Jesús los oyó, y les dijo: Los sanos no necesitan médico, los enfermos sí. Yo no he venido a invitar a los buenos a que me sigan, sino a los pecadores.
Marcos 2:17
Amor y aceptación esas son las dos palabras que definen el carácter de Jesús. El amor por su parte nos abraza y sana las heridas de nuestro corazón.
La aceptación nos acepta tal y como somos. Podríamos decir que su aceptación, se compara con la de una madre, que siempre está dispuesta a secar las lágrimas de su amado hijo. No esperes a un Dios que te señale y juzgue por los errores del pasado. Su palabra nos enseña que su corazón se llena de amor al ver que un pecador vuelve a sus brazos.
Volvamos hoy a los brazos de papá y entreguemos nuestra vida a su perfecta voluntad.
Les digo que de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un pecador que cambia su vida que por noventa y nueve personas buenas que no necesitan hacerlo.
Lucas 15:7
Oración: Amado Padre, ayúdanos a volver a tus brazos, que podamos ver nuestros errores y debilidades para que tu infinito amor nos ayude a fortalecer y restaurar nuestro cansado corazón.
Hoy acepto a Jesús como mi único y suficiente salvador.
¡Amén!
Álvaro Uribe Cerchiaro