EL FENÓMENO DE “EL NIÑO POLÍTICO”

Cada cuatro años, proveniente del mar de las Antillas e impulsado por el frenesí de los vientos alisios y las calenturas de los caprichos, surge en el espectro peninsular un evento de naturaleza marina y atmosférica producto del calentamiento anormal de las aguas superficiales que bordean La Guajira. Se trata del fenómeno de “El Niño político”. 

El Niño político guajiro, al igual que el fenómeno climático, genera un incremento de la efervescencia en la masa electoral e intensifica las inclemencias del desierto de las ideas de propuestas y soluciones que demanda nuestra tierra.  De igual forma, repercute negativamente en el rendimiento del cultivo de las ideas, disminuye el caudal de las buenas intenciones, eleva el riesgo de los incendios electores y quiebra los lazos de la amistad y la consideración. 

A pesar que dicho fenómeno es cíclico y por lo tanto, predecible, y que los sistemas de alerta temprana advierten de su impacto y consecuencias, el pueblo, nublado por las ilusiones y los desengaños olvidados, vuelve a confiar, como en el Ensayo de Saramago, en la conducción de los inexpertos y ciegos aspirantes a los cargos de elección popular.  No puede entonces, una región, chocar repetidamente con la misma piedra o sucumbir, como el mito de Sísifo, ante la imposibilidad de lo posible y rendirse antes lo alcanzable. 

Como en un juego de tronos, los bloques alineados y polarizados por los nuevos odios de viejos aliados, se alinean en una guerra tácita e implícitamente riesgosa por tener el honor de gobernar -vía contratos- a un departamento sediento de futuro y mejor vivir, y no, como los ajedrecistas lo consideran, gentes hambrientas del festejo al cual son invitados tras “ganar” una elección. 

El electorado, debería decretar la emergencia económica, social y política, para adaptarse al riesgo que representan los timadores y culebreros políticos, que anuncian mágicas soluciones a un problema estructuralmente no resuelto y el cual, contrario a lo que pensamos, requiere el concurso de todas las fuerzas vivas de La Guajira y no solo del magnetismo de los incapaces disfrazados de magos. 

 

Arcesio Romero Pérez

Escritor afrocaribeño

Miembro de la organización de base NARP ASOMALAWI

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