“Si me falla el corazón toda la vida te voy a querer, toda la vida te voy a adorar y en otros brazos nunca me verán”
En la canción titulada “Lenguaje universal” de Omar Geles encontramos su letra premonitoria fue incluida por el con Alex Manga en el Lp así titulado que salió en 1997 y vino a mi mente estremecida por la mala nueva porque tal como él lo temía “Le fallo el corazón” y ya no nos canta a nosotros sino a Dios
“El diablito” ya no está con nosotros, y como si fuera un sino trágico como ha sido habitual en la música vallenata se fue en la plenitud de su primavera, en su mejor momento atendiendo el llamado de Dios a su presencia, se fue consagrado como cantautor escuchado y respetado, y como músico completo, tocaba como Dios manda, sin hacer alarde de una voz hermosa cantaba afinado y con gracia, y sus canciones que pasan de mil dan cuenta de su talento natural como letrista de delicadas líneas para el amor y el desamor y muy especialmente para su madre recurrentes en la Radio con vocación de permanencia, y jacarandoso cuando las circunstancias lo requerían, porque así era él y así fue su vida.
Le regalo Omar a la humanidad la alegría de su música y nos dejó en la vida terrenal Los caminos de la vida y para llegar al cielo ha compartido ya el camino misterioso e inescrutable de la muerte como ya lo había anunciado en 1995 en la canción de la autoría de Wilder Ortiz que el grabo con Alex cuya letra dice lo siguiente; “Yo nunca había sentido algo tan lindo, algo tan bello, compartirlo contigo es encontrar el camino del cielo”, seguramente comparte a esta hora con Jesús y la mismísima virgen ese camino largo en el cual la luz abunda para comenzar la verdadera vida a donde el mal no existe y su música resplandecerá.
He escuchado a toda la vallenatia referirse a ese buen hombre y refiriéndose a su impecable digitación, su buen pulso y versatilidad para hacer con el acordeón todo lo que le inspirara su imaginación, su capacidad para hacer canciones exitosas, su visión empresarial, su entrega al público cuando cantaba sus canciones y su alegría permanente, pero muy poco se ha dicho y que para mí es más trascendental de su vida y su obra, su condición humana y la importancia de su madre como fuente de su más sublime inspiración elemento esencial para ser un buen ser humano y el registro indeleble que evidencio de su origen humilde visibilizando las precariedades materiales contra las cuales tuvo que luchar para construir su porvenir y el de su familia, ladrillo a ladrillo, paso a paso, nota a nota, día a día, noche a noche hasta salir del anonimato y constituirse en referente de la música vallenata y colombiana en Colombia fuera de nuestros alares, y su canción “Los caminos de la vida” después de La Gota fría, es la más popular en el mundo
Al “El hombre del chocolatín” no le quedo grande su obra, a pesar de sus triunfos en todos los frentes, en el musical, en el emprendimiento, como relacionista y como protagonista en la industria del espectáculo, sus triunfos no se les subieron a la cabeza, me cuentan los amigos comunes que fue siempre igual, generoso y atento con ellos desde sus inicios con Los Diablitos hasta este que era su mejor momento como hombre de empresa, como compositor apetecido por los intérpretes y cuando se sentía feliz con su familia, cuando había colocado ya la cereza al postre de su gran catalogo como creador de bellísimas obras poéticas que iniciaron con “Te esperaré” en su segunda producción con Migue que titularon “Especiales” en 1986 hasta llegar al racimo de obras que repartía cada año para alegrar los corazones de los despechados, para alagar y dar cima y altura a la belleza de las mujeres y hasta la autocrítica que le grabó Jorge Oñate con Alvarito que tituló “La crítica” en un acto de honestidad y un mea culpa que no vemos todos los días.
A Omar lo recordaran los todo el tiempo y en los mejores días los hijos que dedicaron a sus viejas en cada fecha especial sus canciones elaboradas por el con las alas de su corazón para la suya, de las mujeres que como madres solteras hacen sentir su voz y su cruda realidad con la interpretación de Patricia Teherán con sus Diosas de su canción “Tarde lo conocí” que está en el álbum “Con aroma de mujer”, y las abandonadas que cantan su desilusión “Me dejaste sin nada” también interpretada por Patricia con las musas en 1991 con el Acordeón de Chela Ceballos
A penas han transcurrido setenta y dos horas desde el desenlace fatal y ya se siente su ausencia, con su viaje a la posteridad la música vallenata ha perdido un baluarte necesario para futuras batallas por su preservación y defensa ante sus oportunistas sepultureros porque tenía carácter y un catálogo completo que le daba autoridad, el Nando Marín y Romualdo eran de aquellos cantautores que no se dejaban manosear, que se hacían respetar y escuchar porque sus obras hablaban por ellos, y todos sabemos que las amenazas que se ciernen sobre la música vallenata ameritan en el frente de batalla a sus mejores hombres entre ellos este trio de contestatarios que musicalmente han predicado con el ejemplo.
No pudo dimensionar el Diablito lo que significaba para la música vallenata, la consternación colectiva por su partida es prueba inequívoca de su importancia y aceptación del pueblo, su viaje sin retorno nos ha recordado una vez más que los homenajes a esa gente que lo han dado todo para alegrar a los demás se deben hacer en vida y no después que se mueran como seguramente pasara con Alfredo Gutiérrez, Alberto Fernández, Sergio Moya, Edilberto y Juvenal Daza y muchos más que siguen como héroes anónimos e invisibilizados por la ingratitud.
Geles fue un Acordeonero completo, tocaba, cantaba y componía con maestría hizo el curso completo ya que antes de coronarse Rey Vallenato en el año 1989 fue Rey Aficionado primero en el año 1985 coincidente con su primera incursión en los estudios de grabación, en ese lanzó su primera producción, y la remachó al coronarse Rey Aficionado nuevamente en 1987 cuando ya había grabado sus dos primeros trabajos discográficos, es de los reyes vallenatos de mayor recordación en el país vallenato.
¡Omar Geles no ha muerto… inicio su inmortalidad!
Luis Eduardo Acosta Medina