¿QUE PAIS QUEREMOS? NUESTRA DECISIÓN ES EL REFLEJO DE NUESTROS VALORES

El camino hacia la presidencia de Colombia para el 2026 ya ha comenzado a perfilarse como uno de los procesos electorales más significativos y polarizados en la historia política reciente del país, las elecciones presidenciales que se celebrarán en el marco de desafíos sociales, económicos y de seguridad, prometen estar marcadas por una intensa competencia entre diferentes sectores políticos, así como por nuevas demandas ciudadanas que buscan una renovación en la manera de hacer política, en este artículo se analizará el panorama político actual, los posibles candidatos, las tendencias sociales que moldean la contienda y el impacto que podría tener el próximo gobierno en el futuro de Colombia, para nadie es un secreto que los nuevos liderazgos tendrán un papel determinante, estoy convencida que el resultado de las elecciones para la cámara y senado que se realizaran el 8 de marzo del 2026, serán la hoja de ruta que marcara la fuerza de la democracia colombiana. El gobierno actual ha enfrentado retos considerables en materia económica, seguridad y cohesión social, las protestas sociales, la persistente desigualdad, el desempleo y los problemas de seguridad derivados del narcotráfico y los grupos armados ilegales siguen siendo temas de alta preocupación para la ciudadanía.

La implementación de los acuerdos de paz y la búsqueda de una mayor inclusión social siguen siendo aspectos centrales en la agenda pública, los movimientos sociales han generado un ambiente de efervescencia política y han abierto el espacio para nuevas figuras, particularmente jóvenes y liderazgos emergentes de diferentes regiones, aunque la lista de candidatos aún no ha sido oficializada, varios nombres se destacan notablemente, aumentan la recolección de firmas, la mejor estrategia para recorrer el país y posicionar nombres en ámbito nacional, lo cierto las candidaturas propias de partidos tradicionales y se conformaran coaliciones para aumentar las posibilidades.

  • El centro político: Varios analistas consideran que los sectores de centro tendrán un papel protagónico, buscando canalizar el descontento con los extremos políticos, líderes con trayectoria en la administración pública y con imagen de moderación podrían captar una porción importante del electorado.
  • La izquierda: Representada por figuras del Pacto Histórico y partidos alternativos, buscarán capitalizar la agenda progresista y social, apelando a las juventudes y sectores populares, es probable que repitan fórmulas de coalición para unificar fuerzas.
  • La derecha: El Centro Democrático y movimientos conservadores buscarán reposicionarse tras las críticas al gobierno, seguramente intentarán presentar una imagen renovada, con énfasis en seguridad y orden.
  • Independientes y nuevos movimientos: En un contexto de desencanto con los partidos tradicionales, podrían surgir candidaturas ciudadanas, emprendedoras o surgidas desde movimientos sociales, con propuestas innovadoras y agendas anticorrupción.

Las campañas de 2026 girarán en torno a temas centrales para nuestra sociedad:

  • Seguridad: La lucha contra el crimen organizado, el narcotráfico y el fortalecimiento de la seguridad ciudadana siguen siendo prioridades.
  • Economía: Reactivar el crecimiento, combatir el desempleo y reducir la desigualdad económica serán temas inevitables, la discusión sobre impuestos, inversión extranjera y protección del empleo local estará en el centro del debate.
  • Educación y salud: La pandemia dejó al descubierto las brechas en el sistema de salud y educación, los candidatos deberán proponer soluciones concretas para garantizar acceso y calidad.
  • Medio ambiente: La protección de la Amazonía, la transición energética y la gestión climática ganan protagonismo, especialmente entre las nuevas generaciones.
  • Acuerdo de paz e inclusión social: La continuación y profundización de los acuerdos, así como la inclusión de comunidades marginadas, serán puntos clave para gran parte del electorado.

El electorado colombiano se muestra cada vez más exigente y diverso, los movimientos sociales, la participación digital y la información instantánea en redes sociales han transformado la manera en que se construyen y comunican las campañas, temas como la transparencia, la lucha contra la corrupción y la rendición de cuentas son cada vez más importantes, existe también una creciente demanda de representación de minorías, mujeres, jóvenes, comunidades indígenas y afrodescendientes, el papel de la juventud será fundamental, tanto en la movilización social como en la definición del sentido del voto, les hablo de las elecciones de consejos de juventud que se realizaran el 19 de octubre del presente año.

Los aspirantes a la presidencia deberán enfrentarse a una serie de retos significativos, entre los que destacan:

  • Convencer a una ciudadanía desencantada por anteriores promesas incumplidas.
  • Superar la polarización y buscar consensos para gobernar con legitimidad.
  • Diseñar propuestas viables y ejecutables en los ámbitos económico, social y de seguridad.
  • Enfrentar la presión mediática y la desinformación en un entorno digital complejo.

La política exterior será otro de los frentes clave en la contienda, las relaciones con Estados Unidos, la Unión Europea, los países vecinos y la dinámica regional en América Latina influirán en el discurso y las propuestas de los candidatos. Temas como la cooperación internacional para el desarrollo, la gestión migratoria y la lucha contra el narcotráfico serán parte de la agenda.

Aunque es temprano para predecir el desenlace, se vislumbra una elección altamente competida, en la que el margen entre los primeros candidatos podría ser muy estrecho. El papel de las alianzas, los debates públicos y la movilización ciudadana será determinante para inclinar la balanza, más de 80 candidatos aspirantes a la presidencia coloca en la indecisión al ciudadano, ¿derecha, izquierda, centro, centro derecha o centro izquierda?

Un posible escenario es el surgimiento de un liderazgo nuevo que logre aglutinar fuerzas diversas, o bien la consolidación de tendencias ya presentes en la política nacional, la segunda vuelta electoral, habitual en Colombia, podría polarizar aún más el debate o, por el contrario, forzar pactos y acuerdos inéditos, un proceso complejo, lleno de retos y oportunidades, más allá de los nombres y partidos, la ciudadanía buscará propuestas que respondan a sus necesidades y aspiraciones, así como un liderazgo capaz de generar unidad y confianza en el futuro del país. El desenlace de esta contienda no solo definirá el rumbo político de Colombia, sino también el papel que ocupará en un contexto regional y global en constante transformación, esta será la decisión del siglo, elegir el próximo presidente, con sentimiento cultural y de pueblo mi opinión para ti.

 

Yarlin Carolina Díaz Bonilla

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