Es urgente superar los efectos de la pandemia, lograr la vacunación de 34 millones de colombianos, llegar a 2,4 millones de familias y 1,6 millones de adultos mayores vulnerables que aún no reciben ayudas. Garantizar que ningún colombiano pase hambre, reactivar la economía y la generación de empleo para recuperar los avances perdidos en términos de pobreza, es una prioridad. El sector financiero quedó en deuda con los colombianos y los colombianos en deuda con el heroísmo del cuerpo médico y de la salud. Necesitamos un sector financiero sólido y solidario. Con el liderazgo del Presidente Duque tendremos que lograr consensos. Cualquier reforma debería considerar una disminución sustancial de la burocracia, eliminación de agencias y dependencias públicas innecesarias, congelación y disminución de altos salarios de servidores y funcionarios, incluidos nosotros los congresistas. Este panorama que ya es bien complejo, se une a otros que tendremos que empezar a discutir para decidir el modelo de país que tendremos a partir del 2.022, lo que está en juego es la democracia. Una democracia que debería garantizar orden, respeto y libertad.
El robo del plebiscito que llevó a la implementación de los acuerdos de La Habana demostró el irrespeto de los poderes públicos con la sociedad civil y las consecuencias las estamos sufriendo. La estrategia para contrarrestar el narcotráfico y, a los carteles asociados, incluidas las Farc, se estaban ganando.
Es urgente implementar un Plan Colombia 2 con sustitución de cultivos y restauración de ecosistemas. Hay que acelerar una cruzada internacional para poner en evidencia el fraude de los acuerdos y conseguir apoyo ante los graves peligros que enfrentamos, sin justicia no hay paz. Más de 200.000 hectáreas de coca y 1.300 toneladas de clorhidrato de cocaína al año y todas las trabas para enfrentar el fenómeno, demuestran que la finalidad de los acuerdos siempre fue convertir a Colombia en una narcodictadura progresista como Venezuela. ¡No podemos permitirlo!
Los escándalos de Odebrecht, Cartel de la Toga, Saludcoop, Caprecom, ESAP, Dirección de Estupefacientes y cientos más en todas las regiones son la consecuencia del afán de enriquecimiento ilícito de servidores y funcionarios, además de los casos de instrumentalización de la justicia con fines políticos que demandan con urgencia una reforma al sistema judicial. Propongo un Bloque de Búsqueda que persiga dineros ilícitos de quienes tenemos responsabilidades públicas y que empiecen conmigo. Esto con beneficios para informantes, delatores y testaferros, acompañado de extinciones de dominio rápidas. ¡Esto se arregla si nadie roba!
Gratuidad educativa según nivel de ingresos con opción de elegir institución pública, privada o mixta, cobertura de internet que permita virtualidad para ampliar educación universitaria hasta maestrías, son prioridad. La consigna tiene que ser educar, educar y educar, es el mejor camino para corregir desigualdades y privilegios, y generar desarrollo. Los desafíos son enormes, las oportunidades también, ya tendremos tiempo de compartir nuestra visión sobre el sector agropecuario como corazón de Colombia, la reindustrialización del país, la transición energética, el cambio climático y el desarrollo sostenible, la infraestructura y otros que han tenido notables avances en este gobierno del Presidente Iván Duque.
Siete años en este senado de la República me han dado la oportunidad de conocer los problemas del país y también que parte del país me conozca. He obrado con disciplina, transparencia, coherencia, carácter y firmeza. Tengo las manos limpias y el corazón lleno de amor por esta Patria, para trabajar sin descanso por ella. Pongo en consideración de mi partido y de los colombianos mi nombre como precandidato a la Presidencia de la República.
CARLOS FELIPE MEJÍA MEJÍA