El “Baute”, si hubiera estudiado, habría sido un gran profesional. Cuando terminé el bachillerato me dediqué a la tienda familiar, mientras definía que estudiar, ahí me visitaba el “Baute”, todos los días, con una palabra extraída de un viejo diccionario. La palabra fístula, salió de ahí; el buscaba corchar al bachiller y lo hacía. Saprofito, está en la pág 63 de mi diccionario; gusano intestinal en los animales. Otro día llegó con Lomismo, me está tomando del pelo pensé yo, Lomismo: peladura o llaga que le da a los cuadrúpedos en el lomo. Se aprendía el significado exacto, pienso que tenía buena retentiva” cuenta mi hermano José Juan, cuando hablábamos de esa imaginación inagotable. El mismo cuento lo refiere cada vez con elementos diferentes, pero mantiene la esencia, es una memoria impresionante.
En una ocasión “Baute” fue diagnosticado de túnel de carpo (producto de tantos años ordeñando) y debía someterse a una cirugía en la mano, por lo que se pasó una temporada en Riohacha, en casa de mi prima Belén. En una de mis visitas, nos reímos un buen rato escuchando bautadas y cuando ya nos íbamos me acompañó al carro, para la respectiva vacuna, cuando puse el billete en sus manos me dijo: “Ay ve Nora, ¿tu habei visto cuando el río entra al mar aquí? Ayer fui con “El Cocha” (Hijo de Belén) y ví los pescaitos de agua dulce entrando al agua salá, ay niña les arde los ojitos, se le ponen rojos por la sal, y se limpiaban desepera’os con las aleticas así” haciendo con los dedos meñiques en sus ojos, la mímica de lo que supuestamente vió hacer a los peces. “¿Tú los vite, Baute?” “Si, Claro, pregúntale al “Cocha”, él fue conmigo”. “Baute” siempre tiene un testigo de lo que produce su imaginación; de hecho, es una señal de que lo que acaba de decir no es real.
Cada vez que voy de vacaciones a San Juan, asumo la cocina en la casa, “Baute” toma los alimentos con nosotros, dice “Papá Juancho” que esa es la herencia que le dejó “Mamá Cele”. Una tarde llegó con unas yucas, pero la cena estaba adelantada, le dije: “mañana nos la comemos de desayuno”, “¿Con que?” me preguntó, “matamos unos huevos y los hacemos con tomate y cebolla y ahí hay mantequilla y suero”, “a mí me day dos huevos y medio, ni más ni menos, que así me lo recetó Augusto Elías (su ex patrón, que es gastroenterólogo)” me dijo, con gran seriedad. “¿cómo hago para partir un huevo por la mitad?”. Pregunté. Se acomodo en la silla recostando la espalda, con una pierna estirada y la otra recogida y con la mano buena haciéndose masaje en la operada, supe que venía saliendo una ráfaga de su inagotable y extraordinaria imaginación. “Tú no me vay a creé, pero allá en Badillo, en la tienda del “Mono” Beleño venden medio huevo”, “caramba “Baute” y ¿cómo hacen?” “El tiene una tijera que parte el huevo exactamente por la mitad, media yema pa’lla y media yema pa’ca y de una vez sella los dos lados. Después compro una máquina que volvía el huevo polvo y lo vendían en papeletica, como el comino y la salcita”. “Recojo mi gallo!!” Le dije en medio de la carcajada. “De que te estai riendo, eso es verdad, si queréi, le preguntai a “Jiyo” … Me voy, regálame pa una recarga que estoy sin minuto” “yo te hago la recarga desde mi celular” “Nombe de ahí no podei hacé recarga de dos mil pesos y mi celular no acepta recarga de más de dos mil, se le daña la batería, se infla” Muerta de risa le dije: “Tú te muere”, expresión popular bautina, ¡que significa tanto como Ajá!!
Cuando Mamá Cele estaba en enferma, pasaba cuatro y cinco días sin dormir, en uno de esos episodios, “Baute” llegó tempranito como de costumbre a tomar el café y le preguntó “¿Cómo amaneciste? ¿Dormite?” “Nada, mijíto, estoy borracha del sueño, pero no me duermo. Colgáme este chichorro en el patio pa’ ve si echo un peluito”. Cuando fue a coger el Chinchorro en la silla descansadora, Mamá Cele tosió y se le movió el pecho como una caja de checa, el Baute volteó, se cimbró, abrió los ojos y exclamó: “burra vieja…” Supongo que al ver el estado de gravedad de Mamá Cele, se frenó y no terminó la frase, que siempre va acompaña de “tu te muere”, claro que “Mama Cele” ya sabía lo que seguía y le espetó: terminála hijo de tu gran madre, que es la misma mía y era una santa” “uy mamá Lola, pitajaya, chinaosca” respondió Baute otra de sus frases célebres, que solo se decifran en el contexto, para este caso debía interpretarse como “uy que lengua tan brava, y eso que está enferma”
“Baute” colgó el Chinchorro y se sentó a conversar con su hermana, de repente toma esa posición pensante y la suelta “Celedonia, tú te acordai cuando yo trabajaba en la región de Cara de Hombre?” “La finca que quedaba en Codazzi?” “no, eso queda lejísimo, es una región de fincas, que el pueblo más cerca que tiene es Codazzi y queda lejos, uno sale sábado y llega el martes a las 12 de la noche, toca corta el cilantro, los plátanos, guineos, aji, tomate viche, pa que lleguen allá jecho. Hacíamos descanso por la noche, en las estaciones nos iban guardando comida pa’ los mulos, y pa’ podemos levantá, un señor nos sobaba con chirrinchi compuesto de la cintura pa’bajo, ese dolor en la cintura le duraba a uno como una semana” en medio de risas “Mamá Cele” le preguntó “bueno y ¿que es lo que me ibas a decir?” “no, viéndo las cabeceras del chinchorro me acordé, que un día fui a toma café donde la señora Palmina, la finca de al lado, ella iba pa’ otra finca a buscá unas semillas de yuca y me pidió el favor que le cuidara mientras ella venía, porque un zorro chucho le estaba robando los huevos. Cele, me acosté en un chinchorro que estaba colga’o en la enramada, me estaba quedando dormi’o cuando sentí que me movieron el chinchorro, ya veo en la cabecera dos ratoncitos, uno le hizo seña al otro con el hocico que ahí estaba yo y se devolvieron, vay a creé que al rato siento el estrupilicio de las gallinas y ya veo, un ratoncito con un huevo agarra’o con las dos manitos y el rabo entrelaza’o con el del otro ratoncito que lo llevaba arrastra”. Todos soltamos la risa y empezamos a hacer como que recogíamos nuestros gallos. “Eso fue verdad, no se rían, yo sería incapaz de échale una mentira a mi hermana mayor”. Nos dijo con gran seriedad.
Ahora me van a deci que es mentira lo que les voy a Contá, pero eso fue verdá. En la finca Los Placeres del finado Gabriel Gutiérrez, en la región de Badillo, había un señor que llamaban Nieves, a él no le salieron los dientes, tenía ramito (ascendencia) de los indios de la sierra, pero ese hombre tenía una fuerza bárbara en la encía; partía un hilo de alambre, una panela atanquera o una moneda con la encía” “caramba Sinforiano, pero ahora sí te pasate, ni con diente parte un hombre una moneda, dígame sin diente” le refutó “Papá Juancho”. “Ay!! A cada quien Dios le da algo por lo que le quita, mira a Leandro Díaz, no veía, pero él les componía a las plantas, los ríos, las mujeres, a Nieves no le dio dientes, pero le dio fuerza”
Cuando José Nieves, el escritor chorreriano, leyó Las Mentiras Más Hermosas parte uno, me dijo: Te falta la del frasquito con las gotas para rejuvenecer” me sabía la esencia, pero necesitaba el contexto, lo llamé. “…Bautelino, hay una historia de unos viejitos que tomaron unas gotas”, no me dejó terminar, “eso fue en una finca por El Chivo Magdalena, había una pareja Manuel y Trinidad, él tenía 100 años y la mujer 80, pero estaban enteros, Manuel estaba en el monte trabajando, y llegó un vendedor al pueblo, le dijo a Trinidad, doña la Licencia de Juventud por solo 400 pesos, cuando eso 400 pesos era plata. El hombre le dijo: doña usted en una taza con agua echa el número de gotas de los años que quiere quedar y se baña con esa agua, si querés quedar de 50 años echa 50 gotas. Entraron en negociaciones y Trinidad compró las gotas, echo 18 gotas en una ponchera de agua y se bañó, en efecto quedó de 18; Trinidad empezó a cantá la calandria, se pinto los labios, le cogió bastilla a las polleras; cuando Manuel llegó y vió a la muchacha pensó q era una de las nietas, “¿cual de las nietas anda por aquí?” “ve que nieta, soy yo Trinidad” y de una vez le contó la historia de las gotas de Licencia de la Juventud, el viejo Manuel se emocionó, “vamos de una vez pa el río” y se llevaron las gotas, cuando fue a echar las gotas en una cacimba, se resbaló de una piedra y se vacío el frasco encima. Trinidad volteo cuando sintió el llanto de un bebé recién nacido que estaba en la piedra “Ñua Ñua” “¿Manuel?” “Si. Soy yo Trini” cargó su pelaito y no le tocó más que criá su marío”.
“Tú, que estay escribiendo, ¿un libro de cuentos?” “un escrito de tus mentiras más hermosas”, le respondí. “Yo no echo mentira, yo cuento cosas reales que pasan. Si queréi escribí mentira vení, pa llévate al Valle, dónde primo Jairo ese si echa mentira… ve me comprai la camisa que tenga bolsillo, si es guayabera mejor, esas tienen cuatro”. “¿Y tanto bolsillo pa’ que? pa’ llenalos de mentiras?” “Oiga respete, usted a mi nunca me ha oído decir una mentira… Te voy a Contá un cuento que, si es mentira, es mentira de “Papá Necho” (su abuelo, mi bisabuelo) Cuando tía Alcira (Hija de “Papá Necho”) estaba embarazada con Juaco en la barriga, se antojó de gallineta guisá, miel de abeja, Conejo asa’o y pesca’o frito. Una tarde venía “Papá Necho” de regreso de un viaje que hizo a Manaure, paró en el río Cesar a dale agua a las vestías y vio una gallineta en un palo (árbol) de Corazón, saco el chopo (arma) y le disparó, la mató y al mismo tiempo partió una rama, en la rama estaba un paraco (casa de abejas llena de miel), las avispas que salieron del paraco mataron un conejo, que estaba en una madriguera, en el tronco del palo y la rama ensartó dos bocachicos, que iban pasando en el río. Mató los cuatro antojos de un solo tiro, son casualidades de la vida”. “Casualidades asombrosas, “Palomo Baute” y ni a quien pregúntale, porque ambos murieron”. “Yo le creí a “Papá Necho, ahora créeme tu a mi pa’ desquítame… Bueno mi perra sunga, te llamo mañana pa contate otras historias… Cambio y fuera
Es un deleite oírlo, creo que en serio hay que escribirle un libro a esa mente prodigiosa. Les aviso.
Noralma Peralta Mendoza
Me impresiona la
Escritora porque hila las mentiras con tanta genialidad como las mentiras del viejo Baute, vale el libro
Baute me recuerda a mi abuelo Vicente Maestre, en la familia le decíamos calaguala ( como la planta ) que abunda en Urumita, salia con cosas como
Yo como buen cazador
por la buena mañanita
al pie de una lomita
mate un conejo pichon
mande carne al batallon
y el resto para Urumita
el hígado lo vi flaco
y lo tire a pie de un cerro
comieron quinientos perros
y mil cuatrocientos gatos.
Nuestros candidos abuelos son geniales, lastima que ya muchos no están. Escribe el libro Nora