Al momento de escribir estas líneas han pasado 36 días desde que comenzó el peor estallido social de la historia reciente de Colombia quizás de toda su historia, y lejos de reconocer sus causas por parte del gobierno Duque y sus aliados, las fuerzas se han concentrado en desestimar el descontento de la gente satanizando las manifestaciones.
Todo comenzó con el sentir de la ciudadanía y con el pasar de los días ha llegado a la degradación de no respetarse la vida del otro con una complacencia de las más altas esferas del poder , su interés ha sido nulo en buscar soluciones, desde el primer momento la línea a seguir ha sido la forma de enlodar el derecho constitucional de las manifestaciones pacíficas, reduciendo todo a un puñado de vándalos sin oficio sin educación y con teorías conspirativas desde La Revolución molecular de Uribe, pasando por la financiación de Maduro, el apoyo de las narcoguerrillas, la intromisión de Rusia, hasta darle el crédito de autoría intelectual a Gustavo Petro, de las que nos han quedado debiendo la evidencia que pruebe todo este andamiaje de artimañas; pues podría decirse que con la cantidad de movilizaciones en Colombia y los acompañamientos de compatriotas en el exterior este tipo de teorías no son más que salidas tras salidas en falso con discursos hechos a priori desmentidos en cuestión de segundos por imágenes y videos en tiempo real del salvajismo del momento, la opinión internacional les está cobrando factura tanto que le ha tocado reinventar su pobre política de relaciones exteriores y salir a defender lo indefendible a la luz de evidencias claras que demuestra la crueldad con la que se ha violado los derechos humanos.
Por todos lados, en los medios de comunicación, en las redes, en el común de las ciudades, de los pueblos de los barrios todos parecen tener claro qué ocasiono que la gente se mamara literal del discurso politiquero de siempre, pero uno se pregunta porque el Gobierno ha dilatado tanto el ponerse al frente buscar posibles soluciones a través de un dialogo serio y coherente y no a través del autoritarismo e imposición de la fuerza, hemos visto su tibia preocupación por la difícil situación, con qué fin, diríamos que por el fantasma de las elecciones del próximo año donde su mentor y partido buscan obtener la victoria nuevamente, a quienes sus propias encuestas le dan azotes tras azotes, pero para poder recorrer ese camino que parece esquivo recurren nuevamente por las sendas del miedo y de la idea de mano firme y corazón valiente, si no hay guerra, disputas o como se le quiera llamar este discurso bélico les impide seguir vendiendo sus viejas teorías, un precio muy alto el que está pagando el país por el arribismo de estos señores y con la venia de unos sectores. No ha habido un rechazo de gobierno contundente desde un principio por la vulnerabilidad de los derechos humanos, por el contrario ha sido un lenguaje tendencioso y divisorio tanto que ha llevado a que la sociedad ahora se autodenomine de bien y no de bien tomando a título personal el valor de la ley ante los ojos de las autoridades esto llamado desde tiempos antiguos paramilitarismo.
Hemos pasado como país días de terrible violencia que no pudimos imaginar con el auge de las guerrillas en tiempos de Pastrana, esto ha sido peor , esto ha sido indignante ver como las órdenes parecen ser de matar al mismísimo pueblo sin que importe las vidas que se pierde porque ahora resulta que existen buenos muertos dependiendo del lado que caiga, es difícil entender como personajes que se hacen elegir en las urnas por la gente le dan la espalda a esos mismos con discursos mezquinos e indolentes a sus necesidades, como no reconocer la verdad de lo que la gente, pide más oportunidades y que las que existan sean dignas que no sean empleos solo por disminuir unas estadísticas que en realidad sean empleos que lleven a sus familias a vivir no a sobrevivir como le toca a la mitad más uno de los colombianos, que la corrupción ese cáncer que carcome las entrañas de esta sociedad sea severamente castigada y que permita que en realidad los recursos lleguen donde se tiene que, pero de que nos sirve saber a la mayoría las razones y las consecuencias si el gobierno es indiferente e irrespetuoso con los que deciden alzar su voz, burla tras burla con la situación que atravesamos, si burla, sabía que se avecinaba un paro nacional y poco le importo, lo desestimo lo subvaloro, luego da las ordenes de reprimir ese paro esas protestas a punta de bala no importa la vida de quien caiga después de todo los estamentos de control están bajo su doctrina lo que no les permite hacer contrapeso a la cantidad de actos irresponsables que se han cometido; coloca un vocero de dialogo al comisionado de paz sabiendo que le quedaban pocos días porque ya le había puesto la renuncia sobre el escritorio al Presidente, inaudito, no contento con esto Duque cambia las reglas de juego en ese diálogo cada vez que se acuerda algo que a su mentor no le parece o más bien que si le parece está cediendo terreno porque aquí se trata es de medir fuerzas de quien gana a quien, fue eso lo que paso con el acuerdo de Buenaventura no le pareció a Uribe y Vargas Lleras y una vez más dejando con los crespos echo, adicional a esto condiciona los diálogos al levantamiento de bloqueos como si estuviera al frente de una guerrilla alzada en armas que si no cesa el fuego no se sienta negociar pero por Dios son 36 de días de paro y este gobierno no le interesa a la dificultad que está llevando al país cree que con culpar a los promotores del paro y a toda la cantidad de teorías conspirativas que lo que ha hecho es poner en ridículo a la fuerza de inteligencia, va evadir o va ocultar su verdadera responsabilidad en todo esto, solo se escucha decir que empresas quebradas que con violencia no que los que marchan son delincuentes entonces el gobierno no es el responsable de buscar las soluciones no es a él que le corresponde buscar salidas convenientes para el país. La historia le cobrara a Iván Duque su desastroso paso por la casa de Nariño en un mal llamado amor a la patria, muchos sabíamos de su inexperiencia para manejar este país tan complejo, pero poco imaginábamos que iba ser este desastre.
Hoy muchos le sacan el cuerpo y se rasgan las vestiduras, otros simplemente echan para atrás y para delante como les convenga su nepotismo entre esos Cesar Gaviria con su repentino síndrome de bipolaridad en el que un día reconoce las debilidades y deficiencias de su elegido y otro día después de “llamaditas” del verdadero Presidente decide que todo está bien, así mismo un Vargas Lleras que el país castigo en las urnas pero que para nada lo perjudico a la hora de hacer parte de los hilos que tejen el país.
La realidad está servida se necesita soluciones no dilaciones, y si, es de reconocer y llorar hasta por un ojo que se pierda como dice la congresista Holguín recordada más que nada por sentarse al lado del exsenador Uribe en sus acaloradas intervenciones en el congreso que por sus propuesta en favor de lo que tanto ama “su país”, se debe llorar por eso por las vidas perdidas, por las empresas quebradas y por el vandalismo que el gobierno ha alimentado dejándolo crecer siendo su responsabilidad no de los marchantes, la seguridad es responsabilidad del Estado pero no violando los derechos humanos, a quien debe aprender y que le caiga todo el peso de la ley es a los que se salen de ella pero no a los que ejercen su legítimo de derecho de manifestación pacífica y protestas aunque esta palabra para la senadora Cabal sea indignante.
No has quedado en deuda el Gobierno de la economía naranja, la Fiscalía, la Procuraduría, ni que decir de la descachada Defensoría del Pueblo en manos de este señor que no conoce su manual de funciones, el Congreso y muchos más…
Como siempre que Dios te cuide, me cuide y nos cuide a todos.
MILKA PATRICIA SOLANO GOMEZ