El título de la columna se aviene con una aleccionadora y proverbial frase de mi madre, pionera y maestra empírica por excelencia en mi formación en asuntos de la lógica y el sentido común. Esa era una de sus alocuciones favoritas, con la que aprendí a concebir, aplicar y practicar el sentido común. Si bien este no se asimila así por así, ni mucho menos se obtiene en las boticas ni en los supermercados. El ejercicio verbal repetitivo acompañado con ejemplos de una actuación acorde con los principios de la lógica, obviamente les imprimió un derrotero a mis juicios, en lo posible cercanos a la ecuanimidad, y distante de la irracionalidad y el desatino. En derecho llaman a eso la sana critica. La conducta del actual Fiscal General de la Nación me genera discernimientos cautelosos en los que abundan suspicacias.
El aludido funcionario se desplazó diligentemente al Ecuador, con el objetivo de aportar lo que, según la nueva quinta columna mediática y propagandística del régimen -la revista Semana- surge de información contenida en los dispositivos digitales: siete computadores portátiles, 11 discos duros, 24 memorias USB, tres tabletas, 23 teléfonos celulares, incautados en la operación donde abatieron al guerrillero conocido con el alias Uriel. Andrés Londoño Vanegas su nombre de pila era un mando medio dentro de esa organización. En esos dispositivos se almacenaban 3,2 teras de información, que equivalen a 2 millones de archivos, allí salen a relucir supuestas evidencias que vinculan al ELN como patrocinador o prestamista de la suma de US 80,000 a la campaña del candidato del correísmo en el Ecuador. La primera suspicacia proviene de la coincidencia de la fecha de la revelación de la conjeturada financiación- 30 de enero de 2021-, una semana antes de la primera vuelta electoral en el Ecuador. Otra suspicacia es que en el pasado se intentó vincular y asociar al mismísimo Rafael Correa con las FARC, durante los años 2006-2007, nunca se comprobó tal aseveración.
La colaboración se da en el marco del Acuerdo de Cooperación Interinstitucional entre Ministerios Públicos y Fiscales Generales, miembros de la AIMP (Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos) suscrito el 6 de septiembre de 2018. Lo cual huele más a una Trasnacional Judicial de la derecha iberoamericana para perseguir y castigar gobiernos progresistas de la región, que a un organismo de cooperación judicial neutral. La OEA opera como complemento orgánico de esa trasnacional. Lo habíamos advertido en una columna previa, no es suficiente ganar las elecciones; mientras subsistan incólumes rezagos del pasado retardatario como organismos electorales, judiciales, la gran prensa y la OEA, la amenaza contra los gobiernos progresistas acecha a la vuelta de la esquina. Esperemos que esa aparente conspiración no esté destinada a inhabilitar al Binomio Arauz- Rabascall. Las encuestas tienen la palabra. La derecha latinoamericana recientemente perdió Bolivia, no está dispuesta a desperdiciar Ecuador.
Llama la atención la presteza del Fiscal colombiano, justamente en el interregno de la campaña presidencial en el Ecuador, donde el candidato que cuenta con el apoyo del exmandatario Correa acaba de triunfar en la primera vuelta con un 33 por ciento de la votación, algo más de tres millones de electores. La inscripción del binomio Arauz- Rabascall fue antecedido por una infinidad de talanqueras impuestas por el Consejo Nacional Electoral del país vecino. De triunfar Arauz en segunda vuelta, y resultar infundadas las pruebas, se corre el riesgo de una posterior ruptura de relaciones diplomáticas con otro país hermano.
La noticia del financiamiento de la campaña presidencial ecuatoriana surgió hace 15 días, y ni corto ni perezoso el Fiscal viajó a ese país; localmente la Ñeñe política va a completar tres años y el caso Aida Merlano otro tanto. La Ñeñe política se mueve a paso de tortuga, paradójicamente detuvieron a los miembros del CTI que investigaron, grabaron y aportaron las pruebas. El caso Merlano dio para que se configurara el chiste del año: solicitud de su extradición al “Presidente Guaidó”. Un chasco para concursar en la cuenta huesos. La celeridad aplicada para el caso del Ecuador debería aplicarse a los procesos de Odebrecht, en la financiación ilegal de las aludidas campañas, debería ser igual o mucho más diligente en investigar y obtener resultados en las masacres de líderes sociales inclusive en el caso del exembajador Sanclemente y los laboratorios encontrados en la finca de su propiedad.
Para acentuar aún más las suspicacias del episodio del financiamiento de la campaña ecuatoriana, permanecen latentes las declaraciones del Ex fiscal Moreno, con respecto a la impronta sombría de la Fiscalía liderada por Martínez Neira. Al parecer Barboza está aplicando criterios similares. Moreno afirmó radicalmente que, durante la gestión de Martínez Neira, la Fiscalía apeló a una especie de sicariato judicial, usada para “joder” los opositores y favorecer los aliados. Uso del derecho penal con fines específicos. La estrategia parece subsistir y ahora trasciende fronteras. Podría estarse adobando una interferencia e incidencia en las elecciones ecuatorianas.
JOSE LUIS ARREDONDO MEJIA