En el gobierno de Gustavo Petro, la polarización es cada vez más alta en especial en las redes sociales, donde los comentarios de los llamados petristas y los contrarios van y vienen de manera incendiaria. La cosa no está fácil y apenas Petro lleva dos meses y un tercio de mes de su mandato. Para mi hay que dar un compás de espera al presidente de los colombianos para que desarrolle su programa de gobierno y lo aterrice con su Plan Nacional de Desarrollo es lo ideal, aunque varios de sus ministros expresan ideas que se convierten en desaciertos, pero con un buen ministro como lo es el de hacienda José Antonio Ocampo genera tranquilidad y le ha tocado ser el apaga incendio de este gobierno, que es el gobierno del cambio. No está fácil la cosa sobre todo cuando existen vientos de recesión a nivel mundial y esto afectará por supuesto a nuestra economía.
Pero independiente de todo lo anterior, en las redes sociales, así como existen comentarios unos llenos de fanatismo y otros llenos de las emociones que genera la democracia, tomo uno para mis lectores que lleva implícitos muchas realidades. Este en especial de Elizabeth E.V. que por tener tantas aristas lo comparto con mis lectores.
«Tratar de cambiar la mentalidad, de un colectivo tan grande, como el del pueblo colombiano, tardará por lo mínimo de 2 a 3 generaciones, porque hay que trabajar desde cambiar la esencia misma de la idiosincrasia humana, hasta la parte conductual, la parte cognitiva, y la voluntad, que es instintiva, por lo tanto, tiene su impronta grabada en la genética personal.
Es decir, no solamente es difícil para el líder, que es el que tiene una visión «alargada», y posee como facultad, la clarividencia, que en este caso se utiliza como herramienta coadyuvante para este propósito.
Más difícil aún, para el colectivo, que tiene que romper paradigmas ya cristalizados, y lo más difícil, tumbar pilares de pensamiento ya establecidos férreamente, que lo han encasillado en los diferentes moldes sociales del común.
Está descripción es la que estamos viendo en este momento, a dos meses de haberse posesionado Gustavo Petro Urrego, como presidente de Colombia.
La oposición, o el estorbo, como lo describió sabiamente Arturo Guerrero, columnista de El Tiempo, no hace una oposición profesional, de fondo, la está haciendo de forma, o sea muy superficial, sin argumentos válidos, sin propuestas innovadoras, con un mensaje claro y una solución viable, oportuna, rápida y científica.
No, Están solamente estorbando y al tomar partido de esa manera, no están aportando absolutamente nada a la solución de tantos, pero tantos problemas que nos dejaron en herencia, como la muestra personal de su inequívoca personalidad de «aves de rapiña», de «carroñeros y raspaollas».
Están muy pero muy dolidos porque ya perdieron la fuente ilícita de su enriquecimiento, porque tienen que tributar lo justo, porque tendrán que enfrentar a la justicia, porque van a tener que cambiar su modelo de pensamiento donde todo se consigue con la mentalidad del facilismo, donde no estaban obligados a aportar innovación, al contrario, todo era desvalijar, hasta hartarse y satisfacer su ambición desmedida por el dinero.
Entonces la tarea es difícil, pero no es imposible hacer una reingeniería mental, direccionada hacia el bien común, no el personal porque lo nuestro, bueno que malo, lo tenemos resuelto, pero ¿cómo es que nos podemos olvidar de los millones de humanos connacionales, que viven en condición de absoluta marginalidad?
Marginalidad física, mental y emocional muy humildemente invito a hacer una reflexión profunda, y empezar a cambiar esa nefasta indiferencia, indolencia y displicencia que nos está caracterizando y señalando como inhumanos.
Propongo aunar esfuerzos, unir buenas energías, buena vibra alrededor del gobierno de turno, que está demostrando su intención de hacer las cosas por el camino correcto, justo y transparente nada sacamos con ser el «estorbo» de la sociedad no sacamos nada de beneficio para Colombia.
Y obvio, nada benéfico a manera personal no seamos los palos en la rueda
Que de todas formas, la carreta, rodará» ustedes analicen si las razones son lógicas o no, pero ante todo es parte de la realidad que vivimos.
Hernán Baquero Bracho