PREDICADOR

Si a Petro le va bien, nos va bien a todos. Lástima la estigmatización de la tragedia y lo cómico de la vida. En las corridas de castas, cuando el torero no lo hacía bien, tocaban clarines y timbales para un cambio de tercio obligatorio, ya se cumplió el primer tercio y el tiempo es implacable, perdió. Las urnas hablaron en octubre 2023.

Al tercer aviso, el torero se va a al callejón. Los gobernantes son elegidos para gobernar, administrar y ejecutar lo público teniendo como fin único el bienestar de la población y crear un país próspero, como lo vienen demostrando alcaldes y gobernadores escogidos recientemente: entraron pisando fuerte y ejecutando lo urgente sin descuidar el mediano y largo plazo. Nuestro presidente, en su imaginación, pasa de perseguir a ser perseguido: es un dilema shakespeariano más que freudiano.

Cuando debatir como opositor era una constante, los argumentos con apariencia de verdad se volvían sofisma, hoy, en vez de ser el perseguidor se siente perseguido, Freud diría: paranoia. Sin querer comparar un gran imperio con Colombia, no está demás una referencia. Tomado de la página 81 del libro En busca de Consuelo de Michael Ignatieff: “Todavía hoy nos preguntamos cómo debieron ver los romanos el desmoronamiento de su mundo” y continúa: “para unos fue lento y para una generación, apocalíptico”.

No voy a decir que Colombia se compare con el gran imperio Romano ni imperio alguno, pero en 200 años de República más son las conquistas como sociedad en nuestra vida republicana, pese a todas las situaciones horribles que hemos vivido. Han sido años y décadas de narcotráfico, magnicidios, 8000 mil procesos y gobiernos erráticos a la hora de llegar a donde deben llegar: al afanoso día a día de cada uno de los colombianos y sus familias. Y por supuesto, es un imperativo defender a los jueces, magistrados y las cortes.

La predicación digital, X, tiene a feligreses y herejes en franca disposición de guerra mediática, mientras que los verdaderos delincuentes hacen su agosto. Respeten las instituciones que representan y protejan la democracia, que está en riesgo. El pueblo, sabio al fin y al cabo, sabrá en su momento si supo elegir bien o mal; por lo pronto, con los primeros clarines, ya demostró el castigo en las urnas y parece mentira, en las calles también. Otrora la invitación a la rebelión contra el gobierno de Duque, 24×7, salieron a las calles y destruyeron parte del país, hoy ya no salen si no es con patrocinio.

El pueblo, insisto, lo que quiere son soluciones a tanto problema y una buena ejecución en la administración. El predicador debe aplicar, si no serán solo palabras, las cuales como una estrella en el firmamento se las lleva el viento y con eso la gente no come. Y siguiendo el fuego incesante en el que estamos, Nerón prefirió incendiar a Roma que enfrentar los problemas. Colombia no está para más incendios. Grandslam: y, ahora ¿el presupuesto?

Orlando Bustillo Pareja

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