Una pausa importante en el afán diario; por fin los políticos pueden darse cuenta de lo importante que son en el concierto de la vida social de una región, un país y en el mundo. En esta Navidad les pedimos a cada uno, quienes por voluntad propia decidieron poner su nombre y trayectoria al servicio de los demás, que ser político debe ser una dignidad, que hay que ganársela a pulso y es con sacrificios enormes; pero que, de esa vocación, debe generar un mundo mejor para todos, no para unos pocos, y muchos menos para intereses mezquinos.
“Quien tiene esperanza no pone su atención en la esencia, en lo que ha sido ni en la presencia de las cosas, sino en su futuro, en sus posibilidades futuras”: Byung-Chul Han (‘El espíritu de la esperanza’).
En este mensaje del filósofo Han tenemos políticos, electores y ciudadanos presentes y futuros, la esperanza de un mundo mejor, y que mejor que la Navidad para hacer un alto en el camino, separarse un poco de las peleas mediáticas y analizar con cabeza fría qué es lo mejor para todos. Vengo insistiendo en que lamentar es la peor de las situaciones cuando podemos elegir bien. A pesar de que a muchos no les guste, hemos avanzado en conquistas sociales y libertades, si no, no hubiera llegado la mal llamada izquierda de Petro. Mal llamada porque realmente terminó peor que sus antecesores. Los candidatos para marzo deben tener claro que el pueblo debe escoger entre algunos pocos que realmente tengan el bagaje, el conocimiento y el coraje para recomponer el jarrón roto llamado Colombia. Tenemos derecho a tener esperanzas por una mayor seguridad física, jurídica, libre empresa, y de bienes y servicios de calidad. Tenemos derecho a encajar en el siglo 21, donde la cuántica y los cambios en la forma de empleo sean accesibles para todos los jóvenes y no tan jóvenes. Un sistema pensional y de recaudo tributario incluyente y amplio que no sean los mismos de siempre, que traten de mover el motor del país; creo que todos debemos ganarnos la pensión, trabajando día a día los días que nos queden a cada uno. Políticos, ¿se dan cuenta de la importancia que tienen en el concierto de la vida diaria del ciudadano común? Para Platón, los políticos debían no solo convencer, sino forzar a sus ciudadanos a ser mejores “…tratando de persuadir a los ciudadanos y de llevarlos contra su voluntad a aquello que pueda hacerlos mejores (…), es esta la única misión de un buen ciudadano” (Gorgias Platón).
Como estudiante de primer año de Filosofía, un estudiante de la Universidad de Navarra al exponer esta teoría platónica demostró que si bien la expresión puede ser totalitarista, realmente se enmarca en una sociedad con normas jurídicas de convivencia y honestidad. Educar al ciudadano es función del político transparente y con vocación de hacer una mejor sociedad. En Navidad dejo esta reflexión terminando el primer cuarto del siglo 21, para arrancar con decencia el año 2026. De los miles de dislates de Petro, las expresiones contra el nuevo presidente de Chile. A mis lectores, Feliz Navidad y un 2026 en paz con prosperidad para todos.
PS: elecciones 2026, sí.
Orlando Bustillo Pareja

