GANARON LOS LADRONES

Es frustrante. Y desolador. Pero hay que ser realista y aceptarlo. Ganaron los malos. Los aprovechados, los aviones, los sinvergüenzas, los que se creen más inteligentes que los demás porque saben robar a la vista de todos.

Hace unos días regresé a la escena del atraco. Lo primero que me llamó la atención es el complejo de culpabilidad de quienes trabajan en esos criaderos de elefantes blancos. Intentan cerrarte el paso balbuceando excusas bobas. Como si estuviesen ocultando algo.

Ellos saben, como cualquier cristiano, que son obras sin sentido, pensadas para beneficiar algunos bolsillos. No tienen fin diferente a ese. Pero reciben un salario y deben cumplir su cometido. Y, de pronto, para no cargar con la culpa de haber sido testigos directos de un atraco, prefieren creer que la obra servirá para algo, que los andenes eran necesarios, que la piscina será piscina para nadadores de élite, que en los parques había que tumbar árboles y meter cemento porque da más calor y es lo que la gente busca, y que el centro de rendimiento se volverá el germen de incontables atletas guajiros.

Pero todos, absolutamente todos, no tenemos asomo de duda de que se están robando un dinero largo.

Por si necesitaba alguna prueba extra, que no la requiero, me la proporcionó la alcaldía de Dibulla. Son tan torpes, en el pasado alguno de ellos robó con tanto descaro, que para contrarrestar el video de Semana en donde puse de manifiesto que el Centro de Alto Rendimiento solo rendirá a unos bolsillos, que organizaron a las carrereas un evento singular.

Llevaron decenas de sillas rimax para sentar a decenas de niños y adolescentes en la inmensa explanada donde se cocerán de calor. No conozco los detalles del cuento que les echaron antes de mandarles a jugar un partido en la cancha de fútbol. Era algo así como que ellos sí se preocupan del deporte y de la juventud.

Y como todo lo grabaron y lo difundieron, si algún día alguien quisiera demandarlos, sería una prueba que los condenaría: es la señal inequívoca de que ese engendro monumental no tiene nada de alto ni de medio ni de bajo rendimiento. Quienes lo proyectaron no tienen la menor idea de lo que supone ese tipo de instalaciones, no sabe nada de atletismo ni de deportes.

Por ejemplo, la pista de tenis. Terminada y rodeada de maticas. Es evidente que jamás nadie de los que idearon el atraco ha jugado al tenis. Como yo lo practico desde niña, les dije a los que estaban allá: aunque parece la superficie les quedó bonita, ahí no se puede jugar. No hay espacio. Así de sencillo.

En cuanto a la jabalina -una de las 19 disciplinas- imposible lanzarla sin que suponga un riesgo para los futbolistas. ¿Y duchas? ¿Y baños? ¿Y para qué los juegos infantiles y la tarima y explanada de baile? ¿Y dormitorios para los futuros ganadores de medallas? ¿Quién pagará entrenadores? ¿Y dónde queda la pista para correr?

Vecinos de Dibulla me dijeron que nunca irían porque un mototaxi cobra 4 mil de ida y otros 4 mil de vuelta. “Y en esa vía atracan de noche”, agregó una señora. Ni de vainas mandará a sus hijos. Además de que no sería para vecinos sin más, sino para los que puedan ser grandes atletas.

Pero no hay el menor peligro de que termine nadie preso por los 300 mil millones botados a la caneca en un abanico de obras repartidos por algunos municipios. Sería una pérdida de tiempo acopiar más pruebas. Las ías siguen de vacaciones o les vale cinco lo que ocurra en La Guajira.

Me dijeron en la Procuraduría hace unos meses que no pueden intervenir hasta que no esté consumado el despilfarro. Y que estaban haciendo el seguimiento a 16 obras de las que proyectaron con los 300 mil millones que se sacó el exgobernador Roys.

¿Seguimiento? ¿Cuál?

Pues yo ya llevo cuatro viajes a Dibulla, Urumita, Barrancas, San Juan del Cesar y nunca los he visto ni los ha visto nadie.

Lo de la piscina semi olímpica de Urumita es de premio. Los trabajos siguen firmes, como si alguna vez fuese a funcionar ese elefante blanco. Recuerdo que en un principio hablaron de dos piscinas olímpicas y luego la dejaron en una y semi. En realidad, importa cinco el número porque no servirá ninguna.

En Urumita no llega el agua a las casas a diario pese a que cuentan con caños suficientes para abastecer a todos. Solo necesitan ampliar el acueducto. El coste sería menor que la piscina, pero eso no dejaría plata a los corruptos, supongo.

Y no contento con lo que le toque de la piscina, el alcalde, en contra de la población, empezó a construir una Villa Deportiva de 20 mil millones. ¿Qué ía frenará ese robo en ciernes?

¿Y qué tal el lujo de aluminio en Barrancas en uno de los andenes? ¿Y las paladas de cemento que están metiendo en la Plaza Simón Bolívar de San Juan? Era bonita, tradicional, por unos 300 millones la habrían dejado espectacular. Pero en la Loto de Roys les tocaron 11 mil millones y hay que enterrarlos en algún lado.

Que luego no venga la Procuradora Cabello ni el Contralor que celebra cien años a presumir de eficiencia. Han sido incapaces de detener esa manada de elefantes blancos que se ven a kilómetros.

Por eso insisto. La Guajira no es pobre. Plata tiene. Pero le sobran ladrones.

Salud Hernández – Mora

DESCARGAR COLUMNA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
💬 ¿ Necesitas ayuda?
Hola 👋 ¿En qué podemos ayudarte?