En Riohacha, la realidad del desempleo ha alcanzado cifras alarmantes, transformando la promesa de un futuro brillante en una lucha diaria por la supervivencia. Según el DANE, la tasa de desempleo ha escalado a un preocupante 21.8% en 2024, con jóvenes enfrentando un desalentador 29%, mujeres un 31% y hombres un 19%. Estas cifras no solo son un reflejo contundente de las promesas incumplidas y la desesperanza que permea a la comunidad, sino también de una tendencia preocupante que ha ido en aumento. En mayo de 2023, el desempleo ya se situaba en un 14.9%, lo cual era ya un indicador grave. Sin embargo, en lugar de mejorar, la situación ha empeorado significativamente en el último año.
La tendencia negativa de Riohacha es evidente y perturbadora. En tan solo un año, la ciudad ha visto cómo su tasa de desempleo se dispara en casi siete puntos porcentuales, afectando de manera desproporcionada a sus sectores más vulnerables: los jóvenes y las mujeres. Este incremento vertiginoso es una señal clara de que las políticas actuales y las promesas electorales no han logrado detener la hemorragia económica y social que sufren sus habitantes.
La crisis de desempleo en Riohacha no es un problema aislado; es un síntoma de una administración fallida y de un sistema que necesita reformas urgentes. Es una realidad que ha convertido la esperanza en una quimera para muchos, y ha llevado a la comunidad a cuestionar si hay realmente un plan efectivo para cambiar el rumbo. La falta de oportunidades ha erosionado la confianza en las autoridades locales y ha dejado a la población en un estado de incertidumbre constante.
El alcalde Genaro Redondo Choles, durante su campaña, habló de una Riohacha socialmente sana y sostenible, enfocándose en las Famiempresas como una solución para el desarrollo económico. Sin embargo, la realidad ha demostrado que las acciones han sido insuficientes. Redondo menciona ahora la intención de promover el turismo y formalizar el empleo, trabajando con entidades como el SENA y la Cámara de Comercio para acceder a capitales semilla. Sin embargo, no pasan de ser buenas intenciones, sin resultados visibles.
La verdadera transformación de Riohacha pasa por un enfoque integral y sostenido en el desarrollo cultural y turístico. La infraestructura sostenible, el empoderamiento de comunidades étnicas y el desarrollo local equitativo son fundamentales para superar las dificultades actuales. Iniciativas como transformar Camarones en un nodo turístico y promover el turismo productivo e innovador son pasos en la dirección correcta, pero no son suficientes por sí solas.
Para lograr un cambio significativo, es esencial una infraestructura sostenible que no solo mejore la oferta cultural y turística de Riohacha, sino que también aborde las necesidades básicas de la población. Esto incluye además la construcción y mantenimiento de espacios culturales, así como la mejora de la infraestructura turística, que puede atraer tanto a turistas nacionales como internacionales, dinamizando la economía local.
El empoderamiento de las comunidades étnicas es otro pilar crucial. Riohacha es rica en diversidad cultural, con comunidades Wayuu, Wiwa, Kogui, Arhuaco, Kankuamo, Zenú, Ingas y afros que poseen un vasto patrimonio cultural. Reconocer y valorar estas comunidades, y apoyarlas en proyectos económicos y turísticos, no solo preservará su patrimonio, sino que también fomentará un sentido de pertenencia y orgullo local. Proyectos como el Parque Temático de la Cultura Wayuu (Panawi) son ejemplos concretos de cómo la cultura puede convertirse en un motor de desarrollo económico.
El desarrollo local equitativo garantiza que los beneficios del turismo y la cultura se distribuyan de manera justa. Programas de inclusión social y laboral, y oportunidades de emprendimiento y desarrollo económico, deben ser accesibles para todos los ciudadanos. Esto incluye mejorar la logística y la infraestructura de soporte turístico, desde señalización hasta sistemas de transporte eficientes y servicios complementarios.
Finalmente, hay que mirar la riqueza de nuestros corregimientos haciendo una ruta que busque conectar Arroyo Arena, Barbacoas, Camarones, Cerrillo, Choles, Cotopríx, El Abra, Galán, Juan y Medio, Las Palmas, Matitas, Monguí, Moreneros, Tigreras, Tomarrazón, Villa Martin (Machobayo), zona rural y Rancherías. Esta ruta no solo promoverá el turismo y la cultura, sino que también impulsará el desarrollo económico y social de estas áreas, transformando a Riohacha en un referente nacional e internacional.
Es crucial que el gobierno local no solo hable de cambio, sino que actúe con decisión y transparencia. Las mesas de trabajo y las promesas deben traducirse en acciones concretas que beneficien a la comunidad en su conjunto. La visión de una Riohacha próspera y sostenible es posible, pero requiere un compromiso real y sostenido por parte de todos los actores involucrados.
El desempleo no solo es una cifra; es una realidad que afecta a familias, jóvenes y a la estructura misma de la comunidad. Es hora de pasar de las palabras a los hechos, de la retórica a la acción. Solo así, Riohacha podrá convertirse en un ejemplo de transformación y resiliencia, un lugar donde la esperanza no sea un sueño lejano, sino una realidad palpable para todos sus habitantes.
Juana Cordero Moscote