitalismo extremo, y explorar proyectos alternativos que ofrezcan mejores oportunidades al pueblo y la ciudadanía libre, con capacidad de autogestión y administración propia y solidaria, para la subsistencia humana.
En el sentido anterior, el Neoliberalismo o capitalismo feroz y voraz, esta al asecho para adueñarse del aprovechamiento de energías alternativas que nos pertenecen a todos, por ahora iniciaron dando destellos de alerta, con unos negociados de territorios indígenas a multinacionales e inversionistas que vieron en esta riqueza natural un negocio, que la llaman transición energética, que si no levantamos la voz desde ahora, para frenar este modelo económico dominante, excluyente y abusivo, el futuro de las energías limpias y la famosa transición energética, no será diferente a lo que hoy vivimos y estaremos controlados, vigilados y obligados a pedir permiso para usar el sol, el viento libremente y condenados a pagar altas sumas de dineros por lo que Dios y la naturaleza nos regaló.
No es el sol ni el viento el negocio, socio, son las tecnologias necesarias para la extraccion de la energia que de esas fuentes se pueda absorver. No pensaras que un ordinario ser que solo sepa cocinar con leña, o encender los fogones de su habitacion con fosforos, pueda lograr utilizar la energia de las fuentes naturales limpias. Ese es el costo que hay que pagar, por ser sub desarrollados y por no tener como objetivo principal el desarrollo de capital humano alta mente capacitado.