El mundo ha pasado por una crisis de salud pública sin precedentes en los últimos años, viviendo la pérdida de vidas humanas, amigos y familiares. También ha sufrido la pérdida de la buena salud física y mental de aquellos que han sido fuertemente afectados por el COVID-19. La pos-pandemia nos ha traído un mundo diferente y vertical, con un panorama distinto al que los expertos en economía, salud, política, etc. Nos habían presentado en diferentes medios. En la actualidad, no solo enfrentamos una crisis inflacionaria y de abastecimiento, sino que también sufrimos una crisis de verdad. La mentira está en aumento y toma cada vez más fuerza en las relaciones, políticas y en el diario vivir de cada uno de nosotros.
En este escrito, busco enfatizar una crisis que a menudo se le presta poca atención, y que se cree menos dañina que las crisis económicas o de salud. Me refiero a la crisis de la mentira, la cual se ha expandido en Colombia y ha rellenado diferentes aspectos de falsedad, desde el Estado Mayor hasta la más pequeña expresión ciudadana en el día a día.
En referencia al Estado Mayor; debemos iniciar con el Jefe de Estado, el Señor Presidente Gustavo Francisco Petro Urrego, quien no pierde la oportunidad de utilizar su mejor arma (la mentira) ante la opinión pública para manipular a sus fanáticos y admiradores y así entonces hacer creer que sus 9 meses de gobierno van mal por culpa la oposición o del congreso que ayer amaba llenaba en cabeza del Senador Roy Barrera de Mermelada. Pero paso lo que pasa con el exceso glucosa, se astearon y Conservadores, Liberales, De La U (Santista) y Cambió radical dijeron no más, ya no me cabe más, situación que llevo a la renuncia masiva de ministros como la famosa MinSalud Carolina Corcho, MinAgricultura Cecilia López y el mejorcito de todos el MinHacienda José M. Ocampo. Todo un circo este gobierno.
Mientras todo eso pasa el Presidente utiliza las estrategias del miedo, La amenazas, La mentiras y La confusiones que le dieron resultado en la campaña donde derrotó a sus pésimos rivales con la ayuda de los partidos tradicionales, el dinero de la cocaína, corruptos de la picota, exnarcos, partido comunes, Maduro, Clanes, Cuba y la ayuda aplastante de terroristas “guerrillas” en las zonas de conflicto donde el Candidato del pacto histórico llegó a ganar hasta con un 99.9% de la votación contra un Viejo decrépito Ing Rodolfo Hernández de la “Liga Anticorrupción”. También Petro debe de resaltar la gran ayuda que le dio Álvaro Uribe Vélez, quien hizo en las anteriores contiendas presidenciales todo lo posible para que Gustavo Francisco Petro Urrego llegará al poder.
Al Presidente Gustavo Petro no le preocupa, menos lo trasnocha pensar que la mentira es una expresión contraria a lo que se sabe, se piensa o se cree. El nació de la mentira y el engaño revolucionario de los 60’s donde veía al Che Guevara y a Fidel Castro como en mi generación vemos a SúperMan y a Batman, con la diferencia que los míos eran personajes ficticios y los de su comunismo recalcitrante reales de carne y hueso que han causado mucho daño con el aumento de la pobreza, el hambre y la zozobra a sus pueblos.
El jefe máximo del País y jefe del Pacto histórico a pesar de sus desaciertos en los primeros 9 meses de gobierno ha pasado ignorando la verdad y utilizando la mentira sin ningún asombro de vergüenza contra el pueblo ciego que lo eligio y la oposición sin rabo ni cabeza que lo critica.
Los términos que utiliza el Presidente se veían bien y podían ser aceptables quizás en su campaña como oposición que decía ser. Sin embargo, paradójicamente, quien utiliza la mentira diariamente es el Gobierno, manipulando cifras y malinterpreta la verdad a su acomodo. La verdad se ha convertido en algo casi imposible en este gobierno, donde la mentira y el engaño son moneda corriente en su cuenta de twitter que no deja ni un segundo de responder ninguna crítica que se le haga o en alucinaciones retransmitidas donde habla de temar poco relevantes del momento. Ni decir de sus discursos elocuentes donde tiene la oportunidad de mostrar su arrogancia y su falta de preparación para tremendo cargo.
Como bien decía Jorge Luis Borges, “la profesión de los políticos es mentir […] no son hombres éticos; son hombres que han contraído el hábito de mentir, el hábito de sobornar, el hábito de sonreír todo el tiempo, el hábito de quedar bien con todo el mundo, el hábito de la popularidad…” exactamente cala en “el cacas”
Pero ahora hay que ver mucho más allá con el tema de la mentira; donde hoy una gran cifra de candidatos locales para elecciones regionales han optado por la misma estrategia de su ídolo exguerrillero que logró engañar a todo el mundo y llegar a la casa de Nariño por nomas de 700.000 votos a favor. Es así como estamos frente a una crisis sin precedentes de VERDAD en estas campañas electorales que se avecinan. Muchos estrategas políticos, de marketing digital y de redes sociales intentan hacer lo mismo y llegar por el camino más fácil sin importar el daño colateral que le hacen al futuro del país. Ven lo que ocurre y copian lo que hicieron Roy Barreras, Armando Benedetti y Gustavo Petro para llegar al poder, sin importarles un pito el país y su futuro. Se les olvida a todos hoy que también la sociedad se infecta y se enferma con sus mentiras, haciendo de la mentira un virus mucho peor que la pandemia del Coronavirus. Porque la pandemia duró quizás dos años llevándose gente, pero los políticos mentirosos durarán toda su vida matando niños y personas a diario en todo el país.
En este cielo de mentiras, solo nos queda proteger y preservar la verdad, cuidarla y defenderla como si se tratara de un animal en vía de extinción. Aunque sean millones diciendo y repitiendo mentiras, nosotros seguiremos diciendo la VERDAD con cifras, estadísticas y argumentos sólidos.
Así les disguste, así se sientan aludidos, se hagan las víctimas, nos amenacen y su respuestas sean improperios ante lo indiscutible VERDAD. No se puede permitir ver cómo la mentira escala cada día más en esta sociedad y cómo es utilizada a diario para beneficios malévolos de los dueños de la maldad.
DEFENDAMOS LA VERDAD
Luis Alejandro Tovar