IMBORRABLES MOMENTOS

Miro atrás y veo a una mujer con la cabeza envuelta en pañoleta, barriendo el patio con una escoba de “Yerbita de Paraco” cantando Los Sabanales.  Para entonces ya había prendido el fogón, hecho café, y esperaba que se hicieran más brasas para asar las arepas del maíz que habían pilado “Macha” y “Chio” la tarde anterior y yo acababa de moler.

Miro en el retrovisor y veo la mujer más impactante que yo conocí, un personaje sacado de un libro, que “Gabo” no escribió y que yo tengo en ciernes: Mi mamá, Celedonia María Mendoza, sin segundo apellido, porque mi abuela se separó de su primer esposo sin registrar a las niñas. Digo su primer, porque tres maridos tuvo mi abuela. No piensen mal, déjenme honrar la memoria de mi abuela Natalia Victoria Mendoza Daza, Q.P.D.  Ella se casó muy joven con un señor de mal temperamento y desobligado, Celedon Zubiria (Mi Abuelo), de quién se divorció después de tener sus dos primeras hijas: Celedonia y Celina.   Estando tan joven, bella y llena de vida, se volvió a casar con José Antonio Martínez un señor trabajador y bueno, pero no tenía control de la bebida, murió ahogado en un aguacero, borracho; con él, tuvo dos varones: Milton y Sinforiano “El Baute” (El hombre de las mentiras más hermosas).   Pasado el luto, Patricio Villero se prendó de esa negra con cuerpo aguitarrado, de ahí nació mi tío Rafael Patricio.  Lo demás que digan, ella lo negó y yo también lo niego).  En fin, hablábamos de mi mamá.

Mami, se casó a los 15 años y tuvo su primer hijo a los 16, José Aristides “Tide” el Celedonio mayor, también parió a Tomasa María “Macha” de su esposo José Mendoza. Se separó y luego unió su vida para siempre con mi papá: Juan José Peralta. en adelante los llamaré Papá Juancho y Mamá Cele.

Convivieron 56 años y criaron Ocho hijos (Incluida Macha, Tide se quedó con su papá).   Se conocieron en un baile. El hombre bailó toda la noche con una bella mujer, de temperamento festivo y de temple regio. Al día siguiente le pregunto por la dama al Negro Bolaños (quien lo llevó de Badillo a La Peña ese día) y le pidió que le llevará a ver de día lo que tanto le había gustado de noche. Con la excusa de comprar un par de medias llegaron al pequeño almacén de mi abuela; para suerte del caballero flaco, desgarbado, de 1.86 de estatura, ojos café, grandes, de pestañas largas y cejas pobladas.  La dependiente era la joven bien tallada, de rostro encantador, cabellos ondulados, mirada juguetona y risa alegre de la noche anterior.   “Me gustó más que en la noche” me dijo papá Juancho. “Muerto de miedo, le agarré la mano y le dije que la esperaba en la tarde donde “El Negro” Bolaño. Cuando ya perdía la esperanza, la mujer llegó.   Desde ese día nos enmuñecamos (del Verbo enmuñecar), estuve dos semanas más en Badillo, no aguanté más, regresé y me quedé con ella, hasta que la muy cobarde se murió y me dejó solo” dijo estas últimas palabras con los ojos rojos y llenos de lágrimas que se vertieron.

“Yo era un jornalero, y ella muy hábil pa’ los negocios. Desde el primer jornal que se lo trabajé a “Toño” Joaquín, hasta el último queso que vendimos, lo puse en sus manos, no sé cómo hacía, pero ella multiplicaba, ahorraba, invertía, pagaba los gastos de la casa, de estudios, de ropa para todos, comida, cuotas del banco, todo.   Ella era de pensamientos grandes, no le tenía miedo a nada y conseguía lo que quería, yo la apoyaba en todo y ella a mi”

Una de las cosas que hicieron juntos fue atender la finca de Aníbal Aragón, ubicada en Guamachal, un caserío de San Juan del Cesar.   Mamá Cele quedó embarazada de la tercera hija hembra, La Gran “Ocha” y vino a parir a La Peña, para contar con los cuidados de su familia, después de recibir y brindar por su hija papá Juancho regresó a su trabajo. Mientras mamá Cele estaba en su dieta post parto, en La Peña, Papá Juancho un sábado por la noche fue a una fiesta en Guamachal; al calor de los tragos y con la abstinencia en su punto decía: “necesito una hembra que se vaya a dormir conmigo esta noche”.   Una muchachita de 14 años le había puesto el ojo y literal “le agarro la caña”. La niña era virgen.  El papá y los tíos reclamaron la falta, exigían que se casara, la mamá de la niña medió y lo metieron a la cárcel para evitar la muerte.  El papá y los tíos seguían amenazando con matarlo si no se casaba.

Al enterarse, mamá Cele fue donde Aníbal, el patrón y le dijo:  “Anibal necesitamos sacar a Juan José de la cárcel y evitar que lo maten, necesito plata para alistarlo y necesito que usted vaya y arregle el matrimonio”.  Aníbal le dio el dinero y mamá Cele compró camisa, pantalón, zapatos, medias, le cogió la basta al pantalón, planchó la ropa y el día señalado fue por Papá Juancho a la cárcel, le echó la bendición y lo dejó en la iglesia, casándose.  Mamá Cele regreso a La Peña a cuidar su recién nacida y papá Juancho se fue a iniciar su nuevo hogar.

Pasada la dieta, mamá Cele cuál amazona real, va en su caballo a Guamachal a reclamar su hombre. Papá Juancho regresa a casa (menos mal porque me habría quedado yo en el tintero).   Para hacer el resto de la historia larga, corta, nació Gustavo (QPD) contemporáneo con Vicky, y Fernando dos años antes que yo (los dos hijos del matrimonio de mi padre).

Cuando conocí esta historia me explotó la cabeza, no podía creer que una mujer hiciera tales barbaridades no sabía si declarar a mi mamá héroe o martir. Luego que tuve hijas entendí, que mamá Cele era la chacha de las mujeres.

Mamá Cele quería alejarse y alejar a su hombre de esas tierras de sufrimiento, así que le propuso a papá Juancho que dejaran de trabajar en finca.  “Vamos a vender chirrinchi, con eso comemos y nos defendemos” le insistió. Papá Juancho aceptó.  “Con la liquidación me compré una radiola y una bocina, y vendimos chirrinchi, ahí mismo donde vivíamos, en la casa que era del baute. Ahorramos y compramos un lote dónde construimos una casa de barro, ahí ampliamos el negocio y los espacios poco a poco, ya con un local de barro, una enramada con piso, un nuevo equipo de sonido con parlantes; la venta de chirrinchi se convirtió en cantina y pista de baile…  Tiempo después arrendamos una mesa de billar y cuando mejor nos estaba yendo, Rodrigo nos la quitó para arrendárselas a “Borre”.  Pero no nos Achicopalamos, fuimos al Valle y compramos a crédito tres mesas, nos quedamos sin pista de baile porque ahí colocamos las otras dos mesas. Se creció el negocio, le pusimos nombre:   La Hamaca Grande”, cuenta con rostro de añoranza mi viejo.

Yo recuerdo que en Hamaca Grande había una bocina elevada en un palo como de 5 metros, que era redondo abajo y estaba colocado en la pieza del molino dónde va la Corona, lo que le permitía al palo girar (tecnología de última generación). El sonido ya no solo era para los que estaban en o cerca de Hamaca Grande, sino para todo el pueblo.

Con la compra de un nuevo equipo de sonido, llegó la novedad de un micrófono, mamá Cele se convirtió en locutora. Ella hacía los anuncios parroquiales y de fechas especiales: las resoluciones de limpieza de lotes, daños en el acueducto, felicitaciones el día de las madres y cumpleaños.  Un día llegó Cristóbal Urrutia “Cancú’, el papá del Kafi.com 1A,  después de estar por más de un mes fuera de La Peña, cogiendo algodón en alguna de las fincas cercanas, y enamorado como estaba de Jóvita,  sin poder llegar a su casa porque no era aceptado por su familia, le urgía expresarle sus sentimientos, no le era suficiente colocar la bocina en su dirección con la canción que los unía,  así que le pidió consejo a mamá Cele, a ella se le ocurrió dedicar la canción; tomo el micrófono,  carraspeó  la garganta y dijo: “Esta selección musical va dedicada a una bella jovencita: tu sabes quién, con amor de Cristobal”. Eso fue una sensación, así que muchos dejaron de mandar recado y papelitos y dedicaban canciones, menos los enamorados de las seis hijas de mis padres, por obvias razones.

¡Luego llegaron los avisos comerciales “Ripiti, ripita Jacobo y Rafael Joaquín Van a matá!! Mañana hay compañía para el puyú (arroz), carne, carne freca, mañana, dónde Jacobo” O los administrativos; dicen los peñeros que así lo anunció:  “Sensacional día de Campo, en La casa vieja, todos, todos a acampar este 20 de Julio día de la Batalla de Boyacá”. Jajajaja.

Las complacencias del día de la madre eran lo mejor, desde el día anterior estaban llegando los papelitos con las solicitudes de los hijos, obviamente la primera que sonaba era la de ella para mi abuela: “por ser hoy día universal de las madres, recibe mis más sinceras felicitaciones la señora Natalia Mendoza de parte de sus hijos (Los mencionaba) y nietos, con la selección musical Mañanitas a Mi Madre”.  Otra elegancia eran Las complacencias De cumpleaños.  “Hoy se encuentra agregando una perla más al collar de su existencia la encantadora jovencita, Ruth Estela Peralta, recibe felicitaciones de tus padres, hermanos, amigos y familiares, felicidades en tu onomástico”.   yo no sé de dónde sacaba el repertorio, supongo que esa mente adelantada le prestaba atención a los anuncios de las emisoras, y le acompañaba una voz radiofónica. Nace entonces la emisora La Voz del Desierto, así la bautizo William Mendoza (QPD)

Ana Tere (Q.P.D), la esposa de Jacobo, quería oír los anuncios que mandaba a publicar su esposo en La Voz del Desierto, buscaba y buscaba en el dial de su radio, pero no lograba sintonizarla. Inconforme batió el radio contra el piso y le dijo a su esposo (era tartamuda) “te te te Jacobo, te te te esté radio no sirve, te te te cómprame otro, te te te que agarre te te te La Voz del Desierto”.

“Cuando llegaron los billares, quedamos sin pista de baile, así que le compramos a “Donche” el lote de al lado, construimos, la caceta Noche de Estrellas, hasta Diomedes Díaz tocó ahí, en fechas especiales traíamos conjuntos y en los fines de semana y otras fiestas con el pickup que cada vez lo íbamos haciendo que sonará mas… ahí mismo (donde debía funcionar la cantina de los bailes), teníamos una tiendecita, Dios Verá ”. Cuenta orgulloso papá Juancho.

“Cuando ustedes se fueron para la universidad, el barro se puso duro, pensamos que debíamos hacer algo, para que ustedes pudieran seguir, ahí fue cuando nos fuimos pa’ Calabacito. (ahora municipio de Albania), nos fue muy bien, montamos una tienda, pequeña al comienzo, después una de las más grandes y surtida.  También me llevé los billares, pero no funcionó, allá la gente madrugaba a trabajar y se dormía temprano y cuando tenían descanso se iban pa’ sus pueblos.  Se los vendí a “Coche”, volvieron a La Peña. Con eso compré una 350 (vehículo tipo amioneta con carrocería) y entré en el negocio de la gasolina, también nos fue bien.  Ya cansados de tanto traginar y con ustedes ya profesionales decidimos, comprar unas tierritas pa’ pasá la vejez, la compré con hierro, entregué los dos camiones de viajá la gasolina y me dedique sol a sol con mis lomos a trabajar la tierra, Celedonia me ayudaba administrar y a prosperar la Después de Viejo; yo trabajaba duro, ella llevaba las cuentas, organizaba, las vacunas, los equipos y elementos,   hasta la compra de pasto en verano. Hicimos todo lo que nos propusimos, cómo dicen por ahí, fuimos un buen equipo.   En la vejez he perdido la vista, no veo sino bultos y ella era mis ojos, ahora es difícil caminar sin ella,  vivir sin ella. Mi fiera se me volvió cobarde, esta vez no luchó, yo se que le hubiera gana’o a la muerte, pero la muy cobarde se dejó morir. Sus ojos otra vez vaciaron las lágrimas, con los puños cerrados le daba golpes susaves a la mesa, cómo dejando salir poco a poco la frustración y la tristeza. Queriendo aguantar el llanto y sin poder con la voz trémula y bajita, hacia catarsis “Me dejó solo, débil y ciego, ella era mi mujer, mi madre, mi amiga, mi sostén, mi fuerza y hasta mis ojos, la gente no se daba cuenta que me fallaba la vista, porque ella siempre me llevaba de la mano y a su lado yo caminaba seguro” sentí el dolor de mi padre palpitar en mi alma, a él, le duele haber perdido a su Celedonia y a mí me duele además, su dolor.

Podría escribir un libro, pero no es fácil escribir llorando.

Noralma Peralta Mendoza

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18 comentarios de “IMBORRABLES MOMENTOS

  1. Ramón Dearmas dice:

    Excelente crónica ! Y me identifico cada ves más con tus relatos que me hacen trasladar a mi infancia y siento por momentos que estoy en otro estasis de mi vida ..

  2. Robinson Montaño Romero. dice:

    Hermosa historia de AMOR… sobre todo el de tu querida madre CELEDONIA… era una mujer estratega… comprar la ropa para que su hombre se casara, solucionar lo de sacarlo de la carcel y entregarlo pa evitar una tragedia… eso es de coraje, pero era la manera de mantener vivo a su caballero… esa es muestra de AMOR fué algo de otro mundo, con razón la admiración y respeto de tu papá, despues de habersela embarraooo.

    Posdata… Conocí al mono cankun… no sabia que era el papá del Cafi.com, supe de la muerte de cankun por allá en la Jagua de ibirico hace unos años… con razón las locuras del Cafi… igualitico a su papá…

      • NORALMA PERALTA dice:

        Jajaja si el Caribe es Macondo y nosotros somos Caribe. Dice Santander Durán Escalona que Ganó solo transcribir lo que veía

    • NORALMA PERALTA dice:

      Yo no conozco una mujer así!! Asombrosa!!
      Kfi es el primer hijo de Cancú’, no conocí su madre. Cancú’ era un poquito más cuerdo!! Jajajaja

  3. Boris Javier dice:

    Que lindas historias escribes tía, siempre lass leo y no puedo evitar una lagrima al recordar a esa gran mujer, nuestra mama Cele.
    Desde Bogotá, su Cachaquito.

  4. María Margarita Daza Maestre dice:

    Que don más bello el de relatar sucesos con tal pasión que al leerlos se le vuelven a uno la película con la que se identifica y la disfruta y la vive y la llora, con gusto, más que todo por qué entre la junta y la peña se vivieron historias muy semejantes, donde la gente era resiliente sin saberlo, eran protagonistas de escenas que nunca soñaron ni creyeron pero que se convirtieron en su única realidad, que contada por ti, Nora, se aprecia más auténtica, más sensible y sublime todavía… se me erizo la piel…. Tantas historias por contar y esta vez diste otra vez en blanco … Con seres tan especiales que por siempre estarán en nuestros corazones…

  5. Juan Cataño Bracho dice:

    Gracias a Dios, hemos recuperado un ángel para el Periodismo o de la buena pluma. El mejor escritor es el que sabe llevar a la cuartilla sus mejores recuerdos, para que no mueran en el olvido. Dios te siga bendiciendo manita.

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