“Yo solo te pido que no me eches al olvido Villanueva mía”.
El aparte transcrito corresponde a la canción titulada “Villanueva mía” de la autoría de Hernando Marín cuya primera versión fue grabada por Silvio Brito con El Pangue Maestre y está incluida en el LP Fiesta Vallenata Volumen 13 en 1987 ideal para la parte introductoria del asunto que nos ocupa esta vez.
Con justificada alegría he recibido de las manos del epónimo hijo de Villanueva Juan Celedón Gutiérrez su más reciente obra “Villanueva grande” trescientas páginas delicadamente ilustradas con fotografías que han debido estremecer los recuerdos a los Villanueveros, podemos afirmar que es una edición de lujo que en cada una de sus líneas nos deja extendida la relación testimonial del ayer que ya no está y de cada piedra que en Villanueva fue testigo silenciosa de los días maravillosos cuando la música y la fraternidad cultivaban inteligencia y consideraciones en ese pueblo cuna de Acordeones, músicos, compositores, del algodón, de empresarios y de mucha inteligencia para dar cima y altura a un pueblo de gente buena.
Me alegra mucho más este buen acontecimiento porque soy testigo de las peripecias, portazos, desilusiones, desatenciones y el poco apoyo que Juan tuvo que afrontar para hacer realidad su anhelo de visibilizar para las actuales y futuras generaciones de Villanueveros, Villanueveras y La Guajira en General la vida y obra de aquellos hombres y mujeres grandes, de gran talante y reconocido talento que hicieron de su tierra un emporio socioeconómico de reconocimiento e impacto nacional, la publicación del libro fue un parto tan doloroso como el anterior “HECTOR ZULETA EL DIFUNTO TROVADOR”, inexplicablemente fue aquí en su tierra donde menos apoyo encontró para dar a conocer estas dos obras que deberían estar en todos los Colegios, Escuelas y Universidades, casas de la cultura, academias de música y promotorías de turismo de La Guajira pero no, no se le dio ni se le ha dado la importancia que merecen, seguramente si el no fuera guajiro ya en su pueblo le hubieran construido una gruta al lado de Santo Tomas porque definitivamente la envidia, baja autoestima y la falta de sentido de pertenencia se tragaron a La Guajira, porque se perdió el orgullo y también la dignidad.
Bueno es que la opinión pública se entere que esta obra fue publicada gracias a la generosidad de una filántropa que no nació ni en Villanueva, ni en La Guajira ni en Colombia, su ombligo lo enterraron en Venezuela y fue nacionalizada colombiana en 2005 Gabriela Febres Cordero, fue quien si lo escucho, y gestiono el asunto con un villanuevero altruista Álvaro de Jesús Saieh Bendek sobrino de Jorge Bendek Olivella que vive en Santiago de Chile desde cuando tenía cinco años quien trabaja con instituciones bancarias en Chile, el sacó la cara por su tierra es otro guajiro que es profeta pero en tierra ajena porque si su prosperidad la hubiera logrado aquí estarían diciendo que es ladrón, o lo hubieran invisibilizado porque en La Guajira se barre el piso con la moral de la gente inteligente y se elevan a condición de héroes a reconocidos rufianes, menos mal gracias a Dios dice el Santo Evangelio que “Los humillados serán enaltecidos” y la palabra tiene poder infinito.
El drama de Juan para poder llevar a su gente su buena obra ya eso es normal en la tierra que lo pario, muchos guajiros que han necesitado apoyo para publicar sus obras han tenido que emigrar a otros lugares porque parece que hay una conspiración calculada para invisibilizar a algunos autores que han plasmado en su obras investigaciones socioeconómicas y de connotaciones históricas y por el contrario se invierten recursos públicos significativos en publicaciones de mucho menor trascendencia como si lo importante no fuera la información a sus conciudadanos y a las nuevas generaciones sino sacar recursos que nos pertenecen a todos los que pagamos los impuestos, esa vaina sin duda va a terminar mal porque ya la lupa esta encima de la situación porque a todo el que come arepas de queso su miguita se les cae, no hay crimen perfecto
Es oportuno recordar que la Ley 1874 de 2017 ordeno restablecer la enseñanza de la historia en la Educación Básica y Media con el propósito de desarrollar el pensamiento crítico a través de la comprensión de los procesos históricos y sociales y promover la formación de una memoria histórica de las épocas y acontecimientos pretéritos y del inmediato pasado pero no se le ha dado cumplimiento, no se han ajustado los pensum académicos para reincorporar la asignatura, que fue marchitada de manera absurda por el Decreto1002 de 1984 diseminándola entre las “Ciencias sociales” y borrada del mapa con la Ley General de Educación en 1994, es el motivo por el cual obras como la de Juan Celedón que a nadie le importo en su propia tierra son una gran contribución en el propósito de evitar que nuestros muchachos se vallan a la educación superior ciegos e ignorantes de su propia historia, no hay duda es una obra trascendental y prueba indeleble del amor de un guajiro por la tierra donde enterraron su ombligo, pero en medio de su alegría por ver su sueño cristalizado, pero la satisfacción por los comentarios positivos recibidos de los sectores históricos, culturales y periodísticos de todo el país lo marchito una indiferencia inexcusable, nos contó que para el lanzamiento del libro en Bogotá invito a todos los parlamentarios exparlamentarios guajiros y a los ex gobernadores y la única que asistió fue Imelda Daza, lo acompañaron los ex congresistas Amylkar Acosta y Antenor Duran tres senadores y seis representantes a la cámara de otros Departamentos, y el ex gobernador Luis Felipe Ovalle, son estas las consideraciones por las cuales pensamos que en aquel tiempo cuando Jesús llego a la Sinagoga en su pueblo en peregrinaje en Nazaret, la ciudad donde se crio junto a sus padres, mientras hablaba los presentes se emocionaban con sus palabras y por lo que de él se decía en otras ciudades, y cuando Jesús se proclamó como el Mesías, los judíos no pudieron soportar la envidia y comenzaron a murmurar uno de ellos incrédulo pregunto a quienes tenía a su lado ¿Pero éste no es el hijo de José, el carpintero? Fue cuando Jesús dijo: “De cierto os digo, que ningún profeta es aceptado en su propia tierra”. Digo yo que indudablemente ese judío era Guajiro, no sé si Riohachero o de Villanueva, de Monguí no era.
Mi estimado Juan, “si ladran Sancho es porque estamos cabalgando” se dijo en El Quijote, Juan Felicitaciones, y no te aflijas que también nosotros hemos bebido pócimas del mismo maranguango pero antes que silenciarnos han ayudado para que cada vez nuestra audiencia sea más grande, nos leen, nos escuchan y nos respetan, algún día la inteligencia en La Guajira será más importante que la plata, y las obras más valoradas y eficaces que la lambonería, todo reinado construido con hipocresía tarde o temprano se desmoronara y quedara en pie el que se construye con manos limpias, jugando limpio ni ladrillo a ladrillo.
Luis Eduardo Acosta