¿ELECCIONES ATÍPICAS? ¿QUÉ TAL LOS PRECANDIDATOS?

Desconozco precandidato alguno que a esta fecha en el municipio de Fonseca sea capaz de salir a la vía pública, a la tarima Tierra de Cantores o alguno de los diferentes parques públicos y pueda decir: “durante este año y tres meses hice esto por Fonseca”; “propuse esto en el Concejo Municipal”; “presenté este proyecto”; “durante la pandemia ayudé a los fonsequeros con esto”. Por muy buenas o malas que sean sus intenciones, durante este año que pasó, no se le vio a ninguno de ellos contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los fonsequeros, pero desde ya se presenta como: “los verdaderos candidatos de las obras”.

Ya el pueblo conoce a la mayoría de los precandidatos que están en la palestra pública.  Ya muchos de ellos han hecho obras y han mostrado la improvisación de sus actuaciones. Ya algunos estuvieron en varias administraciones como empleados, otros como contratistas y algunos como aportantes de recursos. Ya hay varios que fueron excandidatos, en su momento después de perder, se fueron del pueblo y dejaron abandonado a sus electores. Hoy, como si fuera una pena cada proceso eleccionario, aparecen los magníficos candidatos.

Seguramente escucharemos dentro de los discursos en reuniones y eventos públicos: ¡Yo seré el alcalde de las obras! ¡Seré el que más recursos va a gestionar! ¡las obras que están en el municipio están porque yo las traje, yo las trabajé, con ese alcalde que se me volteó! A partir de hoy, todo el pavimento, urbano y rural, será gracias ellos; desde hoy en todas las obras que se han realizado en Fonseca, serán gracias a ellos.

Ante la alta posibilidad de que realicen nuevas elecciones en el municipio de Fonseca, todos los precandidatos, buenos, malos y regulares, aparecen en todos los medios; redes sociales, periódicos digitales, radio tratando de ganar el mayor volumen de pantalla posible. Desde ya, en los patios de las casas, seguramente se planean organizar las mejores fiestas, con los conjuntos vallenatos.

Durante los meses de marzo, abril y mayo, a excepción de la Semana Santa, no hay un evento público importante en el municipio, además, la pandemia impide su realización. Eso sí, fiestas es lo que habrá y seguramente todos desde ya están invitados. Todo el pueblo puede participar, pero al final, los que entran a los palcos principales y los que se comen la mejor comida y beben el más fino whisky, son los herederos políticos. En las grandes parrandas solo los nombran a ellos: “mi querido primo” “mi querido amigo” “usted es el hombre que este pueblo se merece, ¡no hay más!”.

Se presentan por todos los medios como los candidatos estadistas, haciendo propuestas a doquier. Escribirán opiniones, compartirán contenido intelectual en sus redes, grabarán videos y mostrarán la cara más valerosa para ganar adeptos y al votante incauto. Ya estará en la capacidad de lector analizar el comportamiento de los hoy candidatos cuando pase el proceso eleccionario, ¿compartirán el mismo contenido original?

Afortunadamente en este momento los electores cuentan con información suficiente sobre los precandidatos que aparecen en las redes sociales y grupos de WhatsApp. Ya el pueblo decidirá si merece algo mejor.

Lo cierto de esto es que, Hamilton García en un poco más de un año le puso la tarea difícil a quienes hoy pretende remplazarlo en el primer cargo administrativo de Fonseca. Por esa razón tengo la esperanza puesta en que los fonsequeros sabrán elegir al mejor candidato si se presentan las elecciones atípicas.

El pueblo ya sabe que no solo se necesita buena formación, se necesita de experiencia publica, de buenas relaciones, una buena expresión verbal y física, que acompañada con una adecuada capacidad de gestión y con sensibilidad social podrá conducir a este municipio a continuar con una ruta de progreso que ya está marcada.

Ya el lector y el elector tomará la mejor decisión cuando vea pasar por algunas de las aun polvorientas calles del pueblo, vidrios arriba y sin saludar a nadie, pasen los candidatos de las obras a buscar votos. Ya desde sus fabulosas construcciones, le recordarán al pueblo lo miserables que son, lo miserables que son sus vidas y con un poco de licor y unos panes les compran las conciencias, o mejor dicho los desvalijarán, pues esto ya quedó demostrado, es un truco planeado.

José Armando Olmedo A. 

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