Arranca un nuevo año, y con él surgen los propósitos y metas para trazar el rumbo de La Guajira en 2025. Desde instituciones públicas, privadas, gremiales y de cooperación internacional hasta organizaciones sociales, todas deben estar inmersas en ejercicios de planificación que buscan aprovechar el potencial del departamento y superar los retos sociales, económicos y de competitividad del territorio. Sin embargo, para diseñar estrategias viables y efectivas, es crucial reconocer las realidades que afectan al departamento.
El contexto actual de La Guajira presenta retos significativos que deben ser parte integral del análisis y una planificación flexible que se adapte al contexto cambiante de La Guajira. Uno de los problemas más preocupantes es el incremento de bloqueos y actos de inseguridad en la infraestructura productiva, en las vías del departamento y algunos municipios.
Estos incidentes no solo dificultan el crecimiento económico, sino que también afectan la confianza de los actores económicos, los turistas y por ende a calidad de vida de los habitantes. La planificación para 2025 debe incluir estrategias para mitigar estos riesgos, fortalecer la seguridad y garantizar un entorno estable para las operaciones diarias por medio de mecanismos de diálogo y soluciones a demandas sociales recurrentes como temas de educación, servicios públicos y empleabilidad.
El acceso a servicios públicos básicos sigue siendo un reto estructural en La Guajira. Problemas como la falta de infraestructura para garantizar agua para los guajiros, las fallas en el suministro de energía y sus altos costos limitan el desarrollo del departamento, al tiempo que generan tensiones sociales. Cualquier plan para 2025 debe priorizar inversiones en infraestructura y garantizar la prestación de servicios de calidad, especialmente en las comunidades rurales.
Otro factor que no puede ignorarse es el riesgo de un incremento en el flujo de migrantes venezolanos hacia el departamento. Los resultados de las recientes elecciones en Venezuela han generado una renovada ola de tensión, donde el régimen dictatorial se ha aferrado al poder en contra de la voluntad ciudadana.
Esto podría traducirse en una mayor presión sobre los sistemas de salud, educación y empleo en La Guajira, además de exacerbar las brechas sociales existentes. Es imperativo que los planes de acción incluyan medidas para abordar esta situación humanitaria y fomentar la integración de los migrantes, al tiempo que se protege a las comunidades locales.
Por otro lado, el sector minero-energético, turístico y comercial enfrenta una creciente incertidumbre. La falta de estabilidad y seguridad está desalentando a los inversionistas, poniendo en riesgo el desarrollo de proyectos claves para la región y el país.
Sin confianza en La Guajira, los recursos necesarios para el crecimiento podrían desviarse hacia otros departamentos. La Guajira debe centrarse en generar condiciones atractivas para la inversión, promoviendo incentivos fiscales, fortaleciendo las instituciones y priorizando el interés comunitario colectivo en los proyectos, y no de unos pocos avivatos que pretenden pescar en rio revuelto y promover cierres y paros que no benefician a nadie.
A pesar de estos desafíos, también hay oportunidades. La Guajira tiene el potencial para consolidarse como un hub energético y como un destino turístico muy fuerte a nivel nacional, siempre y cuando se garantice la seguridad jurídica, física y se mejore la infraestructura a disposición de los visitantes.
La Guajira también podría convertirse en un modelo de innovación regional, integrando tecnologías que optimicen los procesos agrícolas y mejoren la eficiencia en el uso de recursos naturales. Con un enfoque adecuado, estas iniciativas podrían generar empleo, reducir la pobreza y fomentar crecimiento económico y social. En el campo guajiro está la respuesta a los retos de seguridad alimentaria.
Es hora de construir una Guajira emergente, donde la visión a largo plazo se combine con la acción inmediata y efectiva. Las decisiones que se tomen hoy determinarán si el departamento puede superar la incertidumbre y transformarse en un modelo de desarrollo para el país. La Guajira no puede esperar; el futuro depende de nuestra capacidad para actuar hoy.
Luis Guillermo Baquero