“Todo mundo se ve alegre en navidad, se divierten celebrando el veinticuatro, se confunde la alegría entre los noviazgos, con besitos y abrazos y y yo triste en mi soledad, todos bailan, con alegría gozan, mientras sangra mi corazón gota a gota”
Francisco Hernández – Toca y canta Gilberto Torres- Esperando Navidad
Estamos en navidad, temporada maravillosa durante la cual se confunden la alegría colectiva con las introspectivas recordaciones, la nostalgia con la emoción de los reencuentros, es el tiempo durante el cual añoramos muchas cosas sublimes, como la presencia de nuestra gente que se ha ido para siempre a su encuentro con Dios, allá donde la navidad no termina sino que comienza la verdadera vida, a donde lo único que les falta seguramente es la compañía de quienes aquí nos quedamos para hacer cumplir su voluntad pero les acompañamos con nuestras oraciones convencidos que solo morirán cuando nuestros ojos se cierren para siempre.
El día de La Inmaculada Concepción se encenderán millones de velitas que no serán suficientes para encender la llama de la alegría en el corazón cuando han partido quienes durante la noche especial de alabanzas a la virgen el 7 de diciembre para amanecer el 8 compartían con todos esas horas sagradas de gozo y de guardar, esa vez no estará en mi casa Alvaro la alegría de la familia, no aparecerá como siempre el primero que llegaba, y el ultimo que se iba, era tradicional siguiendo el ejemplo de nuestros mayores encontrarnos los hermanos allí para compartir el juego de domino, los pasteles de cerdo y el sancocho de gallina que también compartíamos con los vecinos, esta vez nos hará compañía desde el cielo y nos queda de consuelo su video bailando el Trovador Ambulante de Los Zuleta hacen dos años sin saber que sería la última vez, porque dos semanas después comenzó el martirio para la familia con el Primo Chente, después Edgar, después Ceci y en esta oportunidad fue el turno fatal para él.
Añoramos aquellos días cuando gozábamos juntos, ese tiempo cuando éramos felices, pero solo ahora lo hemos sabido, ahora entiendo porque mi padre era reiterativo al citar una cita filosófica que había aprendido de una lectura, que “La vida es irónica, se necesita a la tristeza para saber que es la felicidad y la ausencia para valorar la presencia”, ahora ante la primacía de la realidad de tan sentidas ausencias se que nos acompañó una gran felicidad, cuanto nos divertíamos, y la trascendencia para la dicha del espíritu de la unidad familiar, esa que no será posible jamás sustituir por la llegada de los nuevos y ocasionales amigos.
Mientras la mismísima virgen estará con nuestros ausentes durante su fiesta, ellos miraran con justificado regocijo nuestro esfuerzo para que a pesar de su partida sigamos ratificando nuestra esperanza de encontrar consuelo dando continuidad a nuestras tradiciones familiares, las que ni la muerte nos podrá cambiar.
Seguramente llegara hasta las alturas el eco de los cantos de nuestros músicos que a ellos les alegraban la vida, muy especialmente la Voz de Nuris Borrás con Adolfo Echeverria y El Cuarteto Mónaco, himno oficial de la noche de las velas y las reuniones familiares, canción emblemática que como se sabe tiene una historia maravillosa, porque los grandes acontecimientos de la música siempre están antecedidos de peripecias, Este canto de Adolfo no fue la excepción, resulta que muy a pesar de que su autor toco muchas puertas para que le permitieran grabar la canción, nadie le paró bolas, algunos la escuchaban y no les parecía importante, pero como la constancia vence lo que la dicha no alcanza, decidió jugársela por su cuenta y riesgo, no tenía ni orquesta ni disquera pero le sobraban las ganas, tener orquesta para hacerlo, recordó que él había visto un Cuarteto que era de planta, y hacia sus presentaciones en el “BAR MONACO” del mismo hacían parte Ángel Monsalvo, de Campo de La Cruz el Ñeñe García guitarrista, y el percusionista Carlos Guardo, después del último portazo recibido, fue a donde ellos y les propuso la idea para grabar la canción, estos aceptaron su propuesta de inmediato, y desde el día siguiente comenzaron a ensayar el disco, para los arreglos fue fundamental Ángel Monsalvo, de muy buen oído, para la grabación invitaron para que participara Alex Acosta conocido como “El Muñecón” el saxofonista de la Orquesta de Pacho Galán, y el complemento no pudo ser mejor, a Adolfo le guastaba la voz de la muchacha que hacia un comercial para la radio, ella decía “Con Top el detergente, su ropa dura más …maravilloso en el hogar, Top para la ropa y Top para lavar…”, como el grupo no tenía nombre a él gran músico se le ocurrió bautizarlo tal como quedo, con el nombre del negocio donde los conoció, “Adolfo Echeverria con Nury Borras y El Cuarteto del Mónaco”, así, cuando se escucha por todas partes, nuestra gente que ya no esta y los que aquí quedamos quedamos notificados que la gran fiesta ya está aquí.
Este año habrá en mi casa otra silla vacía, pero llenos de gozo, daremos gracias a Dios y a la Virgen Inmaculada Concepción por habernos permitido disfrutar a plenitud, aunque por pocos años con nuestros padres honestos y abnegados, nuestros hermanas y hermanos maravillosos y nuestros primos inolvidables tantas noches encendiendo velitas y haciendo reminiscencias.
Ya no es igual, parece que la parca se ha empeñado en robarnos a todos la alegría, pero ratificamos en la Divina Providencia nuestra profunda confianza en ella, nuestros valores cristianos y haremos lo que haya que hacer para responder a la honrosa responsabilidad que los viejos nos han encomendado, de, a pesar de todo y de todos no dejar morir el espíritu de la navidad, cuanta nostalgia, siento pecho mi pecho embriagado de recuerdos.
“Que linda la fiesta es, en un ocho de diciembre, al sonar del triqui traqui que sabroso amanecer, con el ambiente tranquilo me dan ganas de beber, la pascua que se avecina anuncia la navidad, el año nuevo se espera, me dan ganas de tomar” Adolfo Echeverria.
Luís Eduardo Acosta Medina