´Comenzaremos esbozando un opúsculo sobre la utilización del futbol como instrumento de dominación y control político, herramienta de adormecimiento de conflictos económicos y sociales. Carlos Marx acuño en 1844:” la religión es el opio del pueblo”. El futbol tiene lo suyo en ese sentido, no es sino recordar la orden de trasmitir simultáneamente un partido, mientras el ejército ejecutaba la salvaje retoma del Palacio de Justicia en 1985. También ha sido utilizado como medio de propagación de superioridad racial y política en regímenes antidemocráticos, entre ellos la Alemania nazi, el Chile de Pinochet y la Argentina de Videla, por no citar sino unos casos.
Sin embargo, no podemos perder de vista que es un deporte de extracción popular, originado en barriadas, en las áreas más pobres, pero no se puede desconocer su manipulación por las clases dominantes, sobre todo en lo atinente a su dimensión política, económica y financiera. Incluso es ambiente propicio para manifestaciones racistas. Los hinchas ultras, neonazis, no desaprovechan oportunidad para emitir mensajes oprobiosos y estigmatizantes contra los talentosos jugadores de piel negra. Nada de lo anterior impide que el futbol opere como una prodigiosa industria neoliberal. De otra manera es imposible concebir que jugadores o personas como Pelé, Maradona. Messi, Neymar, Ronaldo, Cristiano Ronaldo, Mbappé y tantos más, hubiesen sido ricos, famosos y potentados. Es que el futbol es propiedad popular, ámbito donde los invisibles pueden hacerse visibles y acceder a la felicidad. Es casi gratuito, para su aprendizaje solo se requiere un balón y un espacio abierto.
Eduardo Galeano, influyente escritor uruguayo conocido por su desbordada pasión por el futbol, soltó al respecto frases memorables: “la historia del futbol es un triste viaje de placer al deber: A medida que el deporte se ha hecho industria ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque si”. A ella le agregaba una que complementa la anterior “¿En que se parece el futbol a Dios? En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen muchos intelectuales”. Pero a su vez emitió opiniones contrastantes: “Yo no soy más que un mendigo del buen futbol. Voy por el mundo sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda jugadita por amor de Dios. Y cuando el buen futbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cual es el club o el pais que me lo ofrece”. Como practicante del futbol en mis años juveniles, debo admitir que me siento cabalmente identificado en las portentosas frases de Galeano.
Tal como vienen evolucionando los acontecimientos en nuestro pais, y ante la imposibilidad de lograr avanzar en un proceso de pacificación, dada la magnitud, complejidad y heterogeneidad de los factores violentos, el futbol paradójicamente y a pesar de algunos elementos enunciados arriba, emerge como un potencial cohesionador de la nacionalidad. Transforma las almas y espíritu de la diversidad y variedad de los colombianos. Sugiere lo que pudiera lograrse a través de ese deporte. No está tan errado Petro cuando le atribuye capacidad para trastocarse en un vehículo, un medio, un hilo conductor para de alguna forma constituir un puente de unidad y avanzar hacia la paz definitiva y general de este pais, algo tan esquivo. No la paz de los sepulcros que invocan los partidarios de la derecha: La famosa y paradójica Seguridad Democrática, que tanto defienden los intransigentes, obsesivos y fanáticos uribistas. La selección tiene la capacidad de aglutinarnos y vencer barreras culturales, geográficas y políticas que nos disgregan. Para entender al pueblo es menester entender sus pasiones y el futbol es quizás la más fuerte.
Por lo tanto, es insólita, incomprensible e irracional la actitud tanto del gobernador de Antioquia como del alcalde de Medellín desacatando la propuesta que exhortaba a la declaratoria del lunes15 como día cívico. Con argumentos insostenibles y cargados de pasiones políticas y de “ganas de joder”, me perdonan la expresión, pero no encuentro otra más adecuada. Aún está fresco lo ocurrido con la ridícula propuesta de la “vaca” para las vías 4G que, pretendía recolectar recursos por parte de particulares, y unos congresistas del Centro Democrático, lo que los mantuvo en vilo de perder su investidura, porque supuestamente habían violado el artículo 183 de la Constitución. Rendón junto con el expresidente Uribe fueron los adalides de esa descabellada y ridícula iniciativa que únicamente logró recaudar $ 4,000 millones, el 0,4%, del billón propuesto. Es decir, no pasó de ser más que un estropicio y una vindicta política.
Las barras bravas del Centro Democrático no dan respiro, no cesan en su odio visceral hacia cualquier decisión del gobierno Petrista. La febril oposición del escenario netamente político, retroalimentada ferozmente por una prensa canalla, se traslada ahora al ámbito de las decisiones emanadas del gobierno central como compensación al éxito deportivo de la selección Colombia en la recién finalizada Copa América. Usando una loable exhortación, Petro invocó un efímero instante de unidad nacional, siquiera de 24 horas. Pero resulta que Ardió Troya. Tanto el gobernador de Antioquia como el alcalde de Medellín se opusieron tajantemente y no accedieron en sus respectivas jurisdicciones. La catadura y antecedentes de los dos personajes que lideran esa especie de “rebelión cívica” no es que sea muy ejemplar, veamos:
Contra el actual gobernador cursa una investigación en la Procuraduría por presuntas irregularidades en la contratación del Sistema Integrado de Transporte Colectivo de Rionegro, cuando fungió como alcalde de ese municipio. El proceso al parecer no aparece en el sistema de consulta de la Procuraduría. Igualmente, es señalado de haber participado supuestamente en un detrimento patrimonial en la construcción de dos CAI. El proceso se encuentra vigente. Por una triquiñuela, y cuando ya la Fiscalia le iba a realizar un interrogatorio, postergaron la diligencia y esperaron a que asumiera como gobernador electo, a efectos de que su proceso se dilate y cambie de juez, en este caso será la Corte Suprema. Se mantuvo cuidadosamente engavetado durante la Fiscalía de Barbosa. También se le endilgan nexos indirectos con la parapolítica, ya que proviene del Clan familiar Quintero Villada, a los que se acusa de reconocidos vínculos con organizaciones al margen de la ley.
En el caso de Fico Gutiérrez, sus supuestas relaciones con la Oficina de Envigado son más que un rumor. Y como alcalde reelegido se encuentra enfrascado en un doble rol, con inocultables aspiraciones presidenciales para el 2026, aplica el retrovisor sobre las ejecuciones de su antecesor: Daniel Quintero, y simultáneamente no desaprovecha oportunidad para cuestionar al Presidente Petro. Actúa más como candidato presidencial que como alcalde.
La justificación para no acogerse al día cívico es pueril, cínica, egoísta y despectiva. Alardean de un prurito común en ciertos paisas: laboriosidad por encima del promedio de los demás colombianos. Una vulgar intentona para aguar la fiesta colectiva. A no dudarlo, son absolutamente conscientes de la importancia del futbol como opción hipotética de unidad nacional. A lo que menos le apuntan estos dos gobernantes regionalizados, excesivamente politizados, discriminatorios; es a un proceso de paz y mucho menos si lo lidera un mandatario opuesto a su ideología. Son más decisivos sus intereses políticos, su afán protagónico que la posibilidad de estar unidos en un instante excepcional. Para Fico Gutiérrez si era plenamente justificada la declaratoria de Día Cívico cuando el Atlético Nacional en un hecho histórico e igualmente destacado, optaba por el título en la Copa Libertadores de América. Relativismo moral y ético. Salen a relucir las mezquindades y bajezas de esa elite paisa. Por muy rebuscados que sean los argumentos presentados por Rendón nadie le va creer, salvo sus obsecuentes prosélitos y militantes de la secta a la cual pertenece. Es absolutamente evidente un tinte político e ideológico, y odiosamente separatista, independentista, que anida en el espíritu de algunos antioqueños.
El bochornoso espectáculo suscitado en Miami- capital del anti izquierdismo cubano, venezolano y ahora del colombiano-, si bien no se puede atribuir a una maniobra orquestada por la derecha criolla-, es escandalosamente casual y coincidente con el desacato de estos dos gobernantes. La “gusanera colombiana” residente en la denominada “Capital del Sol, “peló el cobre”. Es incuestionable que un alto porcentaje de colombianos radicados en Miami están constituidos, ya sea por un Lumpemproletariado o por una Lumpemburguesia.
La cadena de desatinos y actos vergonzosos desatados fue redondeada nada más y nada menos que por el Presidente de la Federación Colombiana de Futbol, quien dizque impulsado por “instinto paternal”, confundió escenarios y se imaginó que estaba en la Arenosa en donde le rinden pleitesía y podría haber actuado de la misma manera, sin ninguna consecuencia. Reflejó los contrastes que rodean a la actividad, por un lado, la heroica y espontanea gesta de los deportistas y por el otro la patanería, prepotencia, elitismo y soberbia de sus dirigentes
José Luis Arredondo Mejía