La relación entre, administración pública, justicia y economía, tiene una línea muy delgada que las divide. El crecimiento (decrecimiento) de la economía, depende en gran medida de las buenas (malas) decisiones que tomen las personas encargadas de la justicia y la administración pública.
La forma en como las familias y las empresas, como agentes económicos racionales, se relacionan con la administración pública y la justicia, es la garantía de la continuidad del sistema económico. La forma en como estos se relacionan dentro de una sociedad y dentro de un mercado especifico, dará como resultado la continuación de una actividad económica.
La economía, es un juego de expectativas y los agentes buscan ubicarse y establecer sus intereses en los sectores donde se maximice el uso de los recursos escasos. Es así, como ya en el pasado algunos sectores han prevalecido sobre otros, primando el interés particular sobre el general.
El caso del departamento de La Guajira es único en la historia reciente del país. A la inestabilidad de los gobernantes, se le debe sumar la debilidad administrativa para organizar el trabajo armónico que, junto con el abandono del Estado y los intereses leoninos de algunos empresarios y políticos, se han tirado por la “faja”, tanto a las personas, el medio ambiente y la economía.
Durante la década pasada por el Palacio de la Marina pasaron más de 13 personas ostentando el título de gobernador, más de uno por año. Hubo falta de planeación, hubo falta de liderazgo, falta de tomadores de decisiones. No es suerte o un acto del destino, que la mayoría de los índices para medir el buen funcionamiento de la administración pública se encuentren rojo. La falta de continuidad en la gobernabilidad y la ausencia de planeación de políticas públicas, ayudaron a catalogar esta como una de las peores décadas del territorio y tomará más de 10 años recuperar lo que se debió hacer en años anteriores.
Cuando se pensaba que nada podía estar peor, llega la Covid-19 y lo cambia todo. El desempleo logró números inimaginables, hay cierre de empresas, abandono de inversión privada y otros factores negativos que se han acrecentado. La pandemia dio un giro a la forma en cómo se relacionaban los agentes dentro de la sociedad y el mercado, modificó la forma en cómo interactúan e interactuarán los agentes en la futura sociedad.
Pero, si se mira bien a la Covid-19, llegó en el momento justo, parece ser un botón de reinicio. En el departamento de La Guajira se puede ver como la resiliencia de las familias, las empresas y la administración pública, van encaminando el rumbo del departamento hacia la transformación de la forma de vida dentro de la comunidad.
Los trabajadores, los desempleados, los empresarios del departamento, están migrando hacia nuevos escenarios económicos, inimaginables hasta hace unos meses. Se están creando nuevos mercados que, junto con la participación de las autoridades conformarán una comunidad diferente a la que conocíamos antes del COVID.
Para que en un futuro se logre tener un crecimiento económico consolidado, se necesita más que buenas acciones. Se necesita que la política, la justicia y los agentes económicos, hagan una lectura acertada de la realidad. En el pasado deben quedar esas malas prácticas de primar los intereses particulares de una empresa, de un sector o de una familia, sobre el interés general.
El crecimiento económico en el departamento dependerá del acompañamiento de todos. Todos los municipios deben depender el uno del otro. La cantidad de dinero y recursos disponibles por parte del gobierno van a ser menores, como también el pago de los impuestos por parte de las familias y las empresas.
La asociación comunitaria será la clave para la salida de la crisis. La creación y desarrollo de proyectos conjuntos solucionará problemas comunes para los territorios y garantizarán la disponibilidad de recursos por parte del Gobierno además de maximizar el uso de los recursos propios.
Aunque las soluciones de problemas y retos son diferentes, los intereses demostrados dentro de los planes de ordenamiento territoriales deben ir alineados entre todos los organismos del Estado, que sin duda debe tener como resultado, generar crecimiento económico. El empleo juega un papel fundamental. La Guajira debe poner a funcionar todas las entidades alrededor de la generación de empleo digno y de calidad.
JOSÉ ARMANDO OLMEDO A.