Colombia es un destino turístico maravilloso. Los centros históricos de Cartagena, Santa Cruz de Mompox, Villa de Leyva y Bogotá son muestras invaluables de la arquitectura colonial, mientras que, en los parques de Chiribiquete, Tierradentro y San Agustín, se puede comprobar la enorme riqueza patrimonial de los pueblos prehispánicos. A quienes les guste la cultura latinoamericana y quieran conocer la tradición cafetera de Colombia, están invitados a la cordillera de los Andes. Allí podrán probar las deliciosas tasas de tinto que preparan los habitantes del eje cafetero y sorprenderse de la inagotable gentileza de los paisas.
Para aquellos que prefieran el ecoturismo, el espacio de esta columna es insuficiente para darles recomendaciones. Vivimos entre dos mares, decenas de volcanes y seis nevados. ¿Qué tal el parque nacional de los Katios, entre el Chocó, Antioquia y Panamá? ¿O el santuario de fauna y flora de Malpelo, hogar de un impresionante número de especies? Ciertamente vale la pena aprovechar esta amplia variedad de rutas, ya sea para descubrir historias macondianas, escuchar nuevos ritmos musicales o disfrutar de los mejores paisajes de la naturaleza.
En semejante paraíso, debe repudiarse con vehemencia que odiosas e indeseables personas como Orion M. Depp vengan por turismo sexual e incluso tejan redes de explotación infantil en Medellín. Krishan Awargal es el nombre de pila de este influente extranjero, al que la Fiscalía General de la Nación acusa de grabar videos pornográficos con menores de edad a cambio de dinero. Tenía más de un millón de seguidores en X, plataforma en la que se describía como experto en criptomonedas.
Estas divisas vienen utilizándose cada vez con más frecuencia para blanquear capitales, por lo que se trata de un asunto que debería estudiar la justicia para resolver el caso. ¿Podría haber un relato más siniestro? Orion M. Depp se habría aprovechado de niñas de escasas oportunidades que viven en uno de los destinos turísticos más bellos del mundo. Todo a través de dinero sucio y oscuras influencias.
Ojalá que con esta investigación les llegue la hora a las mafias que están detrás de las redes. De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el Estado colombiano falla en la detección de la explotación sexual y la atención de las víctimas de trata de personas. Ya sea el Tren de Aragua, el Ejército de Liberación Nacional u otra organización criminal, para que la paz sea total es necesario que las investigaciones judiciales aten los cabos y lleguen al fondo del asunto. Las víctimas lo merecen.
Juan Manuel Galán