Al escuchar el discurso del presidente en Palenque, y algunos titulares, no podemos dejar de preguntarnos: ¿Sigue en campaña política? Su perorata parece una escena de Rápidos y furiosos, de la forma en que terminó la convención del Pacto Histórico. No sabemos contra quiénes pelean: Ecopetrol, la empresa que le da de comer a casi la mitad o más de colombianos; ISA, orgullo nuestro, y la Cancillería, con lo ocurrido en Venezuela; ni en lo interno con el tema de los pasaportes, donde cada ciudadano debería tener el suyo, se están quedando sin argumentos de la mala gestión.
Y, ahora, ¿por qué tenía que tirar un guante para pelear contra los expresidentes? Ya ellos pasaron. Ahora lo que necesitamos es gobernanza. Es legítimo querer volver a ganar las elecciones, nadie discute eso y menos cuando el mismo presidente cuestiona su propio poder, como diría Darío Echandía. Sencillo: el poder es para gobernar. Pero si quiere ganar nuevamente las elecciones, gobierne. Es la mejor forma de seguir. Pero no es destruyendo como se consigue el poder, salvo que se quiera ganar las elecciones como en el vecino país.
En lo personal, sería feliz si al presidente y sus ministros les fuera bien. El ciudadano del común lo que espera es seguir construyendo sobre lo bien que se haya construido y mejorar en lo que se hizo mal, así de simple. Pero cambiar todo para que nada cambie… ¿a quién le puede interesar? ¡A nadie! Somos muchísimos los que pasamos de los sesenta años y queremos paz y tranquilidad en el día a día, estamos por cuenta del pitazo final de la vida. Insisto, el ruego del alcalde de Cartagena debe ser escuchado y de los gobernantes de cada municipio de los más de mil que hay en Colombia: presidente, máxima autoridad de las FF. AA. de Colombia, exigimos seguridad.
En el inventario y balance de la ejecución leemos en la prensa colombiana a los expertos que aseguran que esta administración no ejecuta el presupuesto y no invierte en la seguridad ni en lo social. Cada día son más los grupos fuera de la ley que quieren pedir un puesto en la mesa; el país parece un restaurante, cada día se invita a más comensales para todo.
Un pasaporte de calidad nos dio la seguridad para viajar a los ciudadanos que no incurrimos en delitos. Volviendo al tono desatinado en defensa de nuestra raza en Palenque, no le luce, presidente, por el contrario, revictimiza a nuestras negritudes que se han superado en un proceso largo de inclusión, muchos han superado las cadenas tanto que hoy una mujer negra ocupa la Vicepresidencia, en buena hora. Aún más grave es que ha quedado en el imaginario colectivo que nuestro Ejército ha cometido asesinatos aleves contra la población negra.
No, así no se hace la paz ni la concordia. Y les está pasando a muchos petristas como a Felipe Priest en su columna ¡Adiós, Pacto Histórico, adiós, Gustavo Petro!: “Petro no me ha decepcionado como presidente, me ha decepcionado como hombre” (columna del 8 de agosto 2024). No más picar pleitos innecesarios, necesitamos una economía robusta que formalice el empleo y que la clase media se sienta segura trabajando, estudiando y en paz. PS: ahora sin gasolina ni acuerdos.
Orlando Bustillo Pareja