Con Gustavo Petro Colombia tiene el primer presidente que afirma ser de izquierda. Una democracia sólida se caracteriza por permitir que diferentes sectores tengan la oportunidad de gobernar el país, si salen victoriosos de un proceso electoral transparente.
La democracia, sin embargo, corre serios peligros, si el grupo que llega al poder representa un extremismo, ya sea de extrema derecha o extrema izquierda como es el caso de Petro quien representa una izquierda radical con admiraciones abiertas hacia las dictaduras de Cuba y Venezuela.
Los gobiernos radicales suelen ser populistas y tienen estrategias para perpetuarse en el poder. Como Adolfo Hitler y Hugo Chávez son capaces de llegar al poder de manera electoral, incluso con el apoyo de partidos y políticos tradicionales. Para consolidarse en el poder necesitan sobre todo un discurso que gira en torno a sus “enemigos” y hay dos tipos de éstos.
Por primero están los enemigos externos que son los enemigos naturales de los populistas. Los enemigos naturales serán los “culpables” de todos los fracasos del gobierno populista. En el caso de la Alemania Nazi fueron los judíos y en el caso de la dictadura venezolana es el “imperialismo yanqui”. En el caso del gobierno petrista estos enemigos externos o naturales son el uribismo, la supuesta (ultra)derecha y los “países ricos” como los Estados Unidos.
Por segundo están los enemigos internos. Como mencionado arriba, en las elecciones los grupos radicales se apoyan en partidos y políticos tradicionales para llegar al poder y en una fase temprana estas fuerzas tradicionales tienen cierta injerencia en el gobierno cuya elección apoyaron. Además, al principio el nuevo gobierno extremista necesita a las fuerzas tradicionales para mostrarse como moderado ante la opinión pública. Las fuerzas tradicionales tienen dos opciones al darse cuenta de que el nuevo gobierno busca perpetuarse en el poder: i.) claudicar y seguir apoyando al gobierno, ii.) salir de la coalición del gobierno para hacer oposición. Pero el gobierno extremista sospecha desde siempre en todos aquellos que no van en la misma línea radicalizada, por eso sabe anticiparse y saca a las fuerzas moderadoras de su entorno vendiendo ante la opinión pública la idea de que ahora por fin viene el cambio real porque lograron liberar al gobierno de los traidores infiltrados. Fue eso lo que pasó en la Gran Purga o en la noche de los cuchillos largos.
¿Quiénes son los enemigos internos del gobierno Petro? Son todos aquellos que aún están en el gobierno, pero que no comparten el mismo fanatismo político. Aquí hay que nombrar figuras de una izquierda menos radical, el samperismo, el santismo, y también partidos tradicionales que hoy cogobiernan con Petro, como liberales y conservadores.
El discurso populista del gobierno Petro gira en torno a sus supuestos enemigos, sean externos o internos. El gran reto de una oposición inteligente es encontrar la manera de romper esta narrativa del gobierno populista escapándose de ser tildado como “uribista”, “político tradicional” o “establecimiento”. El ejemplo de la oposición chilena en contra del presidente Boric puede ser un referente interesante para una Gran Alianza de la Oposición en Colombia.
Andreas Mariano Althoff Ospina