Busquen las crispetas y cada quien tome su asiento, lo que está ocurriendo en Colombia con el presidente y su hijo es histórico por dónde se le mire, nunca un hijo de un presidente había sido capturado, mucho menos que en los estrados judiciales haya sido parte procesal en contra de su progenitor, por otro lado, la exesposa del hijo de nuestro primer mandatario señalando a quien otrora vez habría jurado en el altar, ante los ojos de Dios ser leal y estar juntos hasta que la muerte los desuniera, pero en este caso no fue la defunción, sino el dinero y la traición los causantes de la separación. Para los colombianos no es raro escuchar que a una campaña presidencial han llegado dineros sucios, con Samper el proceso 8000, con Uribe los paramilitares, con santos la multinacional Odebrecht, con Duque ñeñe Hernández, eso siempre ha ocurrido, no lo que no había pasado era que miembros de la propia familia presidencial estuvieran involucrados de tal forma, esos son los componentes propios de una novela.
La impresión que da todo esto es la de un hijo resentido que fue criado sin su padre y la de un padre que no tiene instinto protector sobre su hijo, situaciones y actitudes contra natura poco vistas en un hogar tradicional y conservador, propio delos colombianos, escenario que nadie en el país imagino encontrarse, una familia en la cual el respeto hacia el padre y el amparo del mismo sobre su hijo son inexistentes, aquí los principios y valores se fueron de viaje y quizás cuando regresen.
Por otro lado, seamos sensatos, aquí no va a pasar nada, el presidente va a culminar su periodo, lo que vamos a apreciar los colombianos en los próximos meses será una novela que no va a terminar con el final que muchos pretenden, y que nos llena de vergüenza a todos en Colombia porque la imagen que se había extendido en la comunidad internacional era de que por primera vez desde la existencia del voto popular a la presidencia llegaba un militante de la izquierda que iba a establecer cambios históricos en la institucionalidad del estado colombiano, lo paradójico es que se vieran empañados por otros sucesos históricos non sanctos y siu generis en la existencia de nuestra patria.
José María Campo Serrano, Juan José Nieto Gil, Rafael Núñez y ahora Gustavo Petro, los únicos presidentes de Colombia originarios de la costa caribe, José Campo tuvo una participación histórica. Le correspondió sancionar la Constitución de 1886, promulgada el 5 de agosto. En dicha Constitución se estableció el principio de la centralización política y la descentralización administrativa. Juan José nieto sancionó, el 17 de enero de 1860, la segunda Constitución Política del Estado de Bolívar. Aliado con el general Tomás Cipriano de Mosquera, quien se había levantado en el Cauca contra la política centralista del presidente Mariano Ospina Rodríguez, de estos dos no tengo reporte alguno sobre sí alrededor de sus dignidades existieron temas familiares que trascendieron en lo jurídico y que les empañaron sus proyectos políticos, o si en el marco de sus carreras se observaron brotes de cuestionamientos.
En cuanto a Rafael Núñez. El país experimentó durante su período presidencial, una paz absoluta, que permitió a su gobierno adelantar una provechosa tarea administrativa, con la creación del Banco Nacional, pero con una vida un poco cuestionada por gobernar la mayoría de su periodo desde la ciudad de Cartagena en medio de fiestas e informalidades, después de divorciarse de su esposa y casarse por lo civil con Soledad Román, la iglesia católica se negó a darle el divorcio, pero por medio de un intercambio de intereses se le fue concedido a cambio de la aceptación del concordato con la santa sede, por último, lo que hoy día todos saben, la carrera cuestionada alrededor de la vida de nuestro actual presidente el cual no vamos a condenar porque a mi modo de ver son temas que pueden ser parte de la vida de cualquier ser humano, pero en el fondo lo que puedo observar es que haciendo un análisis profundo en dónde se compare a Petro con sus antecesores también costeños, estos a diferencia del actual mandatario hicieron historia sancionando constituciones políticas que establecieron cambios sustanciales en el estado y que Rafael Núñez a pesar de haberse divorciado estableció la creación de un banco con medidas proteccionistas que en otrora sirvió en la defensa del equilibrio socio-económico del país.
Personalmente, no quisiera jamás estar en el lugar del presidente, y no lo digo por el poder que ostenta, sino por tener a un hijo que en vez defenderlo, esté tratando de enlodarlo en un proceso que seguramente llegará hasta la comisión de acusación de la cámara de representantes, sala que tiene la facultad constitucional de destituir al presidente de la República, tampoco quisiera estar en el lugar de Nicolás, que a mi modo de ver esta cavando una zanja súper profunda que lo va a separar en la relación familiar con su padre y sus hermanos, seguramente se siente entre la espada y la pared, cubierto bajo el manto de la duda e ingenuidad, propia de su corta edad, por eso habrá decidido hacer lo que está haciendo, una verdadera locura.
Ahora analicemos a la exesposa del hijo del presidente, una mujer herida por infidelidades del entonces cónyuge decidió prender el ventilador que al pasar los meses ha ido abriéndose y poniendo al descubierto a una red amplia de integrantes que seguramente en los próximos meses se convertirán en sujetos procesales de la investigación que lidera un fiscal general que públicamente ha demostrado tener una visión antagónica a la del presidente de la República. Está novela apenas inicia y quizás de cuántas cosas más nos vamos a ir enterando.
Luis Antonio Gómez