En el libro de Éxodo, se cuenta la historia de un Faraón que ordenó a las parteras egipcias matar a los niños varones nacidos de mujeres hebreas, su intención era que no aumentara su población, la cual estaba esclavizada por Egipto (Éxodo 1:16), pese a ello, las parteras tuvieron temor de Dios y no cumplieron la orden, bajo el pretexto de que las mujeres hebreas eran robustas y daban a luz antes de que ellas llegaran. Entonces el Faraón mandó a todo su pueblo a echar al río a todo niño que naciera y se les conservara la vida a las niñas.
Jocabed, una mujer Levita, dio a luz a un hijo, lo escondió por tres meses para guardar su vida, pero no pudo ocultarlo más. En el capítulo 2 dice que la mujer tomó una canasta, la recubrió con brea y resina para hacerla resistente al agua, luego acostó allí al niño y puso la canasta en el río Nilo.
Miriam, hermana del niño, siguió la canasta que iba por el río y pudo ver a la hija del faraón percatarse de la canasta y del bebé que estaba dentro de ella y sintiendo compasión quiso quedarse con él.
Miriam, osadamente salió de su escondite al encuentro con la doncella y le preguntó si quería una mujer hebrea que amamantara y cuidara del niño, a lo que aquella respondió afirmativamente. Así que Miriam, recomendó a Jocabed para velar por el bebé, a quien la hija del faraón le dio por nombre Moisés.
Con su audacia, que no es más que el vivo reflejo del amor de una madre, Jocabed, encontró la forma de conservar la vida de su hijo, además de salvarlo de morir, pudo cuidarlo y amamantarlo. Moisés estuvo unos años con ella, luego creció y, como todos sabemos, fue la persona usada por Dios para liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto.
De Jocabed no se sabe más que su rol de madre valiente, precavida e inteligente. El trabajo con brea y resina, no era propio de las mujeres de la época, se desconoce cuándo aprendió dicha labor, pero no me parece descabellado creer que pudo haberla aprendido una vez supo la orden del Faraón de quitarle la vida a todo niño que naciera y armar un plan, sin embargo, es solo una hipótesis, sea como haya sido, lo cierto es que su determinación estaba alineada con los planes perfectos de Dios. Como hebrea seguramente tenía la certeza que a su hijo le deparaba un futuro glorioso.
Aunque los tiempos eran difíciles, Jocabed fue más temerosa de Dios que del Faraón y nos enseña que no importa lo malas que pueden ser las circunstancias que nos rodean, siempre hay una manera de ayudar a los hijos y con la fe en Dios él dará la sabiduría para hacerlo.
Ocultar al bebé por 3 meses no pudo ser una tarea fácil, tampoco creo que haya sido una medida impulsiva el dejarlo en el río, cada paso que dio parecía perfectamente planeado, sin duda habla de una mujer que por encima de sus sentimientos se preocupó más por la vida de su hijo. Colocar un hijo en un río puede resultar una locura, pero de la forma en que Jocabed lo hizo, solo habla de una mujer que pensaba qué era lo mejor para él.
Muchas madres afirmarían que lo mejor hubiera sido conservar al bebé y enfrentar lo que sea que pudiera suceder, pero si Jocabed hubiera pensado así, lo más seguro es que el niño hubiera muerto y francamente no sé qué hubiera pasado con el plan divino de liberar a Israel de la esclavitud.
Madres, busquen siempre la dirección de Dios en la crianza de sus hijos, niéguense a cualquier sentimiento egoísta o al qué dirán y dejen que sus hijos vivan sus propias vidas; pero recuerden que Jocabed no actuó bajo la presión y mucho menos dejó su destino y el de Moisés a la suerte; sino que llevó una perfecta planeación; preparó la canasta para evitar que el agua se metiera y terminara por ahogar al bebé. Programa todo y no dejes nada al azar.
Sea cual sea la decisión que tomes sobre tus hijos, ten fe y confianza en que Dios obrará. La princesa pudo haberle dicho a su padre que encontró un bebé y entregárselo para que le quitaran la vida, pero no fue así, ella sintió compasión; así que el consagrar tus hijos a Dios hará que Él haga maravillas y ponga gracia y favor sobre ellos.
Que Miriam siguiera la canasta donde iba su hermano, que tuviera el valor de hablar con la hija del Faraón, que esta accediera a que una hebrea lo cuidara y que esa hebrea fuera la misma madre del niño no es mera coincidencia, es la maravillosa respuesta de Dios cuando somos valientes, esforzadas y nuestra confianza descansa en Él.
Jennifer Caicedo
Nosotras las madres lo gue no hacemos por los hijos no s hace por otra persona el hijo nace de las entrañas de una madre dios hizo el mundo y a nosotros a su cemejansa