En Juan 14:6, dice que Jesús es el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre, sino por Él. Así pues, Jesús es el único camino que deberíamos ocuparnos de conocer, ya que, si lo conocemos a Él, conoceremos al Padre. En el versículo 13 dice que podemos pedir cualquier cosa en el nombre de Jesús y Él la hará, pero debemos recordar que nuestra petición debe ir de acuerdo con la voluntad de Dios, ya que no concederá deseos contrarios a su naturaleza, el nombre de Jesús no es una varita mágica que podemos usar para satisfacer nuestras necesidades pecaminosas y/o egoístas.
Ahora, hay muchos otros caminos; laborales, familiares y personales, caminos que debemos recorrer en pro de mantener sanas las relaciones, conservar nuestro empleo y finanzas o de conseguir una meta. Cada camino de esos siempre lo antecede una decisión que estamos obligados a tomar.
Cuando no hay opciones, puede resultar fácil seguir un camino, el problema es cuando hay muchas opciones y no sabemos cuál tomar, si el que se ve largo, pero fácil; corto, pero pedregoso; ancho, pero lleno de obstáculos o estrecho, pero despejado. Si tengo varias ofertas laborares ¿Cuál aceptar? Si tengo varios pretendientes ¿A quién le doy el sí? Si se me presentan varias oportunidades de negocio ¿Cuál es más rentable o conveniente? La vida puede obligarnos a escoger entre muchas opciones en cada área en la que nos desempeñamos; claro que debemos estudiarlas, ser prudentes y sabios al elegir, más cuando es fácil ver el final. Si estás en un camino en el que tienes que dar pasos deshonestos, es claro que no vas a terminar bien; si estás en un camino que te invita a ser infiel a tu cónyuge, es posible que termine en un hogar destruido; si estás en el colegio o universidad y escoges el camino del alcohol, las fiestas o la pereza, es claro que puedes terminar perdiendo el año escolar o el semestre, pero ¿Qué hacer si no tengo la menor idea de cuál es el final del camino, lo tomo o no lo tomo? Si estoy frente a dos caminos ¿Por cuál de los dos camino?
Lo primero que tenemos que aceptar es que no siempre vamos conocer el camino, sería maravilloso recibir una señal que diga: “es este”, pero no es así, incluso a veces nos tomamos demasiado tiempo en decidir, pero llegará el momento en que las circunstancias nos obligarán a tomar una decisión.
Una de las cosas que me ha ayudado y que quiero compartirte está en Santiago 1:5 que reza: “Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se las dará; no los reprenderá por pedirla”. Cree en que Dios te ayudará a tomar el camino correcto y no olvides que es importante esperar su respuesta y no apresurarse.
Otra de las cosas que puedes hacer es buscar consejos de personas sabias, dice Proverbios 13:20 que, “El que anda con sabios, sabio será, más el que se junta con necios será quebrantado”, así pues, no se puede pedir consejo a todo el mundo, no suena muy bonito, pero es una gran verdad.
Tenemos que llegar al punto de reconocer que somos frágiles humanos y que dependemos completamente de Dios. Es muy fácil equivocarnos, si no nos dejamos guiar por su dirección, como quiera que estamos expuestos a muchas posibilidades, fácilmente podemos tomar el camino errado.
Si escuchas la voz de Dios y estás dispuesto seguir su consejo, da el primer paso que Él irá abriendo camino, camina confiadamente pues su voluntad no te llevará a donde su gracia no te proteja.
Ahora, si no te detuviste a escuchar su consejo, o quizás no entendiste su instrucción, no te afanes, a todos nos puede pasar. Vuelve tu mirada a Jesús, quien se compadece de nuestras debilidades y fue tentado según nuestra semejanza, FÍATE DE JEHOVÁ DE TODO CORAZÓN, Y NO TE APOYES EN TU PROPIA PRUDENCIA, RECONÓCELO EN TODOS TUS CAMINOS Y ÉL ENDEREZARÁ TUS VEREDAS (Proverbios 3:5-6)
Jennifer Caicedo