El domingo por la tarde (por la mañana estoy en el servicio de La Iglesia que pastoreo) casi siempre mi relax es comentar con los peñeros mi crónica dominical en Ojo Pelao Magazine. El domingo pasado con más razón; los protagonistas eran ellos mismos. Obviamente salen a relucir las anécdotas que faltaron y nuevos protagonistas salen a la palestra con sus anécdotas vividas. Fue una tarde de risas y de sacadas de trapitos al aire, que se prolongó toda la semana, en la medida que la gente iba leyendo la crónica o el chat aparecían nuevos personajes con sus historias.
Al ver que llega al chat de Nos Une el ❤️por La Peña mi Primito, “Beto” Cuello, con sus anécdotas magníficas que siempre me “jalanan las tripas” de la risa, estuve tentada a escribir una crónica a partir de algunos peñeros ilustres que forjaron su carácter entre las recogidas de Algodón, frijol, millo, ajonjolí y al final La Patilla, que es la que se quedó con nosotros al punto de convertirse en nuestro icono y orgullo: “Producimos La Mejor Patilla del Mundo” cómo diría mi Primo Juan Carlos. Pensé en Alberto Luis “Beto” Cuello Mendoza. Rector de La Universidad del César, Luis Joaquín “Lucho” Mendoza Sierra, Director de Planeación del Departamento del César y quizás el Guajiro más influyente en el desarrollo del vecino departamento, y en Jhon Bolivar Acosta Mendoza, director de televisión y teatro de grandes realizaciones nacionales e internacionales, los tres recolectores de algodón en las temporadas decembrinas en La Peña. La idea se fue desdibujando cunado fueron saliendo tantas anécdotas maravillosas tan dignas de contar, que deje aplazada la crónica de los ilustres. Claro que voy a iniciar con las vivencias de @albertoluiscuello que motivaron está idea que haremos realidad después de honrar las que hoy presento.
Buenos días a todas y todos. Irrumpió con su acostumbrado saludo, el primo Beto Cuello, (más allá de que seamos primos, con Beto pasa como con Loly, nos dice primo a todos, y todos les decimos primo). Yo cogí algodón, corté y sacudí ajonjolí, regué y arrié bastante patilla en D’aquel La’o… Tenía un burro, me contó un día el Señor “Masa” que yo le decía que le tocaba metele la doble para cruzar el río… Peñero que no hizo esas actividades no gozo su juventud… También robaba queso (Dónde tío Luis Alberto) con el primo Jesu, cada vez que bebíamos en la Hamaca Grande. Terminó de relatar.
Todos nos reímos, supongo de imaginar a Beto diciendo lo que escribió. Por supuesto a mí me llamó la atención con se le metería la doble a un burro y le pregunté a Lisandro Sierra, el líder más entusiasta que tiene La Peña en estos tiempos (que tiene la particularidad de decir las genialidades más espontaneas como si tomara agua y a mí me “matan” de la risa)
– Fácil Nora. 4×4: 4 garabatazo y 4 talonazo.
Y completa el primo “Beto”
– Y el contrabajo era jalándole los pelitos.
Todos reímos y agrega Lisandro (que no cogió algodón) .
– Métele octava pacheman!! Trayendo a la memoria colectiva una reconocida anécdota del “Cachaco” Jorge Alirio con su hijo.
-Vee papá esto no tiene si no cuarta
-Ahh y tú estudiaste! métele cuarta 2 veces y da lo mismo.
Hay tantas anécdotas por contar del “Cachaco” Jorge que tiene capitulo aparte.
Volviendo al Primo “Beto” y recordando nuestros encuentros en Barranquilla mientras estudiábamos; el Economía, Vicky Trabajo Social y yo, Comunicación y nos sentamos por largas horas en las escaleras del Edificio Cristina Isabel a escucharle sus anécdotas chistosas y “morirnos” de la risa, le dije: – Primo Beto se imagina usted echando vaina en Barranquilla en ese burro?
-Dígalo, cosa elegante amarrao en los palos de cedro que habían en el Cristina Isabel o en los almendros de la U… Prima, hubiese hecho barrida en la U. Afirmaba el rector de La UPC y yo me reía de imaginar la cara de seriedad con la que dice sus charadas, cómo si nada.
Mary Mendoza que siempre está en la jugada y con quién tenemos casada una sentada para que me cuente las anécdotas del primo “Masa” que publicaremos más adelante, entra en escena con esta joya.
– En La Peña en esa época llegó Rafa, tu tío Nora, dé Venezuela y se fue acompañar a “La Maná Monita” a coger algodón al campanario. Tu sabes el estilo y la coquetería de tu tío Rafa, él, al ver unas muchachas que cogían mucho algodón les dijo que les iba a dar un trofeo; esa palabra en esa época eran pocos los que la conocían. Ellas se ofendieron pensando que era una vulgaridad y lo acusaron con sus mamás y las mamás fueron a reclamarle a Rafa. Creo que ese día todos los peñeros enriquecimos el vocabulario, porque el chiste se hizo viral, de boca en boca, el WhatsApp del pueblo.
Retomando el tema de las recolectoras de algodón, que es la investigación que me abocó a estás crónicas, ¿lancé de nuevo la pregunta de quienes eran las mujeres recolectoras más representativas de la época?
– Una de las mujeres que cogió mas algodón en la peña fue milla, mi madre. Entro mi prima “Lely” una de las protagonistas de la crónica del domingo anterior.
– Miriam es una ellas, estaba en el cuaderno. Dice Mary Mendoza. Es que en la casa hace poco estaban los cuadernos donde mi papá anotaba, y él escribía un poco mocho, él al “Manco Viejo” lo tenia anotado como maco viejo. Todos nos reímos. A mí me llegó la imagen de Ciro “Masa” Mendoza, riéndose de sus propias ocurrencias.
Mujeres Recolectoras creo que todas, o casi todas, las que no cogían algodón es porque tenían otra actividad, cómo las tiendas, tu mamá Celedonia Mendoza (QPD), Mi suegra Ana Urrutia (QPD) Tu tía Rosario Mendoza (QPD) Y Etilbia Cataño que creo que ya tenía tienda para esos tiempos, y otras señoras avanzadas en edad, pero las madres solteras y las casadas o rejuntadas Jóvenes, se unían a la juventud con sus esposos e hijos. Recordó nuestra Historiadora Fénix de Jesús Arocha Cataño.
Pero las Chachas eran La Señora Carmen Clara, “La Iño”, remarcó Mary Mendoza.
– y “Macha” tu hermana! Me indicó Rocío, mi hermana, el interno, seguía el chat, en silencio.
Intenté hablar con las tres para cuadrar una cita en La Peña y tomarnos un café para ahondar en el tema y logré contactarme con María Luisa “La Iño” Sierra, nos reímos un rato recordando anécdotas y ya quedamos en el encuentro.
¿Que si cogí algodón? Muchacha, si Cuando ví esos algodonales, ¡ahora tiempo que pasé por Badillo, me provocó bajame a cogelo!!
Eso fue en los años 70 y pico, 1976, porque en ese año recuerdo que estaba embarazada de Elkin y con la barrigona yo recogía algodón, me ponía el campeón arriba de la barriga (Campeón, es un adminiculo fabricado con caucho de llanta, en el que los recolectores enganchan ambos extremos de la boca del saco, a la altura de la cintura, para poder avanzar de frente e ir guardando las motas de algodón)(los sacos eran fabricados en lona de tela de cotton). La gente me decía que iba a parir en el campo, pero que va. Una tarde yo estaba raleando en lo de Rolando y cayó un rayo, que susto el que nos metimos, con ese barrigón que me hubiera alcanzado el rayo me voy con to’ y pela’o. Lo que si es que salió buen cogedor de algodón. Yo era buena antes de parir, pero ya después que iba pariendo, me tocaba cuida los pelaos. Ya cuando tuve los 5 hijos, Elkin y Bilo se iban con Millo (Emilio Olate, su esposo) y conmigo y a “Pepe” lo dejaba cuidando a Yelitza y aa”La Negra”. Yo les dejaba el desayuno hecho y a las 11 me regresaba a hacer el almuerzo. Una vez íbamos pa el campo y se me olvidó algo y me regresé de dónde “Beba” (la siguiente casa, para esa época las casa estaban separadas, para tener una idea, podríamos decir a mitad de cuadra) y ya encontré a “Pepe” con las dos pela’ comiendo, apenas nos íbamos las despertaba a comer, para comer también. Ese día le metí una bojera. Nos reímos de las vivezas de Pepe (Emilio hijo) que hoy es el orgulloso padre junto con Sandrita, del gran Alejandro “Toto” Oñate, quien juega en el equipo de fútbol Los Millonarios y por estos días se encuentra en Ecuador disputando un torneo (valga la cuña)
Cuando yo me venía a hacer el almuerzo, “Millo” se quedaba con Elkin y Bilo y yo les dejaba lo que alcanzaba a coger desde 4:00 la mañana. De los cuatro, Elkin era el que cogía más, sumando cogíamos 90, 100 o hasta más de 100 kilos al día. Contaba María Luisa orgullosa.
Yo echaba con cacota y ellos lo cogían limpio después lo revolvíamos, confesó riéndose. Lo mismo que en esa época no se compraba hamaca, cuando llegaban las lonas nuevas, uno se las robaba y con las lonas hacíamos las hamacas, se les pega a una cabecera y listo y seguíamos recogiendo en las lonas viejas… eso no era yo sola, toitos en La Peña teníamos hamacas de Lona. Recordé que en casa también habían.
El algodón se cogía en diciembre, y en enero se cogía la segunda (los botones que no habían abierto y pasado unos días daban su fruto), a veces nos cogía el carnaval con la segunda. La segunda era un compromiso, es más no nos pagaban completo la recogida de diciembre para que volviéramos a recoger la segunda. Ya después se recogía la repela, las pocas que abrían unos días después, esa si era opcional y la pagaban más cara, porque ya la gente no quería ir. Me explicaba “La Iño”, Comadre de mis padres.
-Yo coji algodón en Las Palomas, en El Campanario, donde Rolando, en cuanto algodón había en La Peña y por fuera en Carujo, cañaverales, Quisquella, la finca de César Orozco, un Cachaco y Marcelina, los papás de “Yuyo” Orozco. Ibamos socorro, pacha, Nelly, la Cosa, Cenelis, Luzmilla, “Lucho” Sierra, “Beto” Cuello, el Mono, Armando mi hermano. El camión llegaba a las 2:00 a.m a recoge la gente en la peña, un señor que le decían “Mano Mala”. ¿Te acordai? ¡Que te vai a acordar tu si tú estabas chiquita! – Me empieza a contar Tomasa María “Macha” Mendoza Mendoza, mi hermana mayor.
-También venía otro hombre pero no recuerdo el nombre. ¿No sé si tú recuerdas el señor con el que se fue la prima “Pirule”? Era un señor malévolo, el enamoró a “La Pirule” y la convenció de irse con él. La prima fue haciendo un hueco en la cocina de barro que tenía tía “Chayo’ en el patio, pero nadie se daba cuenta, porque ella cavaba y podría un platero grande de madera que tenía tía “Chayo” Encima y nadie veía el hueco. Hasta que se la llevó Una madrugada que vino por la gente para llevarnos a recoger algodón. Cuando el carro venía por la cajita (entrada de La Peña) pitaba y ya uno estaba listo con la caneca de agua, el desayuno y los bollos con panela que comíamos al medio día para aguantar regresar a almorzar a La casa. Seguía relatando “Macha”. Pa‘esa época mi compadre “Mono” (José Jorge Sierra, hoy esposo de Rocío mi hermana), era el único que cogía más que yo, no siempre, pero cuando me ganaba usaba la expresión que usaban entre los hombres cuando le ganaban al otro ”Hoy le di tamaca a fulanito” cuando me ganaba a mi que decía “Hoy le di tamaca a “Macha”” mi compadre Armando (nuestro hermano que le sigue a Macha) se fajaba a llorar, el lo tomaba por otro sentido. Cuando cogíamos algodón en La Peña, de regreso casaban las peleas: Mi Primo Julio con cancu, tío Rafa con Víctor Guillermo, yo venía con tío Rafa y Julio y Virginia con sus hermanos Cancu y Víctor. Yo le decía a Virginia no te vai a meté porque si te meteí te jodo, se metía y yo la judía a diente. Después le venían a pone las quejas a mmamá… Por eso es que el difunto Lucas el de la finada Celia me decía “mátame a diente chinita. vayaaaaaa”- “Macha” se echó a reír y terminó su relato diciéndome: llama después que le voy a cantar cumpleaños feliz a Tomas.
Cerrando la crónica de la semana anterior, me llega este fresco relato de Airton Mendoza, mi amigo de infancia, sacando pecho por nuestra generación. Intenté incluirlo, pero ya estaba montada, y es más que precisa para terminar la de hoy, en la que María Elisa nos muestra una generación, Tomasa otra, Beto otra y así pasaron muchos años de buenas cosechas de uno de los cultivos que se extinguió de la zona, tan importante en la economía y progreso de nuestro pueblo
“De nosotros, los que cogimos algodón fuimos Willian Huber, Joaco “Folle”, “Chichi”, Angelito, Roberto el de Esilda, José y mi persona. Willian (El Esposo de mi prima, Luzmirelys) le robaba los puchos de algodón a los junteros, a los Romero y otros que venían de La Junta, en el algodón de Rolando Daza”.
Nosotros fuimos los últimos jóvenes que cogimos algodón en La Peña. No sembraron más por los malos tiempos. Después cogíamos frijol. Huber era socio mío cogiendo frijol donde Félix el de María Guerra. Cogimos millo, ajonjolí. El anjonli es sabroso con panela… Y la hoja de ajonjolí un gran balsamo… Eso se lavaba primero uno el pelo con jabón Twin y después se echaba uno la hoja de ajonjolí como enjuague. Eso se hacía una baba y quedaba el pelo suave y brillante. Explicaba Airton.
También desaparecieron los grandes cultivos de frijol, ajonjolí y millo (zorgo), fueron remplazados por La Marihuana que afortunadamente llegó a La Peña ya al final de la bonanza y no demoró mucho. La Patilla, tomó su lugar y ahora es la reina.
Se tejen nuevos tiempos en los que soñamos con un por venir mejor, desarrollando la industria del turismo, al que le trabajamos con ahínco y pasión. Cómo profetizó Walter Mendoza en el himno, si en el pasado estuvimos en el olvido ahora en el presente todo nos cambiará. Estamos viviendo la mejor cosecha, la que sembramos recogiendo algodón, millo, ajonjolí, frijol, hilando fique, tejiendo mochilas, vendiendo patilla. Sembramos esperanza, sembramos sueños, sembramos amor por nuestro pueblo, en corazones que hoy somos profesionales y gestamos, gestionamos y estamos haciendo que ocurra: convertir a La Peña en el Lugar Más Feliz del Mundo, con la ilusión que todos vengan a aprender a vivir, viviendo en La Peña.
Noralma Peralta Mendoza